Se ha puesto de moda. No sólo habrá gobiernos de perdedores. Habrá refugio de perdedores en gobiernos. Y una duda. ¿Se aplicarán cordones sanitarios en los pactos para mandar, o todo vale para tocar poder?

Todo avanza. Nada se para. Las conclusiones de la Fiscalía para los hechos del 'proceso', son de una extrema gravedad. De ahí las peticiones en materia de sanción. Es más, queda por dilucidar que hará Puigdemont cuando dentro de muy poco tenga que renovar el DNI para poder seguir circulando por Bélgica. Como también he visto cierta "piedad calculada" por parte de la Abogacía del Estado en sus conclusiones. Espero y deseo que no estemos en la antesala de un sainete de Arniches.

El que se aferra al sillón es el dueto Irene-Pablo. Están dispuestos a ofrecer las cabezas precisas con tal de seguir mandando y aspirando a los ministerios. ¡Era imposible pensar hace unos años que tales "puritanos de la izquierda ortodoxa" pudieran caer en tentaciones semejantes!. Han conseguido destruir Podemos con las mismas armas que denunciaban los "usos" en los viejos y corruptos partidos políticos. Y es que alguien dijo y repitió...b"todo hombre tiene un precio".

La batalla está servida en Madrid. Lo han convertido en un símbolo. Hay que gobernar en la Comunidad y en el Ayuntamiento. Pero los cargos son sólo dos, y los aspirantes media docena. ¿Cómo lo hacemos?. Propongo que se lo jueguen al chinchón. Aunque sólo sea por cariño a ese lugar del anís y la hermosa plaza.

¡Mucho cuidado con hacer porquerías en Navarra! El socialismo español no puede entregar la comunidad foral al nacionalismo radical. Aunque para ello tengan que ponerse los galones de mando en Ferraz. Con Navarra y los navarros no se juega. A no ser que estemos ante un pacto entre los sucesores de ZP y los firmantes del final para ETA en el que se incluía a Navarra como moneda de cambio. Si es así, tendrán que explicarlo. Por lo de pronto, Vox ha pedido que lo hagan en sede parlamentaria.

Le veo muy enfadado al "varón pro Soraya" Alfonso Alonso. Casi me ha sonado su discurso a Unidad Alavesa. No están dispuestos a que desde Génova los usen y tras mojarlos, los tiren, como se hace con los trapos de cocina. Piden un 'status' propio. Pero llegan tarde, como de costumbre. Y es que Maroto ni tiene nivel, ni categoría, ni estrategia. Es la consecuencia de una etapa de transición que está anunciado será corta y terminará con todos estos chicos pijos e inútiles en el ostracismo.      

Me estoy imaginando a mi amigo Ramón Rabanera, con el que tuve el placer de compartir el primer gobierno Constitucionalista del País Vasco allá en 1999 por Álava, asombrado con las diatribas del PP, tanto en Madrid como en Vitoria. Lo han perdido todo. El "eterno fontanero" Oyarzabal, experto en pasillos y cenáculos se ha pasado de frenada. Pero eso sí, viendo lo que se les venía encima, raudo y veloz, se refugió en las listas de las Juntas Generales de Álava. ¡De algo tiene que vivir!. ¿Y los de Bilbao?. Pues han sufrido el voto útil de la derecha burguesa y acomodada hacia un PNV que con los actuales mandatarios les achica el espacio. Este vez el partido que fundara Sabino Arana ha sabido contentar al PP y al PSOE de Madrid, a cambio de esos viejos privilegios- todo hay que decirlo- se convierten en una administración autonómica eficaz y moderna, sin aquellas estridencias al servicio de la independencia, propias para la fábula dónde unos movían el árbol y otros cogían las nueces.

Está claro. Una vez más se ha cumplido. Resistir es vencer. Y mucho más si juega a favor el extraño comportamiento de Rajoy ante la moción de censura. A partir de ahí, todo ha sumado para los socialistas, que han ido eliminado obstáculos internos, hasta tal extremo que sin darnos cuenta han colocado en sus tripulaciones a otra generación de pilotos. El socialismo no sólo ha ganado, ha hecho las reformas internas dejando a los dirigentes quemados. Seguro que nos llevaremos una sorpresa con los personajes del próximo gobierno. Tengo motivos para pensar que estamos ante otra etapa de modernización, similar a la que vivimos tras la victoria en 1982 de Felipe y Alfonso.   

De los Ayuntamientos del cambio, sólo salvará la piel Ada Colau. Ha logrado que tanto socialistas como Cs, prefieran el mal menor. No quieren que Barcelona sea la capital para el 'proceso' revolucionario hacia la independencia, con un Maragall que en nada se parece a su hermano, aquel político olvidado, que organizó los mejores Juegos Olímpicos y reformó la ciudad abriéndola al Mediterráneo.

Y ahora algo sobre el caso Fundación Amancio Ortega. Se puede ser alternativa, por la izquierda, a la política de incentivos fiscales. Se puede ser contrario a las diversas ingenierías fiscales que permiten eludir los deberes para con Hacienda, sobre todo por parte de los que más tienen y ganan. Se puede ser contestatario frente a los métodos laborales de la globalización que convierten en esclavos a los trabajadores que desde la miseria son manufactura barata para las grandes compañías que venden sus productos en Europa. Lo que no se puede ser es imbécil.

El cáncer sigue siendo uno de los grandes desafíos para la humanidad. Diagnosticarlo, prevenir sus causas, y tratarlo para vencerlo, es un reto que justifica la dedicación de todos los esfuerzos precisos, desde la investigación hasta la creación de nuevas generaciones de "herramientas" para tratar los tumores con eficacia, ya que de tal éxito científico dependen muchas vidas humanas.

Dicho esto, ¿cómo se puede ser tan borde y tan badulaque como para decir y repetir lo que trasladó el universitario de la Complutense Pablo Iglesias sobre las donaciones de la Fundación Ortega en materia de aparatos de última generación para tratamientos oncológicos?. Sólo por errores de este calado, con grave impacto para la ciudadanía temerosa de la enfermedad, este sujeto no puede ser ministro. Ha quedado en evidencia, científica, social y cultural. Menos mal que ha logrado el consenso generalizado entre la sociedad civil. La última declaración en la ciudad santa de Occidente, dónde reunidos los expertos en la materia, ha defendido las actuaciones de la Fundación Amancio Ortega y ha dejado muy claro que los costes para adquirir las nuevas tecnologías, son inasumibles por las cuentas públicas del Estado, por tanto que un particular haya usado las ventajas fiscales al uso en todo Occidente para dotarnos de esos "benditos" aparatos, debe ser agradecido y animado a que otros también sigan ese camino.