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Pablo Mosquera
Sábado, 28 de Septiembre de 2019 Tiempo de lectura:

Errejón

Lo conocí en Ribadeo y me he leído su tesis doctoral. Y lo más importante. El tiempo le ha dado la razón. La misma que se ha ido huyendo del hogar que forman Irene y Pablo. O del estratega "bolivariano" Echenique. Y es que como hoy escribe en La Voz de Galicia mi profesor Alonso Montero, de Podemos sólo queda el recuerdo. No han necesitado enemigos del IBEX, les ha bastado con ejercitar personalismos, divismos, caudillismo y fragmentaciones que hacen imposible saber "quiénes son los nuestros" y si son del mismo tronco las organizaciones caudillistas en Barcelona con Ada, en Andalucía con Teresa y Kichi, en Valencia con Mónica, en Galicia con Las Mareas, y así sucesivamente, hasta aquello tan manido que dijo un político vasco ante la caída de Euskadiko Ezquerra. "De victoria en victoria, hasta la derrota final".   

 

Como los análisis sociológicos de Carolina Bescansa eran fiables aun a riesgo de sufrir las iras propias de la soberbia mediocre ante el mensajero. Podemos no suma, divide. Podemos no deja dormir, ya que resulta imposible saber cuál será el mensaje mañanero de la "inquieta y omnipresente" alcaldesa de la ciudad condal. De Podemos se escribirá la historia o leyenda urbana de cómo un movimiento romántico de indignados en el kilómetro cero, con foto de universitarios abrazados en torno a la utopía del "¡sí, se puede!", se pasó a una estructura de poder que pretendía asaltar los cielos usando como instrumento una Vicepresidencia del Gobierno y las carteras ministeriales más importantes del mismo. En cualquier caso, lo que más me sorprendió fue, no ya la ausencia de autocrítica antes los resultados electorales, no ya la ausencia de Pablo y la verborrea de Irene en momentos decisivos, no ya la capacidad de venganza de Sánchez -El Empecinado-; me quedé atónito cuando Pablo dijo alto y claro que fuera el Rey, ese al que "desprecia" en la forma y en el fondo, quien interviniera para desbloquear la situación y así obligar al Presidente interino a formar la coalición de gobierno entre socialistas y podemitas. Era como la cuadratura del círculo...

 

Íñigo Errejón ha esperado. Sabía que la involución de Podemos era cuestión de tiempo. Y se refugió junto a una veterana luchadora. Alguien que tuvo la suerte de escapar milagrosamente de las balas fascistas en aquella masacre de la calle Atocha, orquestada por las cloacas del Estado, para provocar la revuelta callejera del PC y cargarse el proceso que nos llevaría a la democracia, todavía con ruidos de sables. Pero más sabe el diablo por viejo que por diablo. Me estoy refiriendo a la autoridad que ejerció Santiago Carrillo. Pues bien, Carmena es de la misma escuela. Estoy seguro que ha preparado a Errejón como Platón preparó a su discípulo Aristóteles y llegaron a ser los más grandes pensadores sobre los que se construye toda la filosofía. Tengo motivos para soñar que tras el 10-N,  pensamiento y conducta de Íñigo Errejón serán el Argos del navío que salga a la búsqueda de Vellocino. Me estoy refiriendo, a estilo Góngora, al perfil de la izquierda que gobernará España los próximos cuatro años.    

 

Lo peor de todo es que deberíamos estar menos entretenidos con disputas propias de mi añorado y juvenil Café Gijón, para que algún patriota  erudito y con sentido de Estado, expusiera, como lo hizo Don Manuel Azaña en el Ateneo de Madrid, señalando los auténticos problemas que requieren decisiones, acuerdos, y sobre todo regeneraciones, no ya por cuestión interna, sino más por ese cambio brutal que se está manifestando a modo de tormenta perfecta en las relaciones de Occidente con Oriente y que nos pueden convertir en pobres de solemnidad, o en las consecuencias que nos traerá la salida del Reino Unido del espacio común europeo, sin la fortaleza de Alemania, sin la altura de políticos franceses, sin dirigentes mundiales capaces de restablecer el orden necesario, por lo que seremos un mundo a la deriva zarandeados por intereses bastardos, más o menos ocultos y fácticos, que organizan guerras o asolan ese tercer mundo del continente africano dónde roban las materias primas para sus máquinas infernales que ponen al servicio del consumo, mientras los parias huyen de sus miserias en pateras, al fin y al cabo, no tienen nada que perder salvo la vida.     

 

Está claro que todos los signos del Olimpo indican que la revolución ha fracasado. Aquellos jóvenes universitarios que dieron jaque a los viejos partidos se han disuelto en su propia contradicción. Esa es la palabra clave del proceso. No hay nada peor que hacer lo que yo digo, pero no lo que yo hago. Y a partir de este pensamiento que alguien me explique cómo están los nuevos partidos en su intento de terminar con el bipartidismo y la rancia forma de hacer política. Han caído en los mismos vicios. Han decepcionado al personal. Como en la película Casablanca, "siempre nos quedará Paris", en este caso, la Puerta del Sol en Madrid. Y puede que el último Mohicano de aquella revolución. Iñigo Errejón.       

 

¡Ah!. Casi se me olvida. El cese para el dirigente de C's en Euskadi además de un error, es la prueba inequívoca de la autoridad al más puro estilo del pasado. Debe ser que con eso de resucitar a Franco, vuelven aquellos métodos de su política. Cuando el motorista llevaba el cese del que había osado meterse en política. Sólo se admiten lealtades inquebrantables a los principios fundamentales del Movimiento. Sólo los adictos al régimen tienen cabida en las listas electorales. Como la vieja España, de camisa blanca de mi esperanza/ reseca historia que nos abraza... la España de las gentes corrientes va por un sendero, tratando de torear un sueldo y una pensión, y la otra España, la de los patricios, se entretiene en ponerse zancadillas; eso sí, volveremos a verles bajar a la tierra, darnos la mano, encontrarlos sonrientes en los mercadillos, todo para hacernos partícipes de lo importantes que somos al disponer del voto. Esa papeleta que necesitan para seguir siendo casta, a la que se han incorporado Podemos y C's.

 

Me hace gracia comprobar cómo se divierten los del PNV. Hasta nos pueden dar lecciones de buen hacer y mejor usar. En Euskadi gobiernan los de siempre. Moderados por la historia. Capaces de pactos con quien tenga poder y capacidad para darles lo que quieren y así seguir siendo la España rica.      

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