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Jueves, 22 de Agosto de 2019 Tiempo de lectura:
"La ideología de género prepara el camino al 'transhumanismo', que es el objetivo final del capitalismo"

Michel Onfray: “Hemos entrado en un nuevo tipo de sociedad totalitaria que destruye la libertad, abole la verdad y niega la naturaleza”

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El ensayista y filósofo Michel Onfray, uno de los más prestigiosos y polémicos pensadores franceses del momento, acaba de publicar el libro Théorie de la dictadure (Robert Laffond, 2019), en el que elabora una muy particular e intensa teoría sobre el totalitarismo basándose en la novela 1984 de George Orwell. Y su conclusión es rotunda: “Hemos entrado en un nuevo tipo de sociedad totalitaria que destruye la libertad, abole la verdad y niega la naturaleza”.

 

En una amplia entrevista realizada por Samuel Pruvot et Hugues Lefèvre para el portal Famille Chretienne, Onfray explica que las dictaduras siempre se piensan en relación a los fascismos marrones o rojos de Hitler, Lenin, Stalin, Mao o Pol-Pot. “Desde hace mucho tiempo no reflexionamos sobre esta cuestión, y esta incapacidad nos obliga a no saber cómo pensar en lo que es una dictadura fuera de nuestro pasado más reciente".

 

Onfray explica que Orwell es un pensador político tan importante como Maquiavelo o La Boétie y señala que, en su opinión, la novela 1984 “nos permite pensar en las modalidades de una dictadura post-nazi o post-estalinista, como la que se está generando en nuestro tiempo. La dictura actual tiene una serie de objetivos: destruir la libertad; empobrecer el lenguaje; abolir la verdad; borrar la historia; negar la naturaleza; difundir el odio. Y todo para aspirar a la construcción de un nuevo Imperio”.

 

“Para destruir la libertad, hay que garantizar la vigilancia perpetua, arruinar la vida personal, eliminar la soledad, estandarizar la opinión y denunciar determinados tipos de pensamiento como criminales”.

 

“Para empobrecer el idioma, hay que crear una ‘nova-lengua’, utilizar el doble lenguaje para destruir el significado de las palabras y eliminar a los clásicos”.

 

“Para abolir la verdad basta con enseñar ideología, explotar a la prensa, difundir noticias falsas e inventarse la realidad”.

 

“Para eliminar la historia es necesario borrar el pasado, reescribir la memoria, destruir los libros e industrializar la literatura”.

 

“Para negar la naturaleza es suficiente con destruir el impulso de la vida, organizar la frustración sexual, higienizar la  existencia y procrear médicamente”.

 

“Para propagar el odio basta con crear un enemigo, fomentar guerras y mandar el pensamiento crítico al psiquiátrico”.

 

“En definitiva, para aspirar al Imperio es necesario formatear a los niños, administrar la oposición, gobernar con las élites, esclavizar a través del progreso y ocultar a quienes realmente poseen el poder".

 

Preguntado sobre si considera que la ideología de género es el producto de una sociedad totalitaria, Onfray responde que ésta “es el producto de una sociedad cuyo objetivo es librar una guerra total contra la naturaleza para que todo, absolutamente todo, se convierta en artefacto, producto, objeto, cosa, artificio o utensilio. En otras palabras, para que todo tenga un valor de  mercado. Es la posibilidad de un capitalismo integral en el que todo sucederá, por lo que todo se comprará y todo se venderá. La teoría del género es una de las primeras piedras de esta penitenciaria planetaria. Prepara lo 'transhumano', que es el objetivo final del capitalismo. No se trata de la supresión del capital, como creen los neomarxistas, sino su afirmación total, definitiva e irreversible”.

 

“Vivimos un proceso de desnaturalización y artificialización de la realidad. La naturaleza es negada, destruida, despreciada, ensuciada, devastada, explotada, contaminada y luego reemplazada por la cultura. Por ejemplo, con el cuerpo: ¡más hormonas, más glándulas endocrinas, más testosterona, pero al mismo tiempo, más disruptores endocrinos!... Y, nuevamente, inyecciones hormonales para aquellos que quieren cambiar de sexo. Este odio a la naturaleza, esta guerra de destrucción declarada a la naturaleza, es propedéutica del proyecto transhumanista que padecemos”.

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