Similitudes preocupantes
Llevamos un par de años viendo en Cataluña una serie de actitudes y comportamientos que deberían preocupar a todo hijo de vecino.
Hace unos días hemos sido testigos de una manifestación nocturna a la luz de las antorchas; el resplandor de las mismas en la oscuridad conlleva un digamos aspecto místico, mesiánico y tétrico, que nos retrotrae a una época ni lejana en el tiempo, unos ochenta y cinco años, ni tampoco lejana en cuanto a distancia, dos horas escasas desde el flamante aeropuerto de Loiu, concretamente a la región alemana de Baviera.
Añadamos que una buena parte de la sociedad catalana está marcada caso de no comulgar con los dogmas que pregona el régimen independentista y postrarse genuflexo ante ellos; periodistas atacados, insultados y en alguna ocasión agredidos, miembros de la judicatura con sus domicilios señalados, empresas incluidas en listas negras, miembros de los FFCCSE insultados y vejados, gente que decide trasladarse a otros lugares para evitar males mayores, etc.
Una atmósfera asfixiante incluso para quienes deciden no protestar y mirar hacia otro lado creyendo ingenuamente que ese asunto no va con ellos. Un 'Gran Hermano' que todo lo controla se alza cual espada de Damocles; una serpiente está tratando de incubar su letal huevecillo para que eclosione y nazca un pequeño ofidio que se transformará en hidra.
Es lo que sucedió y ahora parece resucitar con una similitud preocupante aunque a fuer de ser sinceros no es menester trasladarnos hasta Alemania ya que mucho más cerca, a orillas del Cantábrico hace poco tiempo sucedió algo similar por todos conocido y padecido. Queda algún pequeño rescoldo que deberemos extinguir entre todos.
No permitamos que se repita ni siquiera en su más mínima expresión ya que resultaría desastroso e imperdonable tropezar de nuevo en la misma o muy parecida piedra.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria
Llevamos un par de años viendo en Cataluña una serie de actitudes y comportamientos que deberían preocupar a todo hijo de vecino.
Hace unos días hemos sido testigos de una manifestación nocturna a la luz de las antorchas; el resplandor de las mismas en la oscuridad conlleva un digamos aspecto místico, mesiánico y tétrico, que nos retrotrae a una época ni lejana en el tiempo, unos ochenta y cinco años, ni tampoco lejana en cuanto a distancia, dos horas escasas desde el flamante aeropuerto de Loiu, concretamente a la región alemana de Baviera.
Añadamos que una buena parte de la sociedad catalana está marcada caso de no comulgar con los dogmas que pregona el régimen independentista y postrarse genuflexo ante ellos; periodistas atacados, insultados y en alguna ocasión agredidos, miembros de la judicatura con sus domicilios señalados, empresas incluidas en listas negras, miembros de los FFCCSE insultados y vejados, gente que decide trasladarse a otros lugares para evitar males mayores, etc.
Una atmósfera asfixiante incluso para quienes deciden no protestar y mirar hacia otro lado creyendo ingenuamente que ese asunto no va con ellos. Un 'Gran Hermano' que todo lo controla se alza cual espada de Damocles; una serpiente está tratando de incubar su letal huevecillo para que eclosione y nazca un pequeño ofidio que se transformará en hidra.
Es lo que sucedió y ahora parece resucitar con una similitud preocupante aunque a fuer de ser sinceros no es menester trasladarnos hasta Alemania ya que mucho más cerca, a orillas del Cantábrico hace poco tiempo sucedió algo similar por todos conocido y padecido. Queda algún pequeño rescoldo que deberemos extinguir entre todos.
No permitamos que se repita ni siquiera en su más mínima expresión ya que resultaría desastroso e imperdonable tropezar de nuevo en la misma o muy parecida piedra.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria