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Ernesto Ladrón de Guevara
Lunes, 04 de Noviembre de 2019 Tiempo de lectura:

Es intencionado crear una muchedumbre ignorante

Que los nacionalistas han logrado un cambio cognitivo de las masas por ellos dirigidas no es una revelación, es un hecho constatable.

 

¿Pero ahí queda todo?  Es evidente que no. Que la reprogramación cognitiva de las masas ha sido objeto buscado por los partidos llamados constitucionalistas (mal llamados pues han dejado destruida la Constitución y en estado agónico al Estado nacional) es una afirmación que voy a intentar demostrar.

 

Hay para España dos opciones: una es conservar y potenciar el Estado nacional, derivado del siglo XIX, siguiendo la estela de otros muchos estados nacionales construidos en Europa y en el resto del mundo. Por ejemplo, los que se derivaron de la independencia de las colonias españolas, mal llamadas colonias, pues eran parte de España, en ese conglomerado formado por la hispanidad como concepto y civilización cristiana con la imagen retrospectiva del lmperio como trasfondo.

 

La otra es la España federal asimétrica, que consiste en que las partes constitutivas del Estado español, que no de España, se desliguen de su matriz y pasen al control y vinculación entre sí de la Unión Europea, como partes de la misma, dejando de ser España y constituyendo elementos disociados bajo el auspicio y control de los regidores no elegidos por el pueblo que forman la troica de la Unión Europea. Recordemos que la Unión Europea es un mero nombre retórico, una denominación ficticia, pues a quienes rigen los destinos de ese artificio nadie los ha elegido, salvo los poderes ocultos. Una cosa es el Parlamento europeo y otra la Comisión.

 

Para los pergeñadores del nuevo orden, que está tras el despiezamiento de España, tiene suma importancia que los ciudadanos españoles tengan pocos mimbres para pensar. Por eso han dejado en su mínima expresión las humanidades, en el currículo educativo. Por ello se ha instalado la idea de que la escuela no es para impartir conocimientos sino para aprender a aprender. Como si se pudiera aprender sin tener un punto de partida en el conocimiento y una localización topológica en la red cognitiva del cerebro con las referencias del conocimiento, de la cultura antropológica, de la historia cierta y el legado colectivo común, de las ciencias y las letras. Sin las que las referencias intelectivas se difuminen, y las personas se pierdan en la maraña que es Internet. Sin tener puntos de partida para reconocer y diferenciar lo verdadero de lo falso; y sin que sean capaces de estructurar ese conocimiento y formarlo a partir de su localización en categorías del saber con un mínimo orden, no con el caos que actualmente caracteriza la construcción del conocimiento. Es precisamente ahora, cuando el acceso a la información está a merced de un click en el teclado del ordenador, cuando más se necesita referenciar la información y ubicarla en esas redes cognitivas. Es un sofisma esa frase de que la escuela ya no sirve para impartir contenidos de aprendizaje, el saber, pues todo está al alcance de la mano en la web.

 

¿Es intencionado crear una muchedumbre ignorante? Es evidente que sí. Si no, que alguien nos explique cómo es que tras décadas nadie haya metido mano al sistema educativo reformándolo de arriba abajo, haciéndolo útil para formar a ciudadanos bien educados, conscientes de sus responsabilidades y autodefinidos como personas singulares, con criterios formados a la luz del conocimiento cierto y objetivo.

 

Si una casta política al servicio de intereses ajenos a nuestra nación ha estado tan interesada en fragmentar el instrumento de socialización de la cultura antropológica común de los españoles, eliminando los registros cultos de nuestra lengua común es porque ha sido cómplice de una operación destructiva.  Si se ha conspirado para la desaparición del “ethos” español no es por incapacidad o ignorancia, es porque se ha buscado destruir esos lazos comunes para guiarnos a la desmembración.  Si se ha eliminado en el acerbo común, el legado histórico cierto, académico, del conjunto de los españoles, es porque se ha ido intencionadamente a ese propósito con ideas claramente disolventes del saber. Si se ha utilizado la escuela no para educar e instruir sino para adoctrinar, es porque se ha diseñado una sociedad clónica del modelo de desvertebración al que se ha llegado no por casualidad.

 

Que nadie se lleve a engaño. Saben que la educación en España es un desastre. Que en buena lid habría que reformarla para que cumpla su función. Pero no lo quieren porque se sigue un guión. Y en eso es igual el Partido Popular que el PSOE.

 

Se ha eliminado el concepto de autoridad en la escuela. Las aulas son ingobernables. La disciplina como elemento sustancial para aprender focalizando la atención en el objeto es cosa del pasado. Hace tiempo que la escuela es un barullo donde no se aprende en profundidad, sino todo cogido con hilvanes. Esto no es cosa de la casualidad. Es un objetivo logrado de forma persistente en el tiempo.

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