Meditación sobre Navarra
Sobre el libro de Fernando José Vaquero Oroquieta: "De Navarra a Nafarroa. La Otra Conquista".
Roban hasta los símbolos. Esta es la guerra y el latrocinio del siglo XXI. Roban hasta los símbolos más amados por un pueblo para así robarles el alma. Hoy, colonizan. Mañana, esclavizan. Esta es su consigna.
He aquí el libro de Fernando José Vaquero Oroquieta: De Navarra a Nafarroa. La Otra Conquista [La Tribuna del País Vasco Ediciones, 2019]. Todo un documento, una espléndida colección de ensayos que transitan desde la más palpitante experiencia local, hasta la planetaria planificación de un "Nuevo Orden Mundial". Todo se haya interconectado, y el autor de este libro conoce las claves de esa conversión futura de todos nosotros en ganado humano y en masa de esclavos. El proceso de ruptura con la tradición y el latrocinio de los símbolos se encuentran muy avanzados en España.
Cuando leo a Vaquero Oroquieta no puedo evitar las comparaciones con mi Asturias natal. Tan diferente a Navarra, en algunos aspectos, pero tan semejante y hermana en otros muchos… Fernando José habla de las guerras de banderas, de cómo a los navarros se les quiere arrebatar su roja bandera con cadenas, cadenas que los españoles arrancamos en el pasado de nuestros déspotas musulmanes, cadenas sacudidas antaño en Covadonga y en Las Navas de Tolosa. Que a los navarros se les quiera robar su bandera regional, pero, más grave aún, su bandera nacional la roja y gualda, es parte del Plan. "Ikurriñas" y otras invenciones ajenas al navarrismo y a la tradición hispánica de nuestros pueblos son cosas que forman parte del mismo proyecto balcanizador y lobotomizador.
Comparo la guerra contra la verdadera Navarra, foral e hispánica, y las pequeñas guerras del asturianismo, y no puedo dejar de ver ese mismo y malévolo Plan. Mi bandera regional es azul, con la Cruz de la Victoria, de la que penden las letras alfa y omega. Pero el Plan de lobotomía de los pueblos, de robo de su tradición e identidad, está en marcha: le quitan las letras griegas a la Cruz, a esa Cruz que enarboló don Pelayo en plena Batalla de Covadonga, la Cruz de Cristo hecha a partir de una rama de roble, dorada luego por el metal más noble, pero dorada, sobre todo, por el auxilio divino que a aquellas gentes celtogermánicas (los primeros hispanos, en verdad, godos, astures y cántabros) recibieron en el siglo VIII. La ayuda de Nuestra Señora para iniciar desde el Norte la expulsión musulmana. Pues bien, a la Cruz le quitan muchos el mensaje sagrado: en aquellos montes asturcántabros nace España y hacia ellos debe gravitar nuestro corazón y tender como fin: alfa y omega, España como idea, las Españas como proyecto liberador universal y cristiano. A mi bandera le han quitado en muchos sitios los lóbulos de los bordes de la Cruz, amén de las letras griegas, y le han añadido, para más inri, cual pegote pseudo-marxista, una estrellita roja para así dar a entender que a los custodios de la idea de España (eso hemos de ser siempre los verdaderos asturianos) nos van las veleidades separatistas. Falso de toda falsedad. Pero no se excluye la posibilidad de una futura Asturias secuestrada, como tampoco es imposible una Navarra –de savia católica e hispana- secuestrada por sus políticos. Ya lo estamos viendo.
Cuánta lástima y cuánta solidaridad he sentido al leer el excelente trabajo de Vaquero Oroquieta. Pues el problema de Navarra es el mismo que el problema de Asturias, de Cataluña, de Andalucía, de España entera. Es el mismo "Plan": robarnos la identidad, acentuar y eternizar la "Leyenda Negra" y olvidar qué somos, y quiénes fuimos. El autor es certero: los colonizadores actuales de Navarra, introduciendo su artificial euskera en áreas donde nunca se habló (en aquellas donde sí es patrimonial el vascuence, justo es que se defienda y proteja junto al español), malmetiendo problemas de otras provincias y enfrentando a la sociedad civil, potenciando una agenda cultural y social mucho más activa e inteligente que la agenda del navarrismo y del hispanismo, a veces inexistente… Porque este es el problema de Navarra y de todas las demás autonomías infectadas con virus separatista: la agenda anti-española está siendo mucho más inteligente y bien planificada a largo plazo, especialmente por medio del manejo de las instituciones educativas. El entramado separatista es grande, complejo y bien regado por un sistema de financiación ante el cual el Estado y las fuerzas políticas llamadas a defenderlo, no hacen nada, se inhiben de manera suicida.
Y mientras tanto, nuestra "derechita cobarde", ¿qué hace? Antes habrá una nueva izquierda con visión nacional o una especie nueva de ranas que críen pelo, antes, mucho antes de que la derechita quiera coger este toro por los cuernos. Patrioterismo fácil, que habla de defender los toros, la caza o se burla de los fueros históricos o del bable, que ve "peligros" donde no los hay, pero que se muestra impotente ante un "aberchalismo" crecido y arrogante día a día. Una derechita sin cultura ni ideología, sin formación en materia histórica, sin sensibilidad regionalista ni mentalidad estratégica, dispuesta a tirar al niño con el agua de la bañera, sin saber qué hacer, salvo hablar de rebajas fiscales y reconquistas de Gibraltar. ¿Qué diablos van a reconquistar si van a perder Navarra y, con ella, el corazón de la Hispanidad?
Lean el libro de Fernando José. Es necesario. Consejo de amigo.
Roban hasta los símbolos. Esta es la guerra y el latrocinio del siglo XXI. Roban hasta los símbolos más amados por un pueblo para así robarles el alma. Hoy, colonizan. Mañana, esclavizan. Esta es su consigna.
He aquí el libro de Fernando José Vaquero Oroquieta: De Navarra a Nafarroa. La Otra Conquista [La Tribuna del País Vasco Ediciones, 2019]. Todo un documento, una espléndida colección de ensayos que transitan desde la más palpitante experiencia local, hasta la planetaria planificación de un "Nuevo Orden Mundial". Todo se haya interconectado, y el autor de este libro conoce las claves de esa conversión futura de todos nosotros en ganado humano y en masa de esclavos. El proceso de ruptura con la tradición y el latrocinio de los símbolos se encuentran muy avanzados en España.
Cuando leo a Vaquero Oroquieta no puedo evitar las comparaciones con mi Asturias natal. Tan diferente a Navarra, en algunos aspectos, pero tan semejante y hermana en otros muchos… Fernando José habla de las guerras de banderas, de cómo a los navarros se les quiere arrebatar su roja bandera con cadenas, cadenas que los españoles arrancamos en el pasado de nuestros déspotas musulmanes, cadenas sacudidas antaño en Covadonga y en Las Navas de Tolosa. Que a los navarros se les quiera robar su bandera regional, pero, más grave aún, su bandera nacional la roja y gualda, es parte del Plan. "Ikurriñas" y otras invenciones ajenas al navarrismo y a la tradición hispánica de nuestros pueblos son cosas que forman parte del mismo proyecto balcanizador y lobotomizador.
Comparo la guerra contra la verdadera Navarra, foral e hispánica, y las pequeñas guerras del asturianismo, y no puedo dejar de ver ese mismo y malévolo Plan. Mi bandera regional es azul, con la Cruz de la Victoria, de la que penden las letras alfa y omega. Pero el Plan de lobotomía de los pueblos, de robo de su tradición e identidad, está en marcha: le quitan las letras griegas a la Cruz, a esa Cruz que enarboló don Pelayo en plena Batalla de Covadonga, la Cruz de Cristo hecha a partir de una rama de roble, dorada luego por el metal más noble, pero dorada, sobre todo, por el auxilio divino que a aquellas gentes celtogermánicas (los primeros hispanos, en verdad, godos, astures y cántabros) recibieron en el siglo VIII. La ayuda de Nuestra Señora para iniciar desde el Norte la expulsión musulmana. Pues bien, a la Cruz le quitan muchos el mensaje sagrado: en aquellos montes asturcántabros nace España y hacia ellos debe gravitar nuestro corazón y tender como fin: alfa y omega, España como idea, las Españas como proyecto liberador universal y cristiano. A mi bandera le han quitado en muchos sitios los lóbulos de los bordes de la Cruz, amén de las letras griegas, y le han añadido, para más inri, cual pegote pseudo-marxista, una estrellita roja para así dar a entender que a los custodios de la idea de España (eso hemos de ser siempre los verdaderos asturianos) nos van las veleidades separatistas. Falso de toda falsedad. Pero no se excluye la posibilidad de una futura Asturias secuestrada, como tampoco es imposible una Navarra –de savia católica e hispana- secuestrada por sus políticos. Ya lo estamos viendo.
Cuánta lástima y cuánta solidaridad he sentido al leer el excelente trabajo de Vaquero Oroquieta. Pues el problema de Navarra es el mismo que el problema de Asturias, de Cataluña, de Andalucía, de España entera. Es el mismo "Plan": robarnos la identidad, acentuar y eternizar la "Leyenda Negra" y olvidar qué somos, y quiénes fuimos. El autor es certero: los colonizadores actuales de Navarra, introduciendo su artificial euskera en áreas donde nunca se habló (en aquellas donde sí es patrimonial el vascuence, justo es que se defienda y proteja junto al español), malmetiendo problemas de otras provincias y enfrentando a la sociedad civil, potenciando una agenda cultural y social mucho más activa e inteligente que la agenda del navarrismo y del hispanismo, a veces inexistente… Porque este es el problema de Navarra y de todas las demás autonomías infectadas con virus separatista: la agenda anti-española está siendo mucho más inteligente y bien planificada a largo plazo, especialmente por medio del manejo de las instituciones educativas. El entramado separatista es grande, complejo y bien regado por un sistema de financiación ante el cual el Estado y las fuerzas políticas llamadas a defenderlo, no hacen nada, se inhiben de manera suicida.
Y mientras tanto, nuestra "derechita cobarde", ¿qué hace? Antes habrá una nueva izquierda con visión nacional o una especie nueva de ranas que críen pelo, antes, mucho antes de que la derechita quiera coger este toro por los cuernos. Patrioterismo fácil, que habla de defender los toros, la caza o se burla de los fueros históricos o del bable, que ve "peligros" donde no los hay, pero que se muestra impotente ante un "aberchalismo" crecido y arrogante día a día. Una derechita sin cultura ni ideología, sin formación en materia histórica, sin sensibilidad regionalista ni mentalidad estratégica, dispuesta a tirar al niño con el agua de la bañera, sin saber qué hacer, salvo hablar de rebajas fiscales y reconquistas de Gibraltar. ¿Qué diablos van a reconquistar si van a perder Navarra y, con ella, el corazón de la Hispanidad?
Lean el libro de Fernando José. Es necesario. Consejo de amigo.