De nuevo el Califato
Puede que sea el destino. Puede que estemos condenados a repetir capítulos de nuestra historia. ¿Qué historia?. Tengo mis dudas. O la del Califato de Córdoba con los nuevos Omeya; o los tiempos de Gárgoris y Habidis, título de una magnífica obra de Sánchez Dragó.
Me quedo con el Califato. Veo en el empecinado Sánchez la reencarnación de Abderramán III. Nada se le resiste. Es alguien que ha descubierto algo como un personaje curioso que conocí hace años: Pacón. Siempre dijo que su nombre significaba lo siguiente: poder activo con orientación natural. Así actuaba pleno de razón. Era inequívoco. Estaba llamado a ser para decidir...
La cuidada escena retransmitida en directo por las televisiones del primer Consejo de Ministros/as, me recordaba los gloriosos paseillos en La Maestranza de Sevilla cuando el toro representaba la esencia para la Fiesta Nacional. Solo faltaba la música. Sin duda, interpretando aquel pasodoble "Marcial, eres el más grande". Pero desentonaba el coletas. Aunque también la fiesta nacional tuvo a un Manuel Benítez 'el Cordobés', que con el salto de la rana promovió la controversia de los puristas conocedores del Cossio.
Y qué me dicen de la sonrisa Profiden que lucía la reencarnación de Cleopatra. Entre dientes recitaba su propia versión de la "Canción del Pirata". "Y va la capitana pirata/cantando alegre en la popa -última fila de la foto-/ Asia a un lado, al otro Europa/ y allá a su frente Estambul -la casona de Galapagar-.
No importa que nos cueste un potosí. No importa que hayan tenido que ampliar mesas y sillones congresuales. No importa que sean más jefes que indios. No importa que los demás no lleguen a finales de mes con los sueldos y las pensiones. Como dijo un tal Sabina: "Y morirme contigo si me matas/ y matarme contigo si te mueres/ porque el amor cuando no muere mata/porque amores que matan nunca mueren . Y no hay mejor amor que el que es contante y sonante..."
Ya lo han visto. La foto que mejor expresa el momento. El empecinado empujando suavemente al coletas para que entre en La Moncloa. Para después el coletas mostrar su aquiescencia como vice señalando que la nueva Fiscal General del Estado es una chica muy válida y con una "trayectoria ejemplar". ¡Manda huevos!.
Pero los analistas del régimen ya señalan que se trata de un Gobierno con vocación para más de mil días, unidas como nunca, prestos a la batalla contra la pérfida Albión. Y desde luego permeable a los arrumacos necesarios con catalanes y vascos que hasta pueden aprobar los presupuestos generales del Estado aun cuando nos coloquen en una senda deficitaria de más del 3%. ¡Será por dinero!. i sólo es papel!.
Y tras la ceremonia. ¿Qué pasará?.
La gran duda es si España, los prestamistas de la UE, las comunidades que componen el Estado de la Autonomías y el conjunto de la sociedad civil, pueden permitir que el empecinado cumpla lo que personalmente o a través de su compañera Lastra, han ido prometiendo en cada caso. Ya que tales compromisos tienen tres efectos: sobre las cuentas públicas -ingresos-gastos-deuda-; sobre el ordenamiento constitucional y sobre la convivencia de tierras y gentes que conforman la España social, que ha ido evolucionando desde 1978 y no acepta las desigualdades y desequilibrios del modelo Suarez.
Llegados hasta aquí, conviene recordar algunos postulados de la izquierda, para poder señalar que cualquier parecido entre estos mandarines y aquella, resulta mera coincidencia.
No hay nada más progresista que la libertad.
Los derechos sociales, no pueden ser mercancías.
El Estado no puede ser contemplativo, debe intervenir para garantizar la igualdad de oportunidades y trato en el ejercicio de la ciudadanía. Además, debe organizar la solidaridad entre personas y comunidades.
No se pueden admitir Derechos Históricos que funcionen como retrógrados privilegios.
El problema de España son los ingresos, no los gastos, aun cuando sea posible adelgazar gastos improductivos, como los que se derivan del presente Gobierno con tantos ministros, que si analizamos sus competencias, debería darles vergüenza de cómo van a justificar lo que nos cuestan todos los españoles.
España necesita reformas y regeneración, pero desgraciadamente, lo único que ha cambiado para que todo siga igual, es el tamaño del Ejecutivo.
El empecinado ha tenido que hacer virguerías para adular tantos egos. Son ministros/as sin apenas competencias, ya que o están transferidas a las comunidades o han sido recortadas. Los de Iglesias han tragado. Al menos como primer gesto. Y es que de esta forma están en el tíovivo, aunque sea agarrados al rabo del cerdito... Y es que para esa nueva izquierda, la hoja de ruta a seguir, es la siguiente:
Primero, ser Gobierno. Segundo, tener tribuna pública. Tercero, sembrar la discordia. Cuarto, que al Gobierno Sánchez no le salgan las cuentas y se enfrente con otros poderes. Y así, al segundo día de coalición, el vice de la coleta armó un bochinche con el poder judicial, que de inmediato le marcó la frontera entre ejecutivo y judicial en un Estado democrático, con lo que a los jueces y fiscales los ha puesto en guardia. ¡Malos enemigos para el admirador de Bolívar!.
Pero a la que aguardo como agua de mayo es a la inquieta feminista Montero. Tuvo el detalle de prometer el cargo poniendo como referente al Consejo de Ministras. Y no se equivocó. Para ella sólo existen mujeres. Los varones ni están, ni se les espera, esa será la política de tan imponente cartera ministerial.
Lo peor es que hacemos el ridículo en Europa. Podemos terminar como el rosario de la Aurora. Seremos gobernados por una izquierda marxista devota de las teorías que brillantemente esgrimía Groucho Marx-.
Puede que sea el destino. Puede que estemos condenados a repetir capítulos de nuestra historia. ¿Qué historia?. Tengo mis dudas. O la del Califato de Córdoba con los nuevos Omeya; o los tiempos de Gárgoris y Habidis, título de una magnífica obra de Sánchez Dragó.
Me quedo con el Califato. Veo en el empecinado Sánchez la reencarnación de Abderramán III. Nada se le resiste. Es alguien que ha descubierto algo como un personaje curioso que conocí hace años: Pacón. Siempre dijo que su nombre significaba lo siguiente: poder activo con orientación natural. Así actuaba pleno de razón. Era inequívoco. Estaba llamado a ser para decidir...
La cuidada escena retransmitida en directo por las televisiones del primer Consejo de Ministros/as, me recordaba los gloriosos paseillos en La Maestranza de Sevilla cuando el toro representaba la esencia para la Fiesta Nacional. Solo faltaba la música. Sin duda, interpretando aquel pasodoble "Marcial, eres el más grande". Pero desentonaba el coletas. Aunque también la fiesta nacional tuvo a un Manuel Benítez 'el Cordobés', que con el salto de la rana promovió la controversia de los puristas conocedores del Cossio.
Y qué me dicen de la sonrisa Profiden que lucía la reencarnación de Cleopatra. Entre dientes recitaba su propia versión de la "Canción del Pirata". "Y va la capitana pirata/cantando alegre en la popa -última fila de la foto-/ Asia a un lado, al otro Europa/ y allá a su frente Estambul -la casona de Galapagar-.
No importa que nos cueste un potosí. No importa que hayan tenido que ampliar mesas y sillones congresuales. No importa que sean más jefes que indios. No importa que los demás no lleguen a finales de mes con los sueldos y las pensiones. Como dijo un tal Sabina: "Y morirme contigo si me matas/ y matarme contigo si te mueres/ porque el amor cuando no muere mata/porque amores que matan nunca mueren . Y no hay mejor amor que el que es contante y sonante..."
Ya lo han visto. La foto que mejor expresa el momento. El empecinado empujando suavemente al coletas para que entre en La Moncloa. Para después el coletas mostrar su aquiescencia como vice señalando que la nueva Fiscal General del Estado es una chica muy válida y con una "trayectoria ejemplar". ¡Manda huevos!.
Pero los analistas del régimen ya señalan que se trata de un Gobierno con vocación para más de mil días, unidas como nunca, prestos a la batalla contra la pérfida Albión. Y desde luego permeable a los arrumacos necesarios con catalanes y vascos que hasta pueden aprobar los presupuestos generales del Estado aun cuando nos coloquen en una senda deficitaria de más del 3%. ¡Será por dinero!. i sólo es papel!.
Y tras la ceremonia. ¿Qué pasará?.
La gran duda es si España, los prestamistas de la UE, las comunidades que componen el Estado de la Autonomías y el conjunto de la sociedad civil, pueden permitir que el empecinado cumpla lo que personalmente o a través de su compañera Lastra, han ido prometiendo en cada caso. Ya que tales compromisos tienen tres efectos: sobre las cuentas públicas -ingresos-gastos-deuda-; sobre el ordenamiento constitucional y sobre la convivencia de tierras y gentes que conforman la España social, que ha ido evolucionando desde 1978 y no acepta las desigualdades y desequilibrios del modelo Suarez.
Llegados hasta aquí, conviene recordar algunos postulados de la izquierda, para poder señalar que cualquier parecido entre estos mandarines y aquella, resulta mera coincidencia.
No hay nada más progresista que la libertad.
Los derechos sociales, no pueden ser mercancías.
El Estado no puede ser contemplativo, debe intervenir para garantizar la igualdad de oportunidades y trato en el ejercicio de la ciudadanía. Además, debe organizar la solidaridad entre personas y comunidades.
No se pueden admitir Derechos Históricos que funcionen como retrógrados privilegios.
El problema de España son los ingresos, no los gastos, aun cuando sea posible adelgazar gastos improductivos, como los que se derivan del presente Gobierno con tantos ministros, que si analizamos sus competencias, debería darles vergüenza de cómo van a justificar lo que nos cuestan todos los españoles.
España necesita reformas y regeneración, pero desgraciadamente, lo único que ha cambiado para que todo siga igual, es el tamaño del Ejecutivo.
El empecinado ha tenido que hacer virguerías para adular tantos egos. Son ministros/as sin apenas competencias, ya que o están transferidas a las comunidades o han sido recortadas. Los de Iglesias han tragado. Al menos como primer gesto. Y es que de esta forma están en el tíovivo, aunque sea agarrados al rabo del cerdito... Y es que para esa nueva izquierda, la hoja de ruta a seguir, es la siguiente:
Primero, ser Gobierno. Segundo, tener tribuna pública. Tercero, sembrar la discordia. Cuarto, que al Gobierno Sánchez no le salgan las cuentas y se enfrente con otros poderes. Y así, al segundo día de coalición, el vice de la coleta armó un bochinche con el poder judicial, que de inmediato le marcó la frontera entre ejecutivo y judicial en un Estado democrático, con lo que a los jueces y fiscales los ha puesto en guardia. ¡Malos enemigos para el admirador de Bolívar!.
Pero a la que aguardo como agua de mayo es a la inquieta feminista Montero. Tuvo el detalle de prometer el cargo poniendo como referente al Consejo de Ministras. Y no se equivocó. Para ella sólo existen mujeres. Los varones ni están, ni se les espera, esa será la política de tan imponente cartera ministerial.
Lo peor es que hacemos el ridículo en Europa. Podemos terminar como el rosario de la Aurora. Seremos gobernados por una izquierda marxista devota de las teorías que brillantemente esgrimía Groucho Marx-.