El motor de la secesión catalana: “Los papeles secretos de Pujol”
Alrededor del año 2000, en pleno apogeo de la popularidad del José María Aznar y su Gobierno, en Cataluña algo me llamó la atención: los medios informativos en bloque se volcaban en apoyo del dirigente de ERC Josep Lluis Carod-Rovira. Entrevistas, comentarios elogiosos por parte de los tertulianos y, lo que ya me abrió los ojos, en La Vanguardia saludaban como político socialdemócrata razonable y moderado a un personaje atrabiliario y ultra como este. Algo pasaba.
Han transcurrido 19 años y por fin tenemos la explicación. El semanario catalán El Triangle, medio cercano a la izquierda aunque no nacionalista, ha publicado los llamados “Papeles secretos de Pujol”. Conocíamos el Programa 2000 desde que el 28 de octubre de 1990 El Periódico de Cataluña publicara su contenido, que entonces creímos que era completo, pero ahora hemos comprobado que era un simple resumen. Lo que se ha publicado ahora es el auténtico Programa 2000, un total de 33 páginas en las que se desarrolla lo que estaba esbozado en el documento ya conocido. Aquí se establecen las estrategias a desarrollar para conseguir el objetivo de asaltar la sociedad. Aquí se deja claro que en contra de lo que decía públicamente el President (1), ya había una apuesta clara e inequívoca por la secesión. En sus textos de forma inequívoca ya se plantea la colonización de la Comunidad Valencia y Baleares, superando la concepción puramente cultural ahora esgrimida.
Al final la fábrica de independentistas no era el PP ni mucho menos Madrid. La fábrica de independentistas estaba en la secretaría del MHP, (Molt Honorable President) Jordi Pujol.
Con Carod-Rovira aun jugando con el riesgo de una pérdida momentánea de la Generalitat, como finalmente pasó, Jordi Pujol trabajaba a largo plazo, movía sus peones aferrándose al plan de sustituir todo, absolutamente todo lo que sonara a “español”, imponiendo lo que consideraban “catalán”. Y aquí el objetivo era acabar con el poderío del PSC, sustituyéndole en el espacio de izquierda socialdemócrata por este viejo partido golpista. A golpe de sibato, toda la maquinaria mediática controlada desde el Palau se puso en marcha y, aunque costó más de lo esperado, con el apoyo de Caballos de Troya como los Maragall y resto de los traidores que luego se vendieron al secesionismo, hoy podemos decir que el objetivo de llevar a la irrelevancia a los socialistas catalanes ya se ha cumplido.
Lo cierto es que la promoción de ERC no fue la única operación para acabar con los partidos “españoles”. Es recordado como José María Aznar cortó la cabeza a Aleix Vidal-Quadras cuando todavía tenía mucho potencial de crecimiento, garantizando a CiU el control del centro y derecha, pero ha pasado desapercibida otra operación más sorprendente. Alguien debió de pensar que con el incremento de la inmigración podría haber el caldo de cultivo para un partido de extrema derecha españolista. Y de pronto, de forma sorprendente, empezó a ser invitado en TV3 Josep Anglada, dirigente de un grupúsculo antiimigración, Plataforma per Catalunya (PxC). ¿Por qué nadie se preguntó como un don nadie procedente de Fuerza Nueva llegaba al ‘prime time’ de la televisión catalana mientras los más destacados demócratas unionistas eran sistemáticamente ignorados?
Anglada mantuvo la ambigüedad en el tema nacionalista y realizó algunos guiños al Palau, como acudir a la capilla ardiente del reconocido dirigente racista de ERC, Heribert Barrera. Su partido tuvo un sector que ahora llamaríamos “lazi”, encabezado por Enric Revelló, que enarbolaba la estelada. Pero PxC no terminó de dar el salto que esperaban, quizá porque el partido se les llenó de ‘españolistas’. Naturalmente toda la Brunete mediática nacionalista convirtió las cañas en lanzas y los dóciles medios catalanes, junto a errores propios, se encargaron de acabar con la aventura.
Mejor les salió la operación de una supuesta extrema izquierda alternativa y parlamentaria con la CUP. Desde finales de los ochenta, un grupo de frikis, parte de ellos relacionados con los restos de ‘Terra Lliure’ que no habían querido recalar en ERC, mantenían algunas candidaturas municipales en lo que hoy llamamos irónicamente ‘Tractoria’, con resultados más bien discretos. Después del impacto del movimiento del 15-M, los amos del cortijo pensaron que podían ser ideales para asegurar la catalanización del espacio electoral de la ultra izquierda, demostrando por cierto muy poco agradecimiento a sus dirigentes que siempre se han desvivido por arrastrarse ante los ultranacionalistas. Pero la pureza étnica es lo primero. Dicho y hecho, toda la maquinaria mediática se puso en marcha para garantizar que llegaran al Parlament. Además, se mataron dos pájaros de un tiro. La cabeza visible fue David Fernández, modelo de charnego sumiso y servil, siempre dispuesto a obedecer a sus amos y en quien se pusieron las esperanzas de que fuera el Flautista de Hamelin que llevara al redil secesionista a los descendientes de los inmigrantes.
Después sería sustituido por otro charnego, Antonio Baños, que se encargó de hacer el trabajo sucio para que los supermegaultrarojos de la CUP votaran al derechista Puigdemont. Por supuesto que una vez que la marca estaba consolidada, sus dirigentes actuales ya son catalanes de ocho apellidos. La trayectoria del grupo ha sido clara e inequívoca: mucho blablablá alternativo y revolucionario pero al final siempre han tragado con lo que les imponía la extrema derecha catalanista que hoy forman el PDCat y JxC.
De todas formas, la “catalanización” de la política no fue el aspecto más importante. No nos vamos a extender en el asalto a la educación, periodismo y medios, Iglesia, mundo económico y deportivo, cultura, porque otros han escrito más y mejor. En palabras del redactor del Programa 2000 Ramón Juncosa, han conseguido que “el modelo cultural catalán pueda penetrar (en un proceso lento todavía, pero que habría que hacer definitivo y, a la vez, permanentemente irreversible) en el cuerpo social”. El mayor valor de estos “papeles secretos” que nos aporta El Triangle (gracias a su entrega por un antiguo responsable de la Generalitat), es que nos explican cómo y porqué iba a producirse el asalto. Y lo más importante, nos demuestran que todo esto ha sido milimétricamente desarrollado durante décadas.
Lo más interesante es observar cómo en aquella primera fase se estructura la operación con unas listas de “agentes actuantes”. Listas de ‘colaboracionistas’ que se encargarían de hacer en la sombra el trabajo sucio para engañar a los catalanes y, sobre todo, ir asaltando áreas de poder.
Expresamente no se habla de pagos y compensaciones, pero hay que tener en cuenta lo ambicioso de sus objetivos. Los conspiradores no lograrían nada si la infiltración de sus marionetas quedaba en los niveles inferiores y no llegaba a los puestos directivos. De nada sirve tener a periodistas ultranacionalistas si luego el director y el subdirector del periódico son demócratas y podan sus barbaridades. Y así en los distintos ámbitos. Los “agentes actuantes” y los que se fueron reclutando posteriormente, sólo tendrían éxito si llegaban a puestos de poder y control. Puestos obviamente que tienen mejores sueldos y condiciones. Ahí es donde, naturalmente pagando, otros, los peones de la secesión, trincaban pasta.
Otra cosa no, pero el pienso para los suyos siempre lo han cuidado muy bien. Conocidos son los sueldazos de TV3, pero es completamente ignorado el curioso sistema salarial que esta gente instituyó en la Generalitat. El sindicato CSIF realizó un estudio de sueldos de las diferentes autonomías. En todas están proporcionados los ingresos de los diferentes grupos de funcionarios menos en la comunidad autonómica de Cataluña. Los dos grupos más bajos, C2 y C1 están por debajo de la media, mientras los dos grupos más altos, A2 y A1, técnicos y jefes, perciben en comparación con las otras administraciones unos auténticos sueldazos (2). Había que tenerlos contentos para sus planes totalitarios, mientras los funcionarios bajos eran prescindibles. Al margen de las inevitables excepciones de heroicos resistentes, los empleados públicos de los grupos superiores, además de agentes de la nacionalización, apoyan electoralmente a JxC, ERC y las CUP, y así se explicando hechos tan curiosos como que los votantes de estos partidos sean los que presentan medias de ingresos más altas. Como decía en una de sus canciones el grupo musical vasco “La Polla Records”: “Todo por la Patria, Todo por la Pasta”.
Esta política de asalto a la sociedad civil hizo que desde finales de los noventa del pasado siglo, para acceder a puestos de poder en los distintos ámbitos, ya fueran educativos, colegios profesionales, mundo deportivo, asociacionismo, etc., el mérito y el programa carecían de importancia. Condición sine qua non era, como mínimo, no ser molesto al nacionalismo, guardar la debida ambigüedad y garantizar libertad de movimientos de los más ultras de las directivas y jefaturas de cada ámbito. A partir del siglo XXI ya no será suficiente y cada vez se exigirá más y mayor implicación en el ultranacionalismo, con independencia de que el candidato fuera un zote o una calamidad pública. Cuando un no ultranacionalista intentaba optar a un puesto, se encontraba que los “indes”, con independencia de fueran de extrema izquierda o extrema derecha, socialdemócratas o centristas, terminaban poniéndose de acuerdo para bloquearlo y concentraban el voto en un candidato radical. Y el vencedor, ya hemos explicado, tenía el control, el poder…. y la pasta.
Y este proceso se ha podido realizar por el segundo aspecto más significativo del Programa 2000: acabar con la dialéctica izquierda versus derecha. Mientras ICV (y sus sucesores de Comuns y Podem), PSC y PP seguían con su jueguecito de amigos/enemigos y dócilmente unos apoyaban a ERC y los otros a CiU, en el otro lado, de forma lenta, soterrada, se iba produciendo un paulatino acercamiento de posiciones.
Ha sido un proceso largo, con parones, con momentos de tensión en virtud de las aspiraciones sobre la jefatura del secesionismo, pero viendo con perspectiva lo ocurrido desde que en agosto de 1990 se creara el primer borrador del Programa 2000, es asombroso cómo fuerzas que se suponía tan diferentes y distantes han terminado apoyándose mutuamente hasta compartir Gobierno. Mientras, las fuerzas no nacionalistas, de forma borreguil, seguían jugando la misma partida de la política nacional machacándose mutuamente mientras sus enemigos les iban arrinconando. Sólo Ciudadanos evitó caer en esta trampa y de ahí sus resultados, que hubieran sido mejores con una política de comunicación más adecuada.
El golpe de Estado se empezó a preparar en el 2009. Desde entonces se fueron sucediendo una tras otra las cumbres “históricas” para acordar los distintos documentos e iniciativas que han jalonado el irónicamente llamado pruses, hasta llegar al golpe de Estado del 6 y 7 de septiembre de 2017, luego refrendado por cientos de miles de tejeritos el 1-O. En todos, absolutamente en todos los casos, comentaristas políticos, en especial de la burbujita política madrileña, nos explicaban las enormes diferencias que había entre los diferentes partidos secesionistas y que “esta vez sí” no habría acuerdo. Siempre era la misma película que tenía el mismo fin: tras frenéticas negociaciones en una “jornada histórica”, todos, absolutamente todos, se ponían de acuerdo, y el papel que fuera era firmado.
Y ahora gracias a El Triangle sabemos por qué siempre había acuerdo final: Jordi Pujol i Soley había sido el guionista y sus bien “sobornados” siervos se fueron encargando del resto.
Conclusiones
La velocidad con la que se suceden los hechos ha provocado que tan trascendental documento haya pasado desapercibido, algo que no debería ocurrir porque con él se explica el origen de todo lo que está pasando. La batalla del relato empieza ahora y hay que conseguir que se conozca cómo hemos llegado a esto.
Finalizo con algunas reflexiones:
1.- Nos mintieron. Ahora sabemos que nos mintieron y probablemente la mayoría era consciente de que nos mentían. Los Barril, Juliana, Antich, Ramoneda, Otero, Évole y otros llevan décadas engañando a la opinión pública. Vendiendo como medicina lo que en realidad era veneno. El llamado diálogo, escuchar a los independentistas, el darles más y más competencias y más y más dinero sin controlar en que se gastaba, el ninguneo con que trataban y exigían que tratáramos a los catalanes no nacionalistas, su obsesión por decir que eran demócratas y pacíficos, sus recriminaciones y críticas cada vez que alguien intentaba frenar la chulería y prepotencia del nacionalismo catalán, han sido cruciales y decisivos a la hora de allanar el camino a los planes de Jordi Pujol.
Al final los políticos nacionales, empezando por los de la derecha, han estado aplicando la medicina del “diálogo”, cediendo en competencias identitarias y poder económico sin exigir a cambio contrapartidas o cesiones, algo que hoy sabemos ha sido letal.
2.- Políticamente hablando, el PSC ha sido el gran pagano del Programa 2000. Los socialistas lo tenían casi todo en el Principado. Arrasaban en las elecciones del Congreso y Senado, tenían el poder municipal y en diputaciones, el principal grupo de la oposición y con capacidad de llegar al poder en cuanto aumentara la participación en las elecciones autonómicas, cosa que finalmente consiguieron. Al margen de sus errores, ha sido fundamental el trabajo sucio de los medios informativos amaestrados y comprados con la publicidad, así como la labor de zapa realizada por infiltrados. No es casualidad que decenas de cargos orgánicos del partido se hayan ido a hacer caja a las filas independentistas. Hoy el PSC es un actor irrelevante en el panorama político catalán. El reconocimiento del juego sucio de la antigua Convergencia, asumir que se equivocaron cuando creían que la “nacionalización” era sólo un factor cultural o que el nuevo Estatut arreglaría algo y reconocer que el escenario de lucha izquierda/derecha ha volado por los aires, les daría por primera vez en los últimos diez años unas bases firmes para empezar la recuperación.
3.- Los siguientes grandes paganos han estado también en la izquierda y extrema izquierda. Primero con ICV, luego con Podem y Comuns. Por mucho que se hayan humillado, firmado de forma sumisa y servil las más disparatadas exigencias y principios ultranacionalistas, nunca serán más que una m…. para los secesionistas. Al fin y al cabo, otra cosa no, pero estos conocen la sociedad catalana más que nadie, y saben que dos tercios de sus votantes nunca han querido saber nada del secesionismo. Siempre, absolutamente siempre, les despreciarán. Asombra que después de que la derecha y extrema derecha catalanista hayan teledirigido la operación CUP para aniquilarlos, aún haya dirigentes comunes como la señora Colau que estén en la más absoluta inopia. Que los ‘Papeles Secretos de Pujol’ estuvieran en el centro del debate es una oportunidad para que este espacio político, sin renunciar a sus ideales, incluido el llamado derecho de autodeterminación, puedan reaccionar recuperando la libertad y la dignidad, hoy por hoy en gran medida entregadas a los herederos del Honorable.
4.- Los ‘Papeles Secretos de Pujol’ son un elemento incómodo para el PP. Ya no se recuerda, pero el desquiciamiento llegó a ser de tal calibre que en Moncloa, allá por el año 2000, se creía en el carácter responsable de Pujol y hubo planes para hacer una operación similar de alianza como la que se hizo con UPN, por la cual el partido de Génova en Cataluña desaparecería subsumido en CiU. Aterra pensar qué hubiera ocurrido si Jordi Pujol hubiera sido audaz y a cambio de un apoyo genérico e inane en Madrid, se hubiera quedado con todo el centro y derecha catalán. Como ocurre con los socialistas, un reconocimiento expreso del mal hecho sería útil.
5.- El diputado de Ciudadanos Guillermo Díaz en un tuit hacía una interesante reflexión. Hasta no hacía mucho, para PSOE y PP, Jordi Pujol era un “hombre de Estado”. Y acierta, porque así era considerado mientras en las cloacas movía los hilos para dinamitar ese Estado. Ciudadanos, políticamente hablando, ha sido el único fracaso del Programa 2000, a pesar de los denodados esfuerzos de la Brunete mediática ultranacionalista. Tuvieron la suerte de llegar con Internet y la ruptura del monopolio de la información al que aspiraba el President. Si saben utilizar todos estos datos, en especial el fenómeno de las listas de “agentes actuantes”, que obviamente han ido renovándose, haciendo pedagogía para deslegitimar esas élites sobornadas que han ocupado universidades, colegios profesionales, federaciones y resto de organizaciones y asociaciones de la sociedad civil, pueden recuperar espacio público y credibilidad en la lucha contra el nacionalismo. Ellos están en mejor condición que nadie para aprovecharlo, pero tendrán que hacer de esta información uno de los ejes centrales de su discurso y explicarlo sin cometer errores que puedan aprovechar sus adversarios.
6.- Vox, en Cataluña, fracasó. Después del justito resultado de las generales y del estrepitoso fracaso de las municipales, acuciados por una absurda división interna, se les ve perdidos. Ellos tienen la solución “mágica” de la ilegalización y para qué se van a preocupar por la lucha de las ideas, por mensajes que salgan de lo habitual, por buscar los puntos débiles del secesionismo. Una bonita ley y todo arreglado. Así que en este caso, como en otros, ni están ni se les espera. Una pena. A estos les doy por perdidos, pero….
7.- Una última reflexión de carácter general. Mientras los ultranacionalistas no necesitan cambiar su discurso, al girar todo en torno sí o no a la secesión, el constitucionalismo no se encuentra en esta situación. La crisis del PP vasco empezó antes de la defenestración de María San Gil, cuando dos o tres años antes se empezó a evidenciar el agotamiento del discurso. En Ciudadanos se empieza a ver ese mismo fenómeno. Será todo lo injusto que se quiera, pero para evitar la desmovilización y pérdida de apoyos, es necesaria una renovación en la comunicación, buscar nuevos argumentos y abrir otros frentes de denuncia. Como no se evolucione ya sea usando esta información de El Triangle, ya sean otros casos, informaciones y argumentos, estaremos abocados, a una crisis como la que afronta el constitucionalismo en Euskadi. Estamos a tiempo.
(1) Es interesantísimo ver las entrevistas del President, proclamando que no querían la independencia. Por ejemplo la hemeroteca de La Vanguardia del 7 de enero de 1990.
(2) Mención aparte están el País Vasco y Navarra que merced a las presuntas trampas en el cálculo del Cupo se permiten otros salarios.
Alrededor del año 2000, en pleno apogeo de la popularidad del José María Aznar y su Gobierno, en Cataluña algo me llamó la atención: los medios informativos en bloque se volcaban en apoyo del dirigente de ERC Josep Lluis Carod-Rovira. Entrevistas, comentarios elogiosos por parte de los tertulianos y, lo que ya me abrió los ojos, en La Vanguardia saludaban como político socialdemócrata razonable y moderado a un personaje atrabiliario y ultra como este. Algo pasaba.
Han transcurrido 19 años y por fin tenemos la explicación. El semanario catalán El Triangle, medio cercano a la izquierda aunque no nacionalista, ha publicado los llamados “Papeles secretos de Pujol”. Conocíamos el Programa 2000 desde que el 28 de octubre de 1990 El Periódico de Cataluña publicara su contenido, que entonces creímos que era completo, pero ahora hemos comprobado que era un simple resumen. Lo que se ha publicado ahora es el auténtico Programa 2000, un total de 33 páginas en las que se desarrolla lo que estaba esbozado en el documento ya conocido. Aquí se establecen las estrategias a desarrollar para conseguir el objetivo de asaltar la sociedad. Aquí se deja claro que en contra de lo que decía públicamente el President (1), ya había una apuesta clara e inequívoca por la secesión. En sus textos de forma inequívoca ya se plantea la colonización de la Comunidad Valencia y Baleares, superando la concepción puramente cultural ahora esgrimida.
Al final la fábrica de independentistas no era el PP ni mucho menos Madrid. La fábrica de independentistas estaba en la secretaría del MHP, (Molt Honorable President) Jordi Pujol.
Con Carod-Rovira aun jugando con el riesgo de una pérdida momentánea de la Generalitat, como finalmente pasó, Jordi Pujol trabajaba a largo plazo, movía sus peones aferrándose al plan de sustituir todo, absolutamente todo lo que sonara a “español”, imponiendo lo que consideraban “catalán”. Y aquí el objetivo era acabar con el poderío del PSC, sustituyéndole en el espacio de izquierda socialdemócrata por este viejo partido golpista. A golpe de sibato, toda la maquinaria mediática controlada desde el Palau se puso en marcha y, aunque costó más de lo esperado, con el apoyo de Caballos de Troya como los Maragall y resto de los traidores que luego se vendieron al secesionismo, hoy podemos decir que el objetivo de llevar a la irrelevancia a los socialistas catalanes ya se ha cumplido.
Lo cierto es que la promoción de ERC no fue la única operación para acabar con los partidos “españoles”. Es recordado como José María Aznar cortó la cabeza a Aleix Vidal-Quadras cuando todavía tenía mucho potencial de crecimiento, garantizando a CiU el control del centro y derecha, pero ha pasado desapercibida otra operación más sorprendente. Alguien debió de pensar que con el incremento de la inmigración podría haber el caldo de cultivo para un partido de extrema derecha españolista. Y de pronto, de forma sorprendente, empezó a ser invitado en TV3 Josep Anglada, dirigente de un grupúsculo antiimigración, Plataforma per Catalunya (PxC). ¿Por qué nadie se preguntó como un don nadie procedente de Fuerza Nueva llegaba al ‘prime time’ de la televisión catalana mientras los más destacados demócratas unionistas eran sistemáticamente ignorados?
Anglada mantuvo la ambigüedad en el tema nacionalista y realizó algunos guiños al Palau, como acudir a la capilla ardiente del reconocido dirigente racista de ERC, Heribert Barrera. Su partido tuvo un sector que ahora llamaríamos “lazi”, encabezado por Enric Revelló, que enarbolaba la estelada. Pero PxC no terminó de dar el salto que esperaban, quizá porque el partido se les llenó de ‘españolistas’. Naturalmente toda la Brunete mediática nacionalista convirtió las cañas en lanzas y los dóciles medios catalanes, junto a errores propios, se encargaron de acabar con la aventura.
Mejor les salió la operación de una supuesta extrema izquierda alternativa y parlamentaria con la CUP. Desde finales de los ochenta, un grupo de frikis, parte de ellos relacionados con los restos de ‘Terra Lliure’ que no habían querido recalar en ERC, mantenían algunas candidaturas municipales en lo que hoy llamamos irónicamente ‘Tractoria’, con resultados más bien discretos. Después del impacto del movimiento del 15-M, los amos del cortijo pensaron que podían ser ideales para asegurar la catalanización del espacio electoral de la ultra izquierda, demostrando por cierto muy poco agradecimiento a sus dirigentes que siempre se han desvivido por arrastrarse ante los ultranacionalistas. Pero la pureza étnica es lo primero. Dicho y hecho, toda la maquinaria mediática se puso en marcha para garantizar que llegaran al Parlament. Además, se mataron dos pájaros de un tiro. La cabeza visible fue David Fernández, modelo de charnego sumiso y servil, siempre dispuesto a obedecer a sus amos y en quien se pusieron las esperanzas de que fuera el Flautista de Hamelin que llevara al redil secesionista a los descendientes de los inmigrantes.
Después sería sustituido por otro charnego, Antonio Baños, que se encargó de hacer el trabajo sucio para que los supermegaultrarojos de la CUP votaran al derechista Puigdemont. Por supuesto que una vez que la marca estaba consolidada, sus dirigentes actuales ya son catalanes de ocho apellidos. La trayectoria del grupo ha sido clara e inequívoca: mucho blablablá alternativo y revolucionario pero al final siempre han tragado con lo que les imponía la extrema derecha catalanista que hoy forman el PDCat y JxC.
De todas formas, la “catalanización” de la política no fue el aspecto más importante. No nos vamos a extender en el asalto a la educación, periodismo y medios, Iglesia, mundo económico y deportivo, cultura, porque otros han escrito más y mejor. En palabras del redactor del Programa 2000 Ramón Juncosa, han conseguido que “el modelo cultural catalán pueda penetrar (en un proceso lento todavía, pero que habría que hacer definitivo y, a la vez, permanentemente irreversible) en el cuerpo social”. El mayor valor de estos “papeles secretos” que nos aporta El Triangle (gracias a su entrega por un antiguo responsable de la Generalitat), es que nos explican cómo y porqué iba a producirse el asalto. Y lo más importante, nos demuestran que todo esto ha sido milimétricamente desarrollado durante décadas.
Lo más interesante es observar cómo en aquella primera fase se estructura la operación con unas listas de “agentes actuantes”. Listas de ‘colaboracionistas’ que se encargarían de hacer en la sombra el trabajo sucio para engañar a los catalanes y, sobre todo, ir asaltando áreas de poder.
Expresamente no se habla de pagos y compensaciones, pero hay que tener en cuenta lo ambicioso de sus objetivos. Los conspiradores no lograrían nada si la infiltración de sus marionetas quedaba en los niveles inferiores y no llegaba a los puestos directivos. De nada sirve tener a periodistas ultranacionalistas si luego el director y el subdirector del periódico son demócratas y podan sus barbaridades. Y así en los distintos ámbitos. Los “agentes actuantes” y los que se fueron reclutando posteriormente, sólo tendrían éxito si llegaban a puestos de poder y control. Puestos obviamente que tienen mejores sueldos y condiciones. Ahí es donde, naturalmente pagando, otros, los peones de la secesión, trincaban pasta.
Otra cosa no, pero el pienso para los suyos siempre lo han cuidado muy bien. Conocidos son los sueldazos de TV3, pero es completamente ignorado el curioso sistema salarial que esta gente instituyó en la Generalitat. El sindicato CSIF realizó un estudio de sueldos de las diferentes autonomías. En todas están proporcionados los ingresos de los diferentes grupos de funcionarios menos en la comunidad autonómica de Cataluña. Los dos grupos más bajos, C2 y C1 están por debajo de la media, mientras los dos grupos más altos, A2 y A1, técnicos y jefes, perciben en comparación con las otras administraciones unos auténticos sueldazos (2). Había que tenerlos contentos para sus planes totalitarios, mientras los funcionarios bajos eran prescindibles. Al margen de las inevitables excepciones de heroicos resistentes, los empleados públicos de los grupos superiores, además de agentes de la nacionalización, apoyan electoralmente a JxC, ERC y las CUP, y así se explicando hechos tan curiosos como que los votantes de estos partidos sean los que presentan medias de ingresos más altas. Como decía en una de sus canciones el grupo musical vasco “La Polla Records”: “Todo por la Patria, Todo por la Pasta”.
Esta política de asalto a la sociedad civil hizo que desde finales de los noventa del pasado siglo, para acceder a puestos de poder en los distintos ámbitos, ya fueran educativos, colegios profesionales, mundo deportivo, asociacionismo, etc., el mérito y el programa carecían de importancia. Condición sine qua non era, como mínimo, no ser molesto al nacionalismo, guardar la debida ambigüedad y garantizar libertad de movimientos de los más ultras de las directivas y jefaturas de cada ámbito. A partir del siglo XXI ya no será suficiente y cada vez se exigirá más y mayor implicación en el ultranacionalismo, con independencia de que el candidato fuera un zote o una calamidad pública. Cuando un no ultranacionalista intentaba optar a un puesto, se encontraba que los “indes”, con independencia de fueran de extrema izquierda o extrema derecha, socialdemócratas o centristas, terminaban poniéndose de acuerdo para bloquearlo y concentraban el voto en un candidato radical. Y el vencedor, ya hemos explicado, tenía el control, el poder…. y la pasta.
Y este proceso se ha podido realizar por el segundo aspecto más significativo del Programa 2000: acabar con la dialéctica izquierda versus derecha. Mientras ICV (y sus sucesores de Comuns y Podem), PSC y PP seguían con su jueguecito de amigos/enemigos y dócilmente unos apoyaban a ERC y los otros a CiU, en el otro lado, de forma lenta, soterrada, se iba produciendo un paulatino acercamiento de posiciones.
Ha sido un proceso largo, con parones, con momentos de tensión en virtud de las aspiraciones sobre la jefatura del secesionismo, pero viendo con perspectiva lo ocurrido desde que en agosto de 1990 se creara el primer borrador del Programa 2000, es asombroso cómo fuerzas que se suponía tan diferentes y distantes han terminado apoyándose mutuamente hasta compartir Gobierno. Mientras, las fuerzas no nacionalistas, de forma borreguil, seguían jugando la misma partida de la política nacional machacándose mutuamente mientras sus enemigos les iban arrinconando. Sólo Ciudadanos evitó caer en esta trampa y de ahí sus resultados, que hubieran sido mejores con una política de comunicación más adecuada.
El golpe de Estado se empezó a preparar en el 2009. Desde entonces se fueron sucediendo una tras otra las cumbres “históricas” para acordar los distintos documentos e iniciativas que han jalonado el irónicamente llamado pruses, hasta llegar al golpe de Estado del 6 y 7 de septiembre de 2017, luego refrendado por cientos de miles de tejeritos el 1-O. En todos, absolutamente en todos los casos, comentaristas políticos, en especial de la burbujita política madrileña, nos explicaban las enormes diferencias que había entre los diferentes partidos secesionistas y que “esta vez sí” no habría acuerdo. Siempre era la misma película que tenía el mismo fin: tras frenéticas negociaciones en una “jornada histórica”, todos, absolutamente todos, se ponían de acuerdo, y el papel que fuera era firmado.
Y ahora gracias a El Triangle sabemos por qué siempre había acuerdo final: Jordi Pujol i Soley había sido el guionista y sus bien “sobornados” siervos se fueron encargando del resto.
Conclusiones
La velocidad con la que se suceden los hechos ha provocado que tan trascendental documento haya pasado desapercibido, algo que no debería ocurrir porque con él se explica el origen de todo lo que está pasando. La batalla del relato empieza ahora y hay que conseguir que se conozca cómo hemos llegado a esto.
Finalizo con algunas reflexiones:
1.- Nos mintieron. Ahora sabemos que nos mintieron y probablemente la mayoría era consciente de que nos mentían. Los Barril, Juliana, Antich, Ramoneda, Otero, Évole y otros llevan décadas engañando a la opinión pública. Vendiendo como medicina lo que en realidad era veneno. El llamado diálogo, escuchar a los independentistas, el darles más y más competencias y más y más dinero sin controlar en que se gastaba, el ninguneo con que trataban y exigían que tratáramos a los catalanes no nacionalistas, su obsesión por decir que eran demócratas y pacíficos, sus recriminaciones y críticas cada vez que alguien intentaba frenar la chulería y prepotencia del nacionalismo catalán, han sido cruciales y decisivos a la hora de allanar el camino a los planes de Jordi Pujol.
Al final los políticos nacionales, empezando por los de la derecha, han estado aplicando la medicina del “diálogo”, cediendo en competencias identitarias y poder económico sin exigir a cambio contrapartidas o cesiones, algo que hoy sabemos ha sido letal.
2.- Políticamente hablando, el PSC ha sido el gran pagano del Programa 2000. Los socialistas lo tenían casi todo en el Principado. Arrasaban en las elecciones del Congreso y Senado, tenían el poder municipal y en diputaciones, el principal grupo de la oposición y con capacidad de llegar al poder en cuanto aumentara la participación en las elecciones autonómicas, cosa que finalmente consiguieron. Al margen de sus errores, ha sido fundamental el trabajo sucio de los medios informativos amaestrados y comprados con la publicidad, así como la labor de zapa realizada por infiltrados. No es casualidad que decenas de cargos orgánicos del partido se hayan ido a hacer caja a las filas independentistas. Hoy el PSC es un actor irrelevante en el panorama político catalán. El reconocimiento del juego sucio de la antigua Convergencia, asumir que se equivocaron cuando creían que la “nacionalización” era sólo un factor cultural o que el nuevo Estatut arreglaría algo y reconocer que el escenario de lucha izquierda/derecha ha volado por los aires, les daría por primera vez en los últimos diez años unas bases firmes para empezar la recuperación.
3.- Los siguientes grandes paganos han estado también en la izquierda y extrema izquierda. Primero con ICV, luego con Podem y Comuns. Por mucho que se hayan humillado, firmado de forma sumisa y servil las más disparatadas exigencias y principios ultranacionalistas, nunca serán más que una m…. para los secesionistas. Al fin y al cabo, otra cosa no, pero estos conocen la sociedad catalana más que nadie, y saben que dos tercios de sus votantes nunca han querido saber nada del secesionismo. Siempre, absolutamente siempre, les despreciarán. Asombra que después de que la derecha y extrema derecha catalanista hayan teledirigido la operación CUP para aniquilarlos, aún haya dirigentes comunes como la señora Colau que estén en la más absoluta inopia. Que los ‘Papeles Secretos de Pujol’ estuvieran en el centro del debate es una oportunidad para que este espacio político, sin renunciar a sus ideales, incluido el llamado derecho de autodeterminación, puedan reaccionar recuperando la libertad y la dignidad, hoy por hoy en gran medida entregadas a los herederos del Honorable.
4.- Los ‘Papeles Secretos de Pujol’ son un elemento incómodo para el PP. Ya no se recuerda, pero el desquiciamiento llegó a ser de tal calibre que en Moncloa, allá por el año 2000, se creía en el carácter responsable de Pujol y hubo planes para hacer una operación similar de alianza como la que se hizo con UPN, por la cual el partido de Génova en Cataluña desaparecería subsumido en CiU. Aterra pensar qué hubiera ocurrido si Jordi Pujol hubiera sido audaz y a cambio de un apoyo genérico e inane en Madrid, se hubiera quedado con todo el centro y derecha catalán. Como ocurre con los socialistas, un reconocimiento expreso del mal hecho sería útil.
5.- El diputado de Ciudadanos Guillermo Díaz en un tuit hacía una interesante reflexión. Hasta no hacía mucho, para PSOE y PP, Jordi Pujol era un “hombre de Estado”. Y acierta, porque así era considerado mientras en las cloacas movía los hilos para dinamitar ese Estado. Ciudadanos, políticamente hablando, ha sido el único fracaso del Programa 2000, a pesar de los denodados esfuerzos de la Brunete mediática ultranacionalista. Tuvieron la suerte de llegar con Internet y la ruptura del monopolio de la información al que aspiraba el President. Si saben utilizar todos estos datos, en especial el fenómeno de las listas de “agentes actuantes”, que obviamente han ido renovándose, haciendo pedagogía para deslegitimar esas élites sobornadas que han ocupado universidades, colegios profesionales, federaciones y resto de organizaciones y asociaciones de la sociedad civil, pueden recuperar espacio público y credibilidad en la lucha contra el nacionalismo. Ellos están en mejor condición que nadie para aprovecharlo, pero tendrán que hacer de esta información uno de los ejes centrales de su discurso y explicarlo sin cometer errores que puedan aprovechar sus adversarios.
6.- Vox, en Cataluña, fracasó. Después del justito resultado de las generales y del estrepitoso fracaso de las municipales, acuciados por una absurda división interna, se les ve perdidos. Ellos tienen la solución “mágica” de la ilegalización y para qué se van a preocupar por la lucha de las ideas, por mensajes que salgan de lo habitual, por buscar los puntos débiles del secesionismo. Una bonita ley y todo arreglado. Así que en este caso, como en otros, ni están ni se les espera. Una pena. A estos les doy por perdidos, pero….
7.- Una última reflexión de carácter general. Mientras los ultranacionalistas no necesitan cambiar su discurso, al girar todo en torno sí o no a la secesión, el constitucionalismo no se encuentra en esta situación. La crisis del PP vasco empezó antes de la defenestración de María San Gil, cuando dos o tres años antes se empezó a evidenciar el agotamiento del discurso. En Ciudadanos se empieza a ver ese mismo fenómeno. Será todo lo injusto que se quiera, pero para evitar la desmovilización y pérdida de apoyos, es necesaria una renovación en la comunicación, buscar nuevos argumentos y abrir otros frentes de denuncia. Como no se evolucione ya sea usando esta información de El Triangle, ya sean otros casos, informaciones y argumentos, estaremos abocados, a una crisis como la que afronta el constitucionalismo en Euskadi. Estamos a tiempo.
(1) Es interesantísimo ver las entrevistas del President, proclamando que no querían la independencia. Por ejemplo la hemeroteca de La Vanguardia del 7 de enero de 1990.
(2) Mención aparte están el País Vasco y Navarra que merced a las presuntas trampas en el cálculo del Cupo se permiten otros salarios.