Amenazas a CAF
Varios medios de comunicación han alertado últimamente de las consecuencias negativas que se ciernen sobre la compañía guipuzcoana con base en Beasain si decide llevar a cabo el proyecto desarrollado bajo la modalidad PPP (Proyecto Público Privado), formando parte de un consorcio, para la construcción de un tren ligero en Jerusalén.
Las autoridades palestinas se están moviendo al más alto nivel en comandita con organizaciones políticas y sindicales de Guipúzcoa presionando para que la empresa con sede en el Goyerri desista de formar parte en el proyecto y se retire; esta operación supone una inyección de quinientos millones de euros a su cartera de pedidos amén de ganar más prestigio de cara a la fuerte competencia en el ramo, lo que se traduce en que la empresa encare el futuro con más confianza, se avecinan nubarrones, y por su parte, la parte social, los trabajadores, vean que sus puestos de trabajo se afianzan todavía más al aumentar el volumen de pedidos lo que conlleva una gran tranquilidad para sus respectivas vidas personales y familiares.
El Comité de Empresa decidió por unanimidad, nada más conocerse la adjudicación, exigir a la empresa que se retire, renuncie, abandone el proyecto en solidaridad con la ANP. ¿Acaso no es labor prioritaria y primordial de un comité de empresa velar por los puestos de trabajo?; llegados a este extremo, el Comité puede exigir que no se acepten proyectos en Rusia porque gobierna Putin, en EE. UU, Trump y en el Reino de Arabia Saudita, Salmán bin Abdulaziz y así sucesivamente ya que resulta muy fácil encontrar algo que no nos guste en cualquier nación del orbe. Lo mismo podrían decir empresas extranjeras sobre nosotros. Los trabajadores de cualquier empresa no quieren sobresaltos, léase ERE's o despidos.
Dejemos la política internacional a los gobiernos y centrémonos cada uno en lo suyo. Por cierto, a día de hoy no he leído ni oído reacción alguna ni de Adegi, Confebask, la Consejería del GV ni del Ministerio de Trabajo apoyando a nuestra empresa y por ende a la plantilla que lo único que desea es acudir al tajo a currelar. Mucho hablar de defender la empresa guipuzcoana, vasca y nacional, pero hasta ahora la callada por respuesta. Deben responder contundentemente a ese intento de chantaje.
En estos lares tuvimos dos casos emblemáticos, Lemóniz y la Autovía de Leizarán. Confiemos no se cumpla eso de no hay dos sin tres.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria
Varios medios de comunicación han alertado últimamente de las consecuencias negativas que se ciernen sobre la compañía guipuzcoana con base en Beasain si decide llevar a cabo el proyecto desarrollado bajo la modalidad PPP (Proyecto Público Privado), formando parte de un consorcio, para la construcción de un tren ligero en Jerusalén.
Las autoridades palestinas se están moviendo al más alto nivel en comandita con organizaciones políticas y sindicales de Guipúzcoa presionando para que la empresa con sede en el Goyerri desista de formar parte en el proyecto y se retire; esta operación supone una inyección de quinientos millones de euros a su cartera de pedidos amén de ganar más prestigio de cara a la fuerte competencia en el ramo, lo que se traduce en que la empresa encare el futuro con más confianza, se avecinan nubarrones, y por su parte, la parte social, los trabajadores, vean que sus puestos de trabajo se afianzan todavía más al aumentar el volumen de pedidos lo que conlleva una gran tranquilidad para sus respectivas vidas personales y familiares.
El Comité de Empresa decidió por unanimidad, nada más conocerse la adjudicación, exigir a la empresa que se retire, renuncie, abandone el proyecto en solidaridad con la ANP. ¿Acaso no es labor prioritaria y primordial de un comité de empresa velar por los puestos de trabajo?; llegados a este extremo, el Comité puede exigir que no se acepten proyectos en Rusia porque gobierna Putin, en EE. UU, Trump y en el Reino de Arabia Saudita, Salmán bin Abdulaziz y así sucesivamente ya que resulta muy fácil encontrar algo que no nos guste en cualquier nación del orbe. Lo mismo podrían decir empresas extranjeras sobre nosotros. Los trabajadores de cualquier empresa no quieren sobresaltos, léase ERE's o despidos.
Dejemos la política internacional a los gobiernos y centrémonos cada uno en lo suyo. Por cierto, a día de hoy no he leído ni oído reacción alguna ni de Adegi, Confebask, la Consejería del GV ni del Ministerio de Trabajo apoyando a nuestra empresa y por ende a la plantilla que lo único que desea es acudir al tajo a currelar. Mucho hablar de defender la empresa guipuzcoana, vasca y nacional, pero hasta ahora la callada por respuesta. Deben responder contundentemente a ese intento de chantaje.
En estos lares tuvimos dos casos emblemáticos, Lemóniz y la Autovía de Leizarán. Confiemos no se cumpla eso de no hay dos sin tres.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria