Informe
La acumulación de colillas en las playas del litoral mediterráneo destruye el ecosistema marino
Según un reciente informe, las colillas son uno de los residuos más presentes en las playas y más contaminantes puesto que desprenden sustancias tóxicas que afectan a los organismos terrestres y a la calidad del agua.
El verano está a punto de empezar y, con él, el aluvión de bañistas que inundan las costas del litoral mediterráneo, destino turístico preferido para muchos españoles gracias a la cantidad de banderas azules que ha cosechado en sus playas. Junto a esta imagen, nos encontramos otra que también se repite año tras año: miles de colillas enterradas en la arena. La situación es alarmante. En 2017, la ONG Ocean Conservancy estimó que el 13% de los residuos que recogió en su campaña mundial eran colillas de cigarrillos. En concreto, la Comunidad Valenciana es un ejemplo paradigmático de esta problemática: sólo en la playa del Arenal de Jávea (Alicante) recientemente se han recogido más de 4.000 colillas según informó la Fundación Oceanogràfic.
La presencia de este tipo de residuos acarrea consecuencias devastadoras para el estado de salud de nuestras playas. Tal y como describe el Informe “Colillas en espacios naturales”, con la exposición de la luz solar y el contacto con el mar estos residuos se descomponen y liberan elementos contaminantes presentes en el tabaco, como la nicotina, el arsénico y el plomo. Estas sustancias afectan gravemente a las especies presentes en la superficie terrestre y, al dañar la calidad del agua, pueden provocar la muerte de organismos del ecosistema marino y así modificar la cadena alimentaria y el ciclo vital del mismo. “Es un residuo diminuto, que tarda descomponerse entre cinco y diez años, pero, pese al tiempo de espera, puede suponer una alteración drástica del ecosistema marino”, comenta Belén Vázquez, CEO de lateuaterra.com, la primera plataforma de crowdfunding especializada en proyectos medioambientales.
El verano está a punto de empezar y, con él, el aluvión de bañistas que inundan las costas del litoral mediterráneo, destino turístico preferido para muchos españoles gracias a la cantidad de banderas azules que ha cosechado en sus playas. Junto a esta imagen, nos encontramos otra que también se repite año tras año: miles de colillas enterradas en la arena. La situación es alarmante. En 2017, la ONG Ocean Conservancy estimó que el 13% de los residuos que recogió en su campaña mundial eran colillas de cigarrillos. En concreto, la Comunidad Valenciana es un ejemplo paradigmático de esta problemática: sólo en la playa del Arenal de Jávea (Alicante) recientemente se han recogido más de 4.000 colillas según informó la Fundación Oceanogràfic.
La presencia de este tipo de residuos acarrea consecuencias devastadoras para el estado de salud de nuestras playas. Tal y como describe el Informe “Colillas en espacios naturales”, con la exposición de la luz solar y el contacto con el mar estos residuos se descomponen y liberan elementos contaminantes presentes en el tabaco, como la nicotina, el arsénico y el plomo. Estas sustancias afectan gravemente a las especies presentes en la superficie terrestre y, al dañar la calidad del agua, pueden provocar la muerte de organismos del ecosistema marino y así modificar la cadena alimentaria y el ciclo vital del mismo. “Es un residuo diminuto, que tarda descomponerse entre cinco y diez años, pero, pese al tiempo de espera, puede suponer una alteración drástica del ecosistema marino”, comenta Belén Vázquez, CEO de lateuaterra.com, la primera plataforma de crowdfunding especializada en proyectos medioambientales.