Sábado, 25 de Octubre de 2025

Actualizada Viernes, 24 de Octubre de 2025 a las 16:39:20 horas

Tienes activado un bloqueador de publicidad

Intentamos presentarte publicidad respectuosa con el lector, que además ayuda a mantener este medio de comunicación y ofrecerte información de calidad.

Por eso te pedimos que nos apoyes y desactives el bloqueador de anuncios. Gracias.

Continuar...

Antonio Ríos Rojas
Miércoles, 13 de Noviembre de 2019 Tiempo de lectura:

Alerta Roja

[Img #16630]Que el corazón de la nación española padece una gravísima enfermedad desde hace siglos, no es un secreto para nadie; que esa enfermedad se agravó con la llegada al poder del Frente Popular tampoco es un secreto para muchos; tampoco se le escapa a una buena parte de la población española que con la creación del Estado de las autonomías se abrió un ‘bypass’ con el que se creyó que la nación española aguantaría mucho, mucho tiempo. Sin embargo, el corazón ya no puede soportar más. El PSOE, que adoptó como uno de sus símbolos el corazón, ha anunciado bajo la máscara de un  “Gobierno de progreso”, su verdadera cara, su verdadero símbolo, el puño cerrado que acabará por marchitar la rosa y por paralizar al corazón.

 

España, atosigada por las presiones, el saqueo y la rebelión de los independentistas y amenazada por una grave crisis económica, ha sabido ya, por fin, el alcance real de su enfermedad. Lo supo ayer al anunciarse un pacto de Gobierno entre Sánchez, Iglesias y el necesario apoyo de los separatistas. Ese anuncio ha dejado claro que a menos que se produzca un milagro, a España no le queda mucha vida. Es muy probable que los partidos independentistas se resistan en un primer momento a apoyar la investidura (ya ha mostrado sus reticencias Esquerra Republicana). Pero no hay mucha esperanza, porque esos mismos partidos independentistas apoyaron a Sánchez en la moción de censura a Rajoy, y el mismo Rufián anheló hasta el último instante un acuerdo entre Podemos y PSOE en la última investidura. Esas esperanzas palidecen aún más porque con Iglesias en el poder, los separatistas tendrían a un amigo fiel, y esperarán que tarde o temprano convenza a Sánchez de que no quedará más alternativa que un referéndum en Cataluña y en todas aquellas regiones de España que deseen apuntarse. Convencer a Sánchez de eso es mucho más fácil que hacerle comprender los fundamentos de la gnoseología kantiana. Es tarea de Iglesias convencer a los nacionalistas para que den su “sí” a la investidura y sepan esperar el momento propicio. Él mismo se encargará de hacer llegar tal momento. Él mismo les dirá: yo, como buen comunista, sé esperar y tengo olfato para saber cuándo el fruto está “Maduro”.

 

El peligro de Iglesias, tantas veces puesto de manifiesto, llegó a un punto de claridad -visible hasta para un ciego- cuando VOX consiguió 24 diputados el 28 de abril y el líder morado arengó a las masas con su ¡alerta antifascista! Pero más aún supimos de la peligrosa psicología del personaje cuando habiendo logrado VOX 52 escaños y él sólo 35 agrandó el peligro de la “alerta antifascista”. Es la psicología del comunista de libro, de raza, que se asemeja al proceder instintivo de la fiera salvaje: cuando más herida está, más agresiva se vuelve. El comunista se vuelve más peligroso cuando es más débil, al contrario por ejemplo del islam histórico. Así fue el asalto al poder de Lenin, precisamente cuando los bolcheviques no eran sino una minoría.

 

De producirse ese posible Gobierno, la duda radica nada más que en un asunto: si Iglesias se comerá a Sánchez o si simplemente le convencerá del momento histórico que viven para reprimir todo conato “fascista”. Reconozcamos que ninguna de las dos cosas es difícil, pues lo que es imposible para el hombre, es posible para este Dios que, crucificado con 35 escaños, se erige en el todopoderoso redentor de vivos y muertos. Y Sánchez en este punto es san Pedro respecto a Cristo.

 

Ya cuando Zapatero fue reelegido por segundo vez, a muchos nos embargó un desánimo paralizante. Pero el presente es infinitamente más grave. El panorama no sólo es inquietante, preocupante, sino que bien mirado, es aterrador, porque un presidente sin escrúpulos y un vicepresidente clamando y convenciendo a diestro y siniestro del peligro de todo aquel que no piense como él (no hace falta insistir en que es él el verdadero fascista), lo que está en peligro es que en España vuelvan a celebrarse elecciones libres en mucho tiempo, si es que en ese tiempo no ha desaparecido ya España. Sin embargo, sabemos que VOX no va a permitir que eso ocurra. VOX no va a dejar desamparada a la otra media España. El choque se va a hacer inevitable, brutal, y la situación es aterradoramente similar a la de 1936. Aún peor, porque a los líderes de la UE, Francia y Alemania no les importará mucho ver a España balcanizada. En cierto modo, les interesa para ahuyentar el espantajo de la extrema derecha alemana y francesa y para afianzar el liderazgo absoluto franco-alemán. Sin embargo, es también posible que cuando el fruto esté “Maduro” -si España sigue aún existiendo- la UE haya pasado a la historia.

 

Ante este panorama que ya se va oliendo claramente, nos cabe esperar algo más inmediato y sencillo: que a partir de mañana mismo la parte del PSOE que aún tiene corazón y sensatez lance una moción de censura contra Sánchez en el seno de su partido, convocando cuanto antes unas primarias, si es que esto es posible. El PSOE, que tantos males ha infringido a España, tiene la posibilidad de redimirse trayendo ahora un bien impagable, el expulsar del seno del PSOE, y a ser posible de la faz de la política, a la más grande ruina que padece España: Pedro Sánchez. Habrán de ser Susana Díaz, Josep Borrell, Margarita Robles, y aun González, Guerra y las viejas glorias, los que devuelvan a España todo lo que su partido ha ido quitándole: la sensatez y el sentido común, la paz y la concordia. De no ser así, y ante el panorama aterrador que puede avecinarse, habremos de aplaudir al menos una medida de ese posible Gobierno Sánchez-Iglesias: la ley de eutanasia. Esperemos que sea lo más amplia posible, porque lo que se ve venir… de nuevo… puede que sea mejor no vivirlo.

Portada

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.