Domingo, 14 de Septiembre de 2025

Actualizada Sábado, 13 de Septiembre de 2025 a las 21:07:56 horas

Tienes activado un bloqueador de publicidad

Intentamos presentarte publicidad respectuosa con el lector, que además ayuda a mantener este medio de comunicación y ofrecerte información de calidad.

Por eso te pedimos que nos apoyes y desactives el bloqueador de anuncios. Gracias.

Continuar...

Ernesto Ladrón de Guevara
Martes, 04 de Febrero de 2020 Tiempo de lectura:

El enésimo intento de colonización nacionalista de Laguardia

Analizo este caso como paradigma de lo que constituye la falta de respeto a la antropología cultural de cada lugar, y el atropello sin miramientos al derecho de las gentes y a la naturaleza de los pueblos.

 

Laguardia es una villa fundada por el rey navarro Sancho El Sabio en 1164 ─después incorporada al Reino de Castilla─, tiempo en el que adquirió su Carta de Población. Su característica de villa amurallada corresponde a su carácter defensivo en tiempos convulsos de reconquista y repoblación. En consecuencia, este noble lugar alavés, a escasa distancia de Logroño, tiene una importancia histórica y monumental referencial, y un significado que se ha de respetar para que sea testimonio vivo para las generaciones de lo que fue y del legado que hemos recibido de nuestros antepasados.

 

Esto tan simple, que suena a “rollo” paternalista, no es respetado por los nacionalistas y sus mamporreros, como por ejemplo los socialistas. Estos últimos no respetan cosas más elementales, por lo tanto, pedir que lo hagan en algo sublime es como pedir que las nubes produzcan lluvia de panes.

 

Durante décadas hemos sido testigos de los intentos de cambiar el nombre de la localidad, como se ha hecho en otros muchos casos, borrando por decreto el pasado de los enclaves de población. Durante muchos años a Laguardia se le ha llamado Biasteri. Recientemente se ha descubierto que ese era el topónimo previo de la población de Viñaspre, que no tiene nada que ver con Laguardia, salvo que también es tierra de vino.

 

Finalmente han tenido que admitir que Laguardia es Laguardia y punto, porque la maniobra de modificación del topónimo era demasiado burda. Y no hay traducción al euskera porque, simplemente, el euskera es algo ajeno a esa población, y nunca se ha hablado, como tampoco se ha usado en otros múltiples lugares de Álava. Y esto no es una afirmación gratuita, está documentado.

 

Pero, ellos persisten con una insistencia digna de la mejor causa, aunque no lo sea.

 

Estos días se ha acordado por el Consejo Escolar del Colegio “Victor Tapia” de Laguardia el sustituir la enseñanza en castellano, que es la lengua materna de la totalidad de los alumnos del centro, por el euskera. Es decir, imponer una “inmersión” lingüística en la que los alumnos han de aprender las materias del currículo, de forma antinatural y contraviniendo el código lingüístico utilizado en el entorno social y cultural. (No olvidemos que nos encontramos en La Rioja).

 

Y no olvidemos tampoco que la lengua de Cervantes mal llamada castellano pues es la del conjunto de España, es la lengua en la que están transcritas las Actas de las Juntas Generales de Álava sin rastro de presencia euskara. En esas Juntas Generales se reunían los procuradores de las Hermandades alavesas para resolver sus pleitos y litigios mediante ordenanzas, desde el año 1463, y, sobre todo durante la armonización de vínculos ordenada por los Reyes Católicos.

 

Volviendo al tema de la lengua de aprendizaje de los niños de Laguardia, en esta ocasión no voy a diseccionar los perjuicios e inconvenientes pedagógicos de modificar la lengua de pensamiento y aprendizaje de los niños, es decir la que llamamos materna, que por algo se llama así. Simplemente quiero resaltar la maniobra artera pertinazmente intentada por los mamporreros del nacionalismo de hincar la pica en territorio a colonizar, para cambiar la idiosincrasia del lugar, y modificar el eje cultural, la estructura cognitiva de las gentes del enclave, para que vayan virando en su forma de pensar y percibir las cosas a un plano nacionalista.

 

Es el paradigma que se ha ido desarrollando no solamente en Laguardia, sino actualmente en Navarra, y antes lo fue en el resto de Álava. Hasta el punto de que es sintomático que los hijos de destacados franquistas militen hoy en Bildu, y conozco más de un caso. ¿Qué ha ocurrido para que fenómenos psicosociales tan llamativos se hayan producido?

 

Mi reflexión para explicar ese proceso es que ha habido un lavado de cerebro a través de una ingeniería social que transcurre a través de los pupitres, Y la modificación de la lengua de aprendizaje, con independencia de los problemas y perjuicios que conlleva para el desarrollo de nuestros hijos y nietos, es el elemento clave. Pues primero se modifica la lengua de aprendizaje, después se seleccionan profesores que ya llevan en su mente los elementos cognitivos que favorecen los objetivos nacionalistas en su dimensión social y cultural; y después, por último, se produce un desarrollo en escala de los procesos acordes a las dinámicas secesionistas.

 

El laboratorio de Cataluña en tal sentido es una evidencia incontestable. Hay que estar muy ciego para no verlo. En la llamada Euskadi nacionalista es un proceso más lento por las dificultades del idioma, pero va cociéndose a fuego lento, con efectos más profundos y duraderos.

 

Hay que reconocer que el nacionalismo vasco es muy hábil en sus estrategias. Sobre todo, teniendo en cuenta la estupidez, el fariseísmo y la falta de convicciones del resto del espectro político.

Portada

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.