Cambio de régimen: De España a Expaña
Que nadie crea que Sánchez y sus mariachis están generando un nuevo diseño de régimen totalitario, salido de su mollera. No. Eso está inventado, y viene desde fuera. Si vemos el desarrollo de los regímenes de Maduro, Morales, Castros y demás morralla, hay un común denominador, que consiste en:
1º.- Derruir el sistema constitucional previo.
2º.- Demoler el Estado de Derecho e ir adaptando las leyes a la medida de sus conveniencias, y si es preciso, incumplirlas controlando el entramado judicial, es decir, liquidando la separación de poderes, pues eso es la antítesis de un régimen totalitario.
3º.- Ir creando un sistema cognitivo-ideológico que rompa con toda herencia y antropología cultural anterior, para que la gente tenga un modo de percibir las cosas que sea la antítesis de todo el entramado axiológico y cultural previo.
4º.- Destruir el andamiaje en el que se sostiene la sociedad, que es la familia, atentando contra los derechos sustantivos elementales de los niños, adoptándolos para los intereses del Estado totalitario, controlando la escuela para producir una infinita ignorancia, modificando los roles tradicionales y la identificación sexual de los individuos, culpabilizando al hombre por ser hombre, alejándolo de los roles tradicionales, introduciendo la eutanasia, el aborto y la trivialización del matrimonio, mediante figuras que desestabilizan la unidad familiar, etc. Sería muy largo enunciar todo el diseño desarrollado en este aspecto. Por ello reaccionan de forma tan visceral e histérica contra el pin parental que el Gobierno de Murcia preconiza, gracias a la iniciativa de Vox.
Tienen tan poco respeto a los derechos y la dignidad de las personas que en centros de menores de acogimiento se han producido hechos de prostitución de menores, en los que supuestamente están implicadas instancias no alejadas de los poderes del Estado, y ante una cuestión de tal gravedad se hecha un tupido velo.
5º.- Políticas migratorias sustitutorias. Una vez que se destruye la familia, se genera una natalidad recesiva que hace imposible las tasas de sustitución demográfica y que envejece a la población. Se van produciendo políticas de efecto llamada para que esa sociedad cambie radicalmente su ethos, sea una amalgama irreconocible que elimine cualquier resto antropológico pasado y tener así a grupos de individuos fragmentados por colectivos étnicos a los que manejar a su gusto, pues su falta de arraigo hace que desistan de luchar por lo suyo, por su forma de ser, de concebir y de pensar, por su historia, su pasado cultural, e identidad, en suma.
6º.- Creación de una nueva moral con ingredientes existencialistas, nihilistas, relativistas, que permiten que quien controla el poder formule maniqueamente su ideario de lo que es bueno o no lo es en función de sus intereses de control y dominio.
7º.- Modificación de los referentes o “agarres” de identidad creando constructos ex novo. Para ello, se modifican los topónimos históricos que caracterizan a cada lugar, se elimina la lengua común que formó lo que se llama la Hispanidad, cambiándose el significado genuino de las palabras, modificando así los filtros mentales, menguándose hasta lo infinito el conglomerado de contenidos de conocimiento que una persona debe tener para tener una mente amueblada, y, por tanto, un sentido crítico y de percepción objetiva de la realidad, y así manipularlo mejor. Se auspicia un individualismo patológico, precisamente en un contexto que parece ser de solidaridad (de papel charol) y de pertenencia a una colectividad, todo manipulado y superficial, etc. Es decir, en suma, lo que Gramsci llamaba “hegemonía cultural”, que consiste en preparar a la sociedad para ser asimilada a proyectos de una minoría de control, sin necesidad de revoluciones sangrientas.
En tal sentido, la bobada de Celáa de que los niños no pertenecen a sus padres o de aquello que dijo ante un congreso de familias católicas de que el Estado no está obligado a sufragar sus requerimientos de elección del tipo de educación para sus hijos, no son estupideces emitidas por un ser inane, con poca inteligencia. No. Son enunciados que se van emitiendo para ir adormeciendo a la sociedad. Saben de sobra que eso que dicen es inconstitucional, pero es una estrategia para lo que los psicólogos llaman “desensibilización sistemática”, es decir un proceso por el cual la gente va asimilando esas ideas de forma irreflexiva para más tarde ser receptiva a políticas de eliminación de derechos individuales. Poco a poco van deslavazando la Constitución y haciéndola inefectiva. No necesitan hacer así reformas constitucionales pues logran que la Constitución sea papel mojado para con ella hacer lo que les venga en gana. Es un plan perfectamente diseñado para que, en una década, dejar las libertades y derechos destruidos y hacerse con el poder y control total de la sociedad.
Las aparentes tonterías de Carmen Calvo en torno al lenguaje sexista van también en esa dirección. Pretender que los epicenos como serpiente, presidente, teniente, águila, gorila, agente, amante, avestruz, conserje, dentista, gobernante, avispa, y así hasta cientos de sustantivos que no tienen género ligado a identidad sexual, lo tengan, es una aberración gramatical, pero también un ataque bien estructurado en su finalidad a nuestra forma habitual de organizar nuestro pensamiento, lograda por relaciones naturales a lo largo de los siglos. Pero calificar a su actuante promotora de estúpida es engañarse. Es un diseño perfectamente organizado en el ámbito internacional, para destruir nuestras relaciones culturales y la superestructura mental que las soporta.
No es nuevo, y lo vemos hoy mismo en lugares como Cataluña y País Vasco, sobre todo en este último, donde la gente ya ha aceptado de forma sumisa y ovejuna que el status quo es el que es y los que gobiernan tienen patente de corso. De esta manera se llega a que el tejido social real, basado en la pluralidad y en el pensamiento divergente, desaparece, y se volatilizan con ella los 'imputs' de funcionamiento real democrático, con todo lo que ello significa.
8º.- Y, como fin último, la descomposición territorial y de la forma de Estado, haciendo que la sociedad esté fragmentada y así sea más manipulable y controlable. En definitiva, España convertida en Expaña.
No es ninguna tontería. Estamos en un proceso de cambio de Régimen, que consiste en mutar de una democracia que tiene píes de barro hacia una dictadura de facto.
Que nadie crea que Sánchez y sus mariachis están generando un nuevo diseño de régimen totalitario, salido de su mollera. No. Eso está inventado, y viene desde fuera. Si vemos el desarrollo de los regímenes de Maduro, Morales, Castros y demás morralla, hay un común denominador, que consiste en:
1º.- Derruir el sistema constitucional previo.
2º.- Demoler el Estado de Derecho e ir adaptando las leyes a la medida de sus conveniencias, y si es preciso, incumplirlas controlando el entramado judicial, es decir, liquidando la separación de poderes, pues eso es la antítesis de un régimen totalitario.
3º.- Ir creando un sistema cognitivo-ideológico que rompa con toda herencia y antropología cultural anterior, para que la gente tenga un modo de percibir las cosas que sea la antítesis de todo el entramado axiológico y cultural previo.
4º.- Destruir el andamiaje en el que se sostiene la sociedad, que es la familia, atentando contra los derechos sustantivos elementales de los niños, adoptándolos para los intereses del Estado totalitario, controlando la escuela para producir una infinita ignorancia, modificando los roles tradicionales y la identificación sexual de los individuos, culpabilizando al hombre por ser hombre, alejándolo de los roles tradicionales, introduciendo la eutanasia, el aborto y la trivialización del matrimonio, mediante figuras que desestabilizan la unidad familiar, etc. Sería muy largo enunciar todo el diseño desarrollado en este aspecto. Por ello reaccionan de forma tan visceral e histérica contra el pin parental que el Gobierno de Murcia preconiza, gracias a la iniciativa de Vox.
Tienen tan poco respeto a los derechos y la dignidad de las personas que en centros de menores de acogimiento se han producido hechos de prostitución de menores, en los que supuestamente están implicadas instancias no alejadas de los poderes del Estado, y ante una cuestión de tal gravedad se hecha un tupido velo.
5º.- Políticas migratorias sustitutorias. Una vez que se destruye la familia, se genera una natalidad recesiva que hace imposible las tasas de sustitución demográfica y que envejece a la población. Se van produciendo políticas de efecto llamada para que esa sociedad cambie radicalmente su ethos, sea una amalgama irreconocible que elimine cualquier resto antropológico pasado y tener así a grupos de individuos fragmentados por colectivos étnicos a los que manejar a su gusto, pues su falta de arraigo hace que desistan de luchar por lo suyo, por su forma de ser, de concebir y de pensar, por su historia, su pasado cultural, e identidad, en suma.
6º.- Creación de una nueva moral con ingredientes existencialistas, nihilistas, relativistas, que permiten que quien controla el poder formule maniqueamente su ideario de lo que es bueno o no lo es en función de sus intereses de control y dominio.
7º.- Modificación de los referentes o “agarres” de identidad creando constructos ex novo. Para ello, se modifican los topónimos históricos que caracterizan a cada lugar, se elimina la lengua común que formó lo que se llama la Hispanidad, cambiándose el significado genuino de las palabras, modificando así los filtros mentales, menguándose hasta lo infinito el conglomerado de contenidos de conocimiento que una persona debe tener para tener una mente amueblada, y, por tanto, un sentido crítico y de percepción objetiva de la realidad, y así manipularlo mejor. Se auspicia un individualismo patológico, precisamente en un contexto que parece ser de solidaridad (de papel charol) y de pertenencia a una colectividad, todo manipulado y superficial, etc. Es decir, en suma, lo que Gramsci llamaba “hegemonía cultural”, que consiste en preparar a la sociedad para ser asimilada a proyectos de una minoría de control, sin necesidad de revoluciones sangrientas.
En tal sentido, la bobada de Celáa de que los niños no pertenecen a sus padres o de aquello que dijo ante un congreso de familias católicas de que el Estado no está obligado a sufragar sus requerimientos de elección del tipo de educación para sus hijos, no son estupideces emitidas por un ser inane, con poca inteligencia. No. Son enunciados que se van emitiendo para ir adormeciendo a la sociedad. Saben de sobra que eso que dicen es inconstitucional, pero es una estrategia para lo que los psicólogos llaman “desensibilización sistemática”, es decir un proceso por el cual la gente va asimilando esas ideas de forma irreflexiva para más tarde ser receptiva a políticas de eliminación de derechos individuales. Poco a poco van deslavazando la Constitución y haciéndola inefectiva. No necesitan hacer así reformas constitucionales pues logran que la Constitución sea papel mojado para con ella hacer lo que les venga en gana. Es un plan perfectamente diseñado para que, en una década, dejar las libertades y derechos destruidos y hacerse con el poder y control total de la sociedad.
Las aparentes tonterías de Carmen Calvo en torno al lenguaje sexista van también en esa dirección. Pretender que los epicenos como serpiente, presidente, teniente, águila, gorila, agente, amante, avestruz, conserje, dentista, gobernante, avispa, y así hasta cientos de sustantivos que no tienen género ligado a identidad sexual, lo tengan, es una aberración gramatical, pero también un ataque bien estructurado en su finalidad a nuestra forma habitual de organizar nuestro pensamiento, lograda por relaciones naturales a lo largo de los siglos. Pero calificar a su actuante promotora de estúpida es engañarse. Es un diseño perfectamente organizado en el ámbito internacional, para destruir nuestras relaciones culturales y la superestructura mental que las soporta.
No es nuevo, y lo vemos hoy mismo en lugares como Cataluña y País Vasco, sobre todo en este último, donde la gente ya ha aceptado de forma sumisa y ovejuna que el status quo es el que es y los que gobiernan tienen patente de corso. De esta manera se llega a que el tejido social real, basado en la pluralidad y en el pensamiento divergente, desaparece, y se volatilizan con ella los 'imputs' de funcionamiento real democrático, con todo lo que ello significa.
8º.- Y, como fin último, la descomposición territorial y de la forma de Estado, haciendo que la sociedad esté fragmentada y así sea más manipulable y controlable. En definitiva, España convertida en Expaña.
No es ninguna tontería. Estamos en un proceso de cambio de Régimen, que consiste en mutar de una democracia que tiene píes de barro hacia una dictadura de facto.