Uno de los platos más famosos de la cocina italiana se ha convertido en la estrella de la dieta mediterránea, la pizza. Y además de ser un alimento equilibrado y completo, las pizzas pueden ser muy sanas y nutritivas si se preparan con los ingredientes adecuados y sin excederse con los que sean más fuertes o calóricos.

Hay muchísimas variedades de pizzas, pero si nos fijamos en una de las más famosas, la pizza cuatro estaciones, veremos que sus ingredientes son perfectos para tener un lugar muy destacado en la denominada dieta mediterránea.

Valores nutricionales de la pizza mediterránea

Por un lado tenemos la masa que sirve de base, que es la parte fundamental de todas las pizzas y que obviamente se hará con harina, levadura, aceite de oliva, un poco de sal y agua. Así que de momento ya tenemos bastantes señas de que estamos ante un plato con "ADN" mediterráneo. Y el resto, en el caso de una pizza como la 4 estaciones, se compone de ingredientes que también pertenecen a los que se asocian con este tipo de dietas locales de los países mediterráneos, ya que tenemos alcachofas, tomates, aceitunas, champiñones, jamón dulce y, por supuesto, un poco de rico queso mozzarella para completar los valores nutricionales de proteínas y darle ese toque de sabor y cremosidad al plato.

Dependiendo de lo que nos pasemos o no poniendo ingredientes, estaremos en unos valores que realmente son bastante sanos y saludables, especialmente si hablamos de comidas hechas durante el día, ya que nos saldrían fácilmente unos porcentajes de 55% en hidratos de carbono, un 20% de proteínas y un 25% restante de grasas. Por supuesto que la calidad de los ingredientes variará también el sabor y el aspecto nutricional de la pizza, por lo que si queremos apostar sobre seguro y no somos demasiado expertos en el arte culinario, es mejor que optemos por algunas pizzas ya preparadas y con ingredientes de calidad como los que llevan los productos Campofrío, y de esta manera ahorrarnos tiempo y pruebas en la cocina.

Tipos de pizzas según masa e ingredientes

Siendo la masa una de las partes fundamentales de las pizzas, está claro que su elaboración cambiará por completo el sabor, el valor de sus nutrientes e incluso su aspecto. Hay pizzas de masa muy gruesa, algunas incluso con los bordes rellenos de queso, y también hay pizzas con la masa muy fina y crujiente. Estas pizzas suelen ser típicas de restaurantes italianos con hornos especiales para pizza, que les dan ese toque crujiente pero sin que la masa quede dura por completo.

También hay pizzas tipo "calzone", que llevan los ingredientes en su interior y que es realmente un plato adorado por muchas personas. E incluso hay pizzas sin gluten, para que los celíacos puedan disfrutar de este increíble plato, así como pizzas vegetarianas como la pizza de verduras asadas de Campofrío que, tal y como comentábamos antes, reúne ingredientes de calidad, sanos y nutritivos.

En cuanto a los ingredientes, son el otro "medio corazón" de las pizzas, y podemos conseguir sabores de toda clase, tanto en pizzas preparadas como en recetas para hacer nosotros mismos. A la famosa 4 estaciones se le puede añadir otra clásica como sería la carbonara con su incombustible receta de bacon, cebolla y queso, la controvertida pizza hawaiana de jamón y piña, o las múltiples variedades de carne, desde pizzas sanas hechas en gran parte de carne de pollo, hasta pizzas más arriesgadas hechas con carne picada, pepperoni, salsa barbacoa e incluso picante.

Es, por tanto, en la medida de los ingredientes que nos dé por poner o por pedir, cuando conseguiremos que el plato nos quede más o menos sano, para cumplir con los requisitos de la adorada y reputada dieta mediterránea. Además, debido a la gran variedad de opciones y su rápida preparación, las pizzas son una muy buena opción para compartir en reuniones con familiares o amigos; y como se suele decir comer es un placer, y más si se hace rodeado de los nuestros.