El fin de la cultura del esfuerzo
Vivimos un tiempo en el que cualquier referencia a las palabras esfuerzo o sacrificio nos genera un rechazo, un mal gesto, que nos aparta de unos valores sobre los que esta cimentado el nivel de prosperidad que disfrutamos hoy. Antes, los padres se sacrificaban por criar a sus hijos, los escolares se esforzaban por sacar buenas notas y la gente trabajaba y emprendía negocios para tener un futuro mejor.
Hoy en día, esto es imposible. No compensa. Los vascos ven cómo a recién llegados que no han cotizado ni un solo día se les premia con RGIs mensuales sin pedirles nada a cambio.
Hoy en día, las familias ven como la Diputación Foral mantiene a los "menas" a cuerpo de rey en pisos de las ONGs mientras las familias vascas no pueden tener hijos porque no llegan a final de mes.
Hoy en día, los jóvenes ven cómo quienes les roban los móviles y el dinero en plena calle salen impunes el mismo día de la comisaria.
Hoy en día, los jubilados ven cómo la Administración les regatea el importe de su pensión después de cuarenta años cotizados mientras reparte ayudas sociales a personas que no han trabajado un solo día.
Vivimos un tiempo en el que las palabras esfuerzo y sacrificio han perdido todo su significado.
Vivimos un tiempo en el que cualquier referencia a las palabras esfuerzo o sacrificio nos genera un rechazo, un mal gesto, que nos aparta de unos valores sobre los que esta cimentado el nivel de prosperidad que disfrutamos hoy. Antes, los padres se sacrificaban por criar a sus hijos, los escolares se esforzaban por sacar buenas notas y la gente trabajaba y emprendía negocios para tener un futuro mejor.
Hoy en día, esto es imposible. No compensa. Los vascos ven cómo a recién llegados que no han cotizado ni un solo día se les premia con RGIs mensuales sin pedirles nada a cambio.
Hoy en día, las familias ven como la Diputación Foral mantiene a los "menas" a cuerpo de rey en pisos de las ONGs mientras las familias vascas no pueden tener hijos porque no llegan a final de mes.
Hoy en día, los jóvenes ven cómo quienes les roban los móviles y el dinero en plena calle salen impunes el mismo día de la comisaria.
Hoy en día, los jubilados ven cómo la Administración les regatea el importe de su pensión después de cuarenta años cotizados mientras reparte ayudas sociales a personas que no han trabajado un solo día.
Vivimos un tiempo en el que las palabras esfuerzo y sacrificio han perdido todo su significado.