Mediocres con soberbia
Se anunciaba desde hace tiempo. Me hace recordar aquella definición de política que hacía el abulense director del diario "Pueblo", Emilio Romero: "La política es mitad teatro, mitad basura". En sus malas relaciones con su paisano Adolfo Suarez se hartó de señalar a los políticos como trileros, y decía que algunos eran "rey del teléfono y emperador del abrazo". De la misma forma que echo de menos a intelectuales en la política. Gentes como Don Manuel Azaña. Por eso transcribo su famosa frase: "patriotismo no es un código de doctrina; el patriotismo es una disposición del ánimo que nos impulsa, como quien cumple un deber, a sacrificarnos en aras del bien común; pero ningún problema político tiene escrita su solución en el código del patriotismo".
Al grito de ¡no nos representan!, las últimas hazañas de la casta política dirigente ha provocado que el pueblo esté sumamente cabreado y preguntando: ¿pare qué nos sirven y cuanto nos cuestan?. Y es que se superan día a día. Ahora y tras el mitin del ex jugador de baloncesto, para iniciar la campaña electoral perfectamente provocada y calculada por su señoría, añado la fase del entretenimiento para buscar al culpable del desaguisado. Me temo que puede haber hasta la tentación de culpar al pueblo por haber votado... mal, de ahí la petición que desde el primer momento están haciendo los socialistas. Necesitamos más votos que antes. Autarquía política.
Pero para llegar hasta la disolución de las Cortes, todos han hecho gala de grandes dosis de soberbia. Posiblemente para ocultarnos la realidad. Son unos mediocres muy próximos a las conductas que definen el prototipo del miserable. Me imagino al empecinado Don Pedro interpretando a José Zorrilla. "Yo a las cabañas bajé, yo a los palacios subí, yo los claustros escalé, y en todas partes dejé memoria amarga de mí".
Ahora estamos en tiempo para entrevistas televisivas y opiniones de tertulianos. Sánchez ha tomado la iniciativa. Se habla de lo que al empecinado interesa. Nos vende el gran favor que nos hizo al evitar la entrada en el Gobierno de España a los podemitas encabezados por Pablo e Irene, hasta señala que otra cosa hubiera sido tratar con Errejón. Sin duda su primer objetivo es destrozar al partido que llegó para ser alternativa a la izquierda socialista. Lo mismo que asegura no aceptar condiciones que pasaran por pactos con nacionalistas catalanes que ponen sobre la mesa liberar a los presos y permitir la autodeterminación. ¡No podemos fiarnos de tales aseveraciones! Le sirvieron para ser presidente con moción de censura. Mentir sale gratis y siempre encuentra ilusos que aceptan "pulpo como animal de compañía".
Pero centremos la cuestión del candidato en cada circunscripción electoral. Es necesario huir y desmarcarse de todo lo que antecede. Ese espacio será objeto de los debates televisivos a los que acuden los líderes(?). Amén de jurar por su honor con quien nunca pactarán. ¡Es broma!.
Recuerdo cómo Unidad Alavesa ganó las elecciones. Lo hicimos saltando e ignorando los debates oficiales. A nosotros sólo nos importaba conectar con los electores. Esos que salen a las calles preocupados por cuestiones de menor altura científica. Llegamos a usar cómics en la prensa escrita con dibujos que abordaban los problemas reales. Un vertedero de residuos industriales. El uso del agua en plena sequía. La esquilma del dinero que se invertía a beneficio de unos patricios muy conocidos. La necesidad de estimular la riqueza natural del territorio de Álava, oprimida por el gran Bilbao.
Pero imaginemos que asesoramos a un candidato por La Coruña. Lo primero que le aconsejo es que se olvide del Pazo de Meirás. Es un entretenimiento a escala coruñesa del mismo problema que la momia del Valle de los Caídos. Todo lo que se habla en el hogar debe ser conocido y trasladado al contrato social con los ciudadanos.
Lo primero. Compromiso de abrir una oficina del Diputado o Senador, todo el año, para recoger a modo de antena social y gestoría, los asuntos que plantea el ciudadano, y llevarlos a dónde corresponda, haciendo gala que las únicas cuestiones a las que se rinde obediencia debida son las que plantea el pueblo soberano, por tanto dejar claro que el partido sólo es un instrumento de intermediación para poder servir la causa democrática de ser y estar para la circunscripción provincial.
Segundo. Ante el Brexit duro, saber y prever cómo afecta al territorio y sus habitantes. Y es que el Reino Unido es nuestro cliente en muchos espacios de la economía agroalimentaria, automoción, industria conservera, caladeros, y servicios comerciales o turísticos. Pero centrándose en las peculiaridades reales del territorio al que se pretende representar. Explicando en términos muy sencillos y coloquiales la situación, sus derivadas y alternativas inmediatas.
Tercero. Cómo se frena la desertización del medio rural. Cómo se recupera la vida en los pueblos. Cómo se evita la primera de las migraciones, que es la huida de los jóvenes que buscan ciudades como primer destino, cuando es mucho más sencillo y gratificante ser emprendedor cooperativista en el lugar dónde han nacido.
Cuarto. El medio ambiente como derecho, peligro sanimétrico y causa de catástrofes naturales. Aquí se trata de olvidar los grandes discursos o acciones de envergadura y pasar a la escala del territorio dónde asienta nuestra vida y la de nuestros vecinos. Se hace indispensable revisar los mapas de riesgos, las medidas de alerta, los dispositivos para defendernos eficazmente de los cambios en la naturaleza, desde los incendios hasta las crecidas de ríos y mareas.
Quinto. Plantearse la viabilidad de la actual organización municipal. Por una parte estimular la mancomunidad de equipamientos y servicios a efectos de eficiencia de economía de escala. De otra garantizar, creando un órgano de participación ciudadana, los servicios y equipamientos que deben funcionar en la unidad territorial para evitar desigualdades y desequilibrios, o que sólo importe el Xacobeo 2021. Requiere de una nuevo marco legal para la Autonomía Municipal.
Sexto. La cultura como derecho e inversión productiva. Tal actuación es junto a los cuidados de nuestros mayores, los principales nichos de empleo inmediato que se deben y pueden poner a funcionar, España es un país envejecido y un solar de inmenso patrimonio histórico, artístico, ecológico y costumbrista. Evitamos así la concentración de iniciativas en una parte del territorio, olvidando otros lugares que pueden y deben seguir siendo asentamiento de población, lo que además constituye un método para luchar contra la especulación del suelo en las grandes urbes.
Séptimo. Ya está bien de presumir de un país con más kilómetros de AVE. Ya está bien de presumir de tantos aeropuertos que son escasamente rentables. Ya está bien de volcarse con las grades y viejas empresas consumidoras de energía. Queremos un plan de la misma naturaleza que el que se pretende para salvar Alcoa, pero que salve a las pequeñas empresas familiares de autónomos, con las consiguientes rebajas fiscales. Queremos una tren de cercanías que vertebre el territorio y nos haga los desplazamientos más baratos y menos peligrosos ante la siniestralidad viaria.
Si tengo que ponerle titular publicitario, diría: "¡Ven conmigo a recuperar nuestra tierra y tu dignidad!".
Se anunciaba desde hace tiempo. Me hace recordar aquella definición de política que hacía el abulense director del diario "Pueblo", Emilio Romero: "La política es mitad teatro, mitad basura". En sus malas relaciones con su paisano Adolfo Suarez se hartó de señalar a los políticos como trileros, y decía que algunos eran "rey del teléfono y emperador del abrazo". De la misma forma que echo de menos a intelectuales en la política. Gentes como Don Manuel Azaña. Por eso transcribo su famosa frase: "patriotismo no es un código de doctrina; el patriotismo es una disposición del ánimo que nos impulsa, como quien cumple un deber, a sacrificarnos en aras del bien común; pero ningún problema político tiene escrita su solución en el código del patriotismo".
Al grito de ¡no nos representan!, las últimas hazañas de la casta política dirigente ha provocado que el pueblo esté sumamente cabreado y preguntando: ¿pare qué nos sirven y cuanto nos cuestan?. Y es que se superan día a día. Ahora y tras el mitin del ex jugador de baloncesto, para iniciar la campaña electoral perfectamente provocada y calculada por su señoría, añado la fase del entretenimiento para buscar al culpable del desaguisado. Me temo que puede haber hasta la tentación de culpar al pueblo por haber votado... mal, de ahí la petición que desde el primer momento están haciendo los socialistas. Necesitamos más votos que antes. Autarquía política.
Pero para llegar hasta la disolución de las Cortes, todos han hecho gala de grandes dosis de soberbia. Posiblemente para ocultarnos la realidad. Son unos mediocres muy próximos a las conductas que definen el prototipo del miserable. Me imagino al empecinado Don Pedro interpretando a José Zorrilla. "Yo a las cabañas bajé, yo a los palacios subí, yo los claustros escalé, y en todas partes dejé memoria amarga de mí".
Ahora estamos en tiempo para entrevistas televisivas y opiniones de tertulianos. Sánchez ha tomado la iniciativa. Se habla de lo que al empecinado interesa. Nos vende el gran favor que nos hizo al evitar la entrada en el Gobierno de España a los podemitas encabezados por Pablo e Irene, hasta señala que otra cosa hubiera sido tratar con Errejón. Sin duda su primer objetivo es destrozar al partido que llegó para ser alternativa a la izquierda socialista. Lo mismo que asegura no aceptar condiciones que pasaran por pactos con nacionalistas catalanes que ponen sobre la mesa liberar a los presos y permitir la autodeterminación. ¡No podemos fiarnos de tales aseveraciones! Le sirvieron para ser presidente con moción de censura. Mentir sale gratis y siempre encuentra ilusos que aceptan "pulpo como animal de compañía".
Pero centremos la cuestión del candidato en cada circunscripción electoral. Es necesario huir y desmarcarse de todo lo que antecede. Ese espacio será objeto de los debates televisivos a los que acuden los líderes(?). Amén de jurar por su honor con quien nunca pactarán. ¡Es broma!.
Recuerdo cómo Unidad Alavesa ganó las elecciones. Lo hicimos saltando e ignorando los debates oficiales. A nosotros sólo nos importaba conectar con los electores. Esos que salen a las calles preocupados por cuestiones de menor altura científica. Llegamos a usar cómics en la prensa escrita con dibujos que abordaban los problemas reales. Un vertedero de residuos industriales. El uso del agua en plena sequía. La esquilma del dinero que se invertía a beneficio de unos patricios muy conocidos. La necesidad de estimular la riqueza natural del territorio de Álava, oprimida por el gran Bilbao.
Pero imaginemos que asesoramos a un candidato por La Coruña. Lo primero que le aconsejo es que se olvide del Pazo de Meirás. Es un entretenimiento a escala coruñesa del mismo problema que la momia del Valle de los Caídos. Todo lo que se habla en el hogar debe ser conocido y trasladado al contrato social con los ciudadanos.
Lo primero. Compromiso de abrir una oficina del Diputado o Senador, todo el año, para recoger a modo de antena social y gestoría, los asuntos que plantea el ciudadano, y llevarlos a dónde corresponda, haciendo gala que las únicas cuestiones a las que se rinde obediencia debida son las que plantea el pueblo soberano, por tanto dejar claro que el partido sólo es un instrumento de intermediación para poder servir la causa democrática de ser y estar para la circunscripción provincial.
Segundo. Ante el Brexit duro, saber y prever cómo afecta al territorio y sus habitantes. Y es que el Reino Unido es nuestro cliente en muchos espacios de la economía agroalimentaria, automoción, industria conservera, caladeros, y servicios comerciales o turísticos. Pero centrándose en las peculiaridades reales del territorio al que se pretende representar. Explicando en términos muy sencillos y coloquiales la situación, sus derivadas y alternativas inmediatas.
Tercero. Cómo se frena la desertización del medio rural. Cómo se recupera la vida en los pueblos. Cómo se evita la primera de las migraciones, que es la huida de los jóvenes que buscan ciudades como primer destino, cuando es mucho más sencillo y gratificante ser emprendedor cooperativista en el lugar dónde han nacido.
Cuarto. El medio ambiente como derecho, peligro sanimétrico y causa de catástrofes naturales. Aquí se trata de olvidar los grandes discursos o acciones de envergadura y pasar a la escala del territorio dónde asienta nuestra vida y la de nuestros vecinos. Se hace indispensable revisar los mapas de riesgos, las medidas de alerta, los dispositivos para defendernos eficazmente de los cambios en la naturaleza, desde los incendios hasta las crecidas de ríos y mareas.
Quinto. Plantearse la viabilidad de la actual organización municipal. Por una parte estimular la mancomunidad de equipamientos y servicios a efectos de eficiencia de economía de escala. De otra garantizar, creando un órgano de participación ciudadana, los servicios y equipamientos que deben funcionar en la unidad territorial para evitar desigualdades y desequilibrios, o que sólo importe el Xacobeo 2021. Requiere de una nuevo marco legal para la Autonomía Municipal.
Sexto. La cultura como derecho e inversión productiva. Tal actuación es junto a los cuidados de nuestros mayores, los principales nichos de empleo inmediato que se deben y pueden poner a funcionar, España es un país envejecido y un solar de inmenso patrimonio histórico, artístico, ecológico y costumbrista. Evitamos así la concentración de iniciativas en una parte del territorio, olvidando otros lugares que pueden y deben seguir siendo asentamiento de población, lo que además constituye un método para luchar contra la especulación del suelo en las grandes urbes.
Séptimo. Ya está bien de presumir de un país con más kilómetros de AVE. Ya está bien de presumir de tantos aeropuertos que son escasamente rentables. Ya está bien de volcarse con las grades y viejas empresas consumidoras de energía. Queremos un plan de la misma naturaleza que el que se pretende para salvar Alcoa, pero que salve a las pequeñas empresas familiares de autónomos, con las consiguientes rebajas fiscales. Queremos una tren de cercanías que vertebre el territorio y nos haga los desplazamientos más baratos y menos peligrosos ante la siniestralidad viaria.
Si tengo que ponerle titular publicitario, diría: "¡Ven conmigo a recuperar nuestra tierra y tu dignidad!".