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Martes, 10 de Diciembre de 2019 Tiempo de lectura:
Asociación por la Tolerancia

Carta de protesta al Club Suizo de Prensa por dar cobijo a los representantes de los diversos grupos separatistas que van a Ginebra a denunciar hipotéticas violaciones de los Derechos Humanos en España

Apreciados Sres.:

 

Nos ha llegado noticia del evento que celebran ustedes hoy en una sesión previa a la presentación de informes sobre los Derechos Humanos en España y estamos sorprendidos e indignados por la selección de las personas que han sido convocadas y por el respaldo que su entidad les ofrece con la convocatoria.

 

Somos una asociación sin ningún ánimo de lucro, compuesta exclusivamente por voluntarios y mantenida con los fondos que aportan los mismos, sin ninguna subvención externa. Desde hace 27 años venimos denunciando los abusos y las tropelías del nacionalismo separatista en distintos lugares de España (incluido, especialmente, el del terrorismo de ETA, alentado ayer y hoy por ese mismo espíritu) y, en particular, en Cataluña donde nacimos y donde tenemos nuestra sede. Nosotros también acudimos ante el CERD en dos ocasiones para denunciar los abusos que se cometen en Cataluña contra los derechos de los hablantes de español.

 

Nuestra sorpresa e indignación por el acto que organizan hoy ustedes se deben a dos razones principales que pasamos a resumir a continuación. La primera se refiere a su responsabilidad como organizadores y la segunda a los objetivos que persiguen los convocados y que ustedes parecen ignorar.

 

En primer lugar, entendemos que un club de prensa como el suyo está especialmente obligado a perseguir la verdad por encima de cualquier otro interés. La prensa ­-y los medios de comunicación en general- constituye un elemento esencial de las democracias y suele equipararse a los otros poderes del Estado. Por ello su relación con la verdad es especialmente sensible. Las personas que acuden hoy a su convocatoria forman parte de grupos de desigual relevancia que representan todos ellos a movimientos interesados en la ruptura de la nación española. Se adornan con eufemismos que encubren sus verdaderos intereses, como independencia, libertad o derechos, pero lo que buscan es la segregación de sus respectivas regiones de la patria común española. El amor a la verdad debería impedir a su Club servir de altavoz a sus reivindicaciones sin contrastarlas o contraponerlas con las de otros muchos sociólogos, politólogos, intelectuales – o simples ciudadanos como nosotros - que pueden desmontar sus artificiosas patrañas.

 

En segundo lugar, estas personas y entidades que acuden a las Naciones Unidas tratan de desprestigiar a los ojos del mundo a la nación española y quieren hacer aparecer a sus comunidades regionales, Cataluña, Vascongadas o Galicia, como naciones con entidad propia, conformadas por pueblos que, uniformemente, están descontentos con su pertenencia a España o que ven vulnerados sus derechos lingüísticos o de otro género por el poder despótico de los gobiernos de la nación.

 

España es una de las naciones-estado más antiguas de Europa. Su nacimiento como estado en el siglo XV, fue el resultado de pactos entre reinos previamente existentes entre los cuales, por cierto, no se encontraba ninguna de las regiones que hoy reclaman el regreso a su independencia pasada. Lo que hoy denominamos Cataluña, en el pasado formaba parte del Reino de Aragón, Vascongadas era parte del Reino de Navarra, y Galicia lo era del Reino de Castilla-León. La Historia, basada en hechos reales, no les da la razón.

 

Las abrumadoras reivindicaciones referidas a la lengua o las competencias administrativas e incluso políticas, tienen difícil amparo en uno de los países más descentralizados del mundo y una de las 20 democracias plenas a juicio del prestigioso informe elaborado anualmente por The Economist. Tomemos como ejemplo la lengua en Cataluña, donde el discurso nacionalista es hegemónico e inspira al de otras regiones. El gobierno autónomo, que tiene transferidas la competencia en Educación (teóricamente sujeta a la legislación general), impone la educación exclusivamente en catalán, sin respetar que el español es lengua también oficial y, por tanto, de uso obligado por todas las Administraciones. Teniendo en cuenta la composición lingüística de esta Comunidad (Catalán: 31,5%; Español: 52,7% -según IDESCAT 2018), esa imposición es aún más sorprendente. En cualquier caso, supone una quiebra del principio rector de igualdad de derechos. La comunidad catalanohablante recibe la educación en su lengua materna, mientras que a la hispanohablante se le niega ese derecho. La invocación del mismo, por parte de los padres que se atreven a hacerlo a pesar del acoso institucional que saben que se desatará sobre ellos y sus hijos, es obscenamente presentado como un ataque a la lengua catalana.

 

La reivindicación separatista puede considerarse desagradable o disruptiva, pero en un marco de libertad es una aspiración legítima, siempre que se mueva dentro de los cauces de la ley. El problema que se da hoy en España es que, en las comunidades mencionadas, estas aspiraciones son minoritarias, por más que se presenten a sí mismas como la encarnación de la verdadera esencia del “pueblo”. En el pasado, ETA recurrió a la fuerza y al terror para superar ese obstáculo, pero al final fue vencida por el peso del consenso democrático (aunque sus simpatizantes traten ahora de limpiar su pasado igualando a víctimas y verdugos).

 

Hoy, es Cataluña la principal amenaza a la unidad de España. En Cataluña el movimiento separatista es numeroso, pero no mayoritario. Y ha tratado, y trata, de retorcer la Ley para imponerse al resto de la población. Por otra parte, siendo el separatismo reivindicación de las clases más poderosas en Cataluña, controla los mecanismos del poder local y se ha infiltrado en todos los órganos representativos de la región con arreglo a un plan cuidadosamente diseñado. Ya que les gusta compararse con el malogrado Nelson Mandela, podríamos decir que, si los separatistas fueran blancos y los no separatistas negros, esta sociedad se parecería a la Sudáfrica de los sesenta: los blancos arriba y los negros abajo. Y las personas que acuden hoy a su convocatoria son blancos y nosotros, con la mayoría de las poblaciones de Cataluña, Vascongadas y Galicia, somos negros.

 

En resumen, entendemos esta convocatoria como un insulto a los españoles en su conjunto y, en particular, a aquellos que, siendo ciudadanos de las respectivas regiones desde las que acuden los convocados, no comulgan para nada con las aspiraciones y los objetivos que estos representan. Ellos sí que están viendo vulnerados sus derechos y alterada la normalidad de sus vidas.

 

Estamos seguros de que su profesionalidad y la dignidad de la entidad que representan les harán rectificar, ofreciendo ese mismo escenario a personas o asociaciones de pensamiento contrario.

 

Atenta, pero disgustadamente, quedamos a su disposición.

 

Junta Directiva de la Asociación por la Tolerancia

________________________________________________________________
 

Club Suisse de la Presse (Genève, Suisse)

 

Dear Messrs.:

 

We have received news of the event that you are holding today in a session prior to the presentation of various reports on Human Rights in Spain and we are surprised and outraged by the selection of the people that you have summoned and by the support that your club offers them with the call.

 

We are a non-profit association, composed exclusively by volunteers and supported with the funds provided by them, without any external subsidy. For 27 years we have been denouncing the abuses and misbehavior of separatist nationalism in different parts of Spain (including, especially, that of ETA terrorism, encouraged yesterday and today by that same spirit) and, in particular, in Catalonia where we were born and where we have our headquarters. We have also visited CERD twice to denounce the abuses committed in Catalonia against the rights of Spanish speakers.

 

Our surprise and outrage, because of the act you are holding today, are due to two main reasons that we will summarize below. The first refers to your responsibility as organizers and the second to the objectives, that you seem to ignore, pursued by the summoned speakers.

 

First of all, we understand that a press club like yours is especially obliged to pursue the truth above any other interest. The press -and the media in general- is an essential element of democracies and is usually equated with the other powers of the State. Therefore, its relationship with the truth is especially sensitive. The individuals who are coming to your call today are all part of groups of unequal relevance that represent movements interested in the breakup of the Spanish Nation. They use euphemisms, such as independence, freedom or rights, to conceal their true interest, which is the secession of their respective regions from the Spanish common homeland. The seek of truth should prevent your Club from serving as a speaker of their claims without contrasting them with those of many other groups’, such as sociologists, political scientists, intellectuals -or simple citizens like us- who can dismantle their artful hoaxes.

 

Secondly, these individuals and entities, that are addressing to the United Nations, are trying to discredit the Spanish nation in the eyes of the world and want to make appear their regional communities, Catalonia, Vascongadas or Galicia, as nations with their own entity, made up of only peoples that, evenly and homogeneously -far from reality-, are unhappy to belong to Spain or that believe their linguistic (or other) rights are violated by the despotic power of the Nation's Governments.

 

Spain is one of the oldest nation-states in Europe. Its birth as a State, in the fifteenth century, was the result of pacts among previously existing kingdoms, among which, by the way, there were none of those regions that today claim the return to their past independence. What we call Catalonia today, in the past was part of Aragon Kingdom; Vascongadas was part of the Kingdom of Navarra, and Galicia was part of the Kingdom of Castilla-León. History, based on real events, does not prove them right.

 

Their overwhelming claims referring to the language or administrative (and even political) competences, have difficult accommodation in one of the most decentralized countries in the world and one of the 20 full democracies in the opinion of the prestigious report annually prepared by The Economist. Let´s take as an example the language in Catalonia, where the nationalist discourse is hegemonic and inspires that of other regions. The autonomous government, which has been transferred the competence in Education (theoretically subjected to general legislation), imposes education exclusively in Catalan, without respecting that Spanish is also an official language and, therefore, of compulsory use by all Administrations. Taking into account the linguistic composition of this Community (Catalan: 31.5%; Spanish: 52.7% - according to IDESCAT 2018), this imposition is even more shocking. In any case, it implies the blast of the guiding principle of equal rights. The Catalan-speaking community receives education in their mother tongue, while the Spanish-speaker is denied that right. The invocation of this right, by parents who dare to do so, despite the institutional harassment that they know will be unleashed on them and their children, are obscenely presented as enemies of the Catalan language.

 

The separatist’s claim can be considered unpleasant or disruptive but, in a framework of freedom, it is a legitimate aspiration, provided it moves within the channels of the law. The problem that exists today in Spain is that, in the aforementioned communities, these aims are minority, even if they present themselves as the embodiment of the true essence of the "people". In the past, ETA used violence and terror to overcome that obstacle but, in the end, it was defeated by the weight of democratic consensus (although its supporters now try to clear their past by putting at the same level victims and executioners).

 

Today, Catalonia is the main threat to the unity of Spain. In Catalonia the separatist movement is numerous, but not majority. And it has tried -and tries- to twist the Law to impose themselves on the rest of the population. On the other hand, being separatism the claim of the most powerful social classes in Catalonia, it controls the mechanisms of local power and has infiltrated all the representative bodies of the region according to a carefully designed plan. Since they like comparing themselves to Nelson Mandela, we could say that if the separatists were white and non-separatist black, this society would resemble South Africa in the sixties: whites above and blacks below. And the people who are coming to your call today are white and we, with the majority of the population in Catalonia, Vascongadas and Galicia, are black.

 

In summary, we understand this call as an insult to the Spaniards as a whole and, in particular, to those who, being citizens of the respective regions your guests come from, do not commune at all with the aims and objectives they represent. They are the ones whose rights are being violated and their daily lives been altered.

 

We are sure that your sense of professionalism and the dignity of the entity you represent will make you rectify, offering the same scenario to people or associations with opposite viewpoints.

 

Truly, but unfortunately disgusted, we remain at your disposal.

 

Board of the Association For Tolerance

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