La hidra en la Universidad
Una noticia está corriendo como un reguero de pólvora hiriendo la sensibilidad de toda persona de bien; un etarra condenado por asesinato junto con otro individuo condenado por integración en la misma organización terrorista van a hollar la Universidad impartiendo una conferencia en el Aulario de la UPV en Vitoria-Gasteiz salvo que el sentido común, la decencia o a quien competa lo impidan.
¿Qué se puede decir ante este insulto y provocación que pisotea la dignidad de las víctimas del hacha y la serpiente, de la sociedad y de la institución que lo permite?. Uno, en su ignorancia, se pregunta si el asesino disertará con una lección magistral sobre qué se siente al disparar por la espalda a otro ser humano así como los efectos que produce una bala disparada a quemarropa perforando y atravesando el occipital de la víctima. Duro de asimilar, pero es lo que hay.
Este infausto acto, junto otros como exposiciones de dizque pintores, ataques reiterados a placas conmemorativas a las víctimas y "ongietorris" a los victimarios en lugares públicos, echan el freno de mano a todo lo que suponga reconocer el dolor y penalidades de todo tipo que sufrieron gentes que vivían entre nosotros, en nuestro municipio, nuestra calle, nuestro bloque e incluso nuestro rellano, y demuestra de forma palmaria que queda un poso, un rescoldo que algunos pretenden avivar exaltando a quienes nos sometieron a medio siglo de terror, horror, desolación y muerte.
La Universidad como templo del saber y de la concordia no puede ser prostituida recibiendo a elementos supremacistas que personifican un proyecto totalitario y excluyente con quienes no comulguen con su ideario. Es un insulto a la inteligencia.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria
Una noticia está corriendo como un reguero de pólvora hiriendo la sensibilidad de toda persona de bien; un etarra condenado por asesinato junto con otro individuo condenado por integración en la misma organización terrorista van a hollar la Universidad impartiendo una conferencia en el Aulario de la UPV en Vitoria-Gasteiz salvo que el sentido común, la decencia o a quien competa lo impidan.
¿Qué se puede decir ante este insulto y provocación que pisotea la dignidad de las víctimas del hacha y la serpiente, de la sociedad y de la institución que lo permite?. Uno, en su ignorancia, se pregunta si el asesino disertará con una lección magistral sobre qué se siente al disparar por la espalda a otro ser humano así como los efectos que produce una bala disparada a quemarropa perforando y atravesando el occipital de la víctima. Duro de asimilar, pero es lo que hay.
Este infausto acto, junto otros como exposiciones de dizque pintores, ataques reiterados a placas conmemorativas a las víctimas y "ongietorris" a los victimarios en lugares públicos, echan el freno de mano a todo lo que suponga reconocer el dolor y penalidades de todo tipo que sufrieron gentes que vivían entre nosotros, en nuestro municipio, nuestra calle, nuestro bloque e incluso nuestro rellano, y demuestra de forma palmaria que queda un poso, un rescoldo que algunos pretenden avivar exaltando a quienes nos sometieron a medio siglo de terror, horror, desolación y muerte.
La Universidad como templo del saber y de la concordia no puede ser prostituida recibiendo a elementos supremacistas que personifican un proyecto totalitario y excluyente con quienes no comulguen con su ideario. Es un insulto a la inteligencia.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria