Editorial del periódico francés Le Figaro (7 de enero de 2020)
Nada ha cambiado
Editorial del periódico francés Le Figaro (7 de enero de 2020)
Cinco años después de los atentados islamistas de "Charlie Hebdo"
Cinco años después de los asesinatos de Charlie Hebdo y el Hiper Cacher, Francia ha aprendido a vivir con la amenaza islamista. No pasa un mes, o casi, sin un ataque mortal en nuestro suelo, bajo el grito de "Alá es grande". Esta terrible realidad la sufrimos a pesar de que los discursos oficiales prometen dispositivos de seguridad cada vez más estrictos. Por supuesto, no se puede bajar la guardia. La lucha siempre es difícil de liderar. Todos están de acuerdo. Pero, ¿de qué sirve luchar contra los efectos del islamismo, si no atacamos los orígenes de esta ideología de la muerte? En lo que respecta a esto, abundan los negacionistas y los "angelistas".
Nada ha cambiado en los últimos cinco años. Al contrario, en nombre de la diversidad, de la no discriminación y los derechos humanos, Francia se adapta a los ataques a su cultura y su historia. Vestimenta, reivindicaciones comunitarias, proselitismo, actos políticos destinados a cuestionar nuestras leyes... ¿Aceptar todo esto es prueba de tolerancia o de debilidad? ¿Es una prueba de respeto a nuestra República secular, única e indivisible, o significa avanzar en el camino de la reuncia y de la implosión? Los islamistas atacan contra todo. Continúan una lucha que, incluso sin armas, tiene todos los aspectos de una guerra de civilizaciones. ¿El famoso "espíritu de Charlie", que algunos creían haber visto expandirse tras los ataques de enero de 2015,fue solo una ilusión?
Cinco años después de los asesinatos de Charlie Hebdo y el Hiper Cacher, Francia ha aprendido a vivir con la amenaza islamista. No pasa un mes, o casi, sin un ataque mortal en nuestro suelo, bajo el grito de "Alá es grande". Esta terrible realidad la sufrimos a pesar de que los discursos oficiales prometen dispositivos de seguridad cada vez más estrictos. Por supuesto, no se puede bajar la guardia. La lucha siempre es difícil de liderar. Todos están de acuerdo. Pero, ¿de qué sirve luchar contra los efectos del islamismo, si no atacamos los orígenes de esta ideología de la muerte? En lo que respecta a esto, abundan los negacionistas y los "angelistas".
Nada ha cambiado en los últimos cinco años. Al contrario, en nombre de la diversidad, de la no discriminación y los derechos humanos, Francia se adapta a los ataques a su cultura y su historia. Vestimenta, reivindicaciones comunitarias, proselitismo, actos políticos destinados a cuestionar nuestras leyes... ¿Aceptar todo esto es prueba de tolerancia o de debilidad? ¿Es una prueba de respeto a nuestra República secular, única e indivisible, o significa avanzar en el camino de la reuncia y de la implosión? Los islamistas atacan contra todo. Continúan una lucha que, incluso sin armas, tiene todos los aspectos de una guerra de civilizaciones. ¿El famoso "espíritu de Charlie", que algunos creían haber visto expandirse tras los ataques de enero de 2015,fue solo una ilusión?