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Jueves, 30 de Enero de 2020 Tiempo de lectura:
Nuevo ataque a la libertad de expresión en Europa

Mila, la adolescente francesa que sufre miles de amenazas de muerte por criticar el Islam

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“Odio la religión, (...) sólo hay odio en el Corán, el Islam es una mierda, y eso es lo que pienso. No soy racista, para nada”. Tras dar a conocer esta opinión en un vídeo a través de la red social Instagram, Mila, una adolescente francesa de 16 años de edad, se ha convertido en una de las mujeres más odiadas de Francia, recibiendo una media de 200 amenazas de muerte e insultos por minuto a través de las redes sociales.

 

Los ataques indiscriminados a la joven, que se reconoce como lesbiana y que solía publicar sus vídeos con una bandera multicolor de fondo, bajo el lema #JeSuisMila ('Yo soy Mila'), ha generado en Francia un fuerte debate sobre los límites de la libertad de expresión y la blasfemia (un delito inexistente en las leyes galas). Por el momento, la Fiscalía ha decidido abrir dos investigaciones: una para identificar a los perpetradores  de las “amenazas de muerte” y otro por “provocación al odio racial", a través de la cual se investigará a la adolescente por sus afirmaciones en Instagram. Según la Justicia francesa, en esta causa se deberá investigar si las frases de Mila "se encuadran o no bajo la figura de la libertad de expresión”.

 

La historia comenzó con un vídeo publicado el 18 de enero en el que Mila entonaba una canción. Un usuario reaccionó a la publicación y de forma insistente intentó seducirla hasta que ella, abiertamente lesbiana, lo rechazó. Entonces, el usuario le contestó acusándola de islamófoba y profiriéndole insultos homofóbicos. La reacción de la joven no se hizo esperar y en un nuevo vídeo se dedicó a cuestionar al Islam, al que calificó como una “religión de odio” y “de mierda”.

 

Esta grabación se viralizó en varias redes sociales y, de acuerdo con medios franceses, se ha visto más de un millón de veces desde entonces. Inmediatamente, Mila se convirtió en el blanco de una inmensa ola de insultos y ataques de todo tipo. Además de las amenazas, varios usuarios revelaron la identidad de la joven, su dirección física, y la de su escuela secundaria. “Alguien incluso llamó a mi escuela fingiendo ser mi padre”, ha explicado Mila a la web Checknews.

 

Como consecuencia de todo ello, la adolescente no ha vuelto al colegio y ha solitado asistencia psicológica. “Estuvimos en contacto con la estudiante y con sus padres para brindarles ayuda psicológica, tranquilizarlos y darles consejos. Quedaron atrapados en un fenómeno abrumador", ha explicado Justine Atlan, presidenta de la asociación E-Childhood, dedicada a combatir el ciberacoso, a 20 Minutes. “Todos los operadores han sido contactados para que se eliminen los vídeos y los contenidos ilegales, y para detener la propagación de rumores que perjudican a la niña, que solo tiene 16 años. Nuestro objetivo es detener la viralización de este asunto”.

 

Las reacciones ante la polémica han llegado desde los dos lados. Mientras hay usuarios que cuestionan a la joven bajo el hashtag #JeNeSuisPasMila, otros, por el contrario, la apoyan con la palabra clave #JeSuisMila.

 

Marine Le Pen se ha hecho eco del debate, al compartir un mensaje en Twitter en apoyo a la adolescente: “Las palabras de esta joven son la descripción oral de las caricaturas de Charlie (Hebdó), ni más ni menos. Podemos encontrarlas vulgares, pero no podemos aceptar que, por eso, algunos la condenan a muerte en Francia, en el siglo XXI ”, tuiteó Le Pen.

 

Richard Malka, abogado parisino especializado en temas relacionados con la libertad de expresión, que se encarga del caso de Mila, recuerda en las páginas de Le Figaro que su cliente “no ha impedido que nadie crea en el Islam. La libertad de conciencia es creer en lo que quieres y se obstruye ésta al privar a alguien de esa libertad, al evitar que vaya a una iglesia, a una sinagoga o a una mezquita. No insultando a su religión. La ley francesa protege que una persona pueda pensar lo que quiera sobre el Islam y decirlo, incluso en las redes sociales. Esta es la base de la libertad de conciencia: no se trata de prohibir las críticas o incluso el insulto, sino de proteger la libertad de expresión (...) Debemos recordar las palabras de los jueces franceses durante el juicio derivado de los atentados de Charlie Hebdo: ‘La libertad de expresión también se aplica a las palabras que golpean, sorprenden o molestan, como lo exigen los principios del pluralismo y tolerancia, que deben prevalecer particularmente en una era caracterizada por la coexistencia de muchas creencias y confesiones dentro de la misma nación".

 

Por su parte, desde el Círculo de Droit y Debat (Círculo de Derecho y Debate), presidido por la miembro del Consejo Constitucional galo Noêlle Lenoir, se recuerda que “Mila hizo comentarios ciertamente virulentos que se dirigen contra el Islam y no contra los musulmanes”. Pero al abrir una investigación sobre el comportamiento de la chica, “la Fiscalía asume que cargar contra una religión es sinónimo de incitar al odio o difamar contra los creyentes. Se está importando a nuestra jurisdicción un delito de blasfemia que no existe en el derecho francés”.

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