Lunes, 22 de Septiembre de 2025

Actualizada Domingo, 21 de Septiembre de 2025 a las 18:21:51 horas

Tienes activado un bloqueador de publicidad

Intentamos presentarte publicidad respectuosa con el lector, que además ayuda a mantener este medio de comunicación y ofrecerte información de calidad.

Por eso te pedimos que nos apoyes y desactives el bloqueador de anuncios. Gracias.

Continuar...

Sábado, 08 de Febrero de 2020 Tiempo de lectura:
Autor del libro "De Covadonga a la nación española"

Carlos X. Blanco: “No es políticamente correcto bajo el régimen de la izquierda acordarse de Covadonga”

[Img #17036]Profesor, escritor y columnista de La Tribuna del País Vasco, Carlos X. Blanco (Gijón, 1966) es doctor en Filosofía y uno de los principales expertos españoles en la batalla de Covadonga y en el inicio de la Reconquista. A este tema ha dedicado, a lo largo de los últimos años, dos obras claves, tanto novelísticas como ensayísticas. Se trata de la novela histórica La luz del norte y el estudio De Covadonga a la nación española, con prólogo de Robert Steuckers. Ambos trabajos están editados por EAS.

 

¿Por qué la batalla de Covadonga es un hecho fundacional en la historia de España?

 

La batalla de Covadonga es un hecho fundacional en la nación española. Está en el origen de la propia nación asturiana y de la nación española, que es la sucesora y la continuadora directa del Reino de Asturias. La importancia identitaria que tiene la batalla de Covadonga no se puede medir. Hay que tener en cuenta que los visigodos, unos años antes, estaban en un proceso de fusión muy complicado con el resto de la población hispano-romana, pero ese hecho, esa fusión, quedó truncada de manera muy violenta por una invasión extranjera y, además, infiel. Los que venían eran gentes de otra cultura, de otras etnias, de otra religión. ¿Qué ocurrió tras la batalla de Covadonga? No solo se creó un nuevo reino que ideológica y espiritualmente se consideraba heredero del reino Visigodo; se creó una fusión de pueblos, una verdadera etnogénesis. El reino de Asturias fue el detonante de la creación de otros reinos libres, cristianos, de cuño europeo, occidental. El reino de Asturias fue el motor, el primer motor de un conjunto de motores que pusieron en marcha un proyecto que ya sería milenario y que es el proyecto de España, de las Españas. Por eso es de una importancia capital la batalla de Covadonga. La historiografía ha amontonado datos para explicar esta etnogénesis de un pueblo, el pueblo español, que a pesar de surgir de diversas fuentes quedó muy unido contra un enemigo común, que entonces era el musulmán. Con Covadonga comienza la Reconquista, que fue la que forjó el carácter de los asturianos y de todos los españoles en general. La magna obra de Claudio Sánchez Albornoz y de otros historiadores de gran talla como Armando Besga Marroquín o tantos otros ilustra este proceso. La batalla de Covadonga ha querido ser minimizada en cuanto a cifras y detalles, pero su importancia simbólica no hay quien la ponga en duda.

 

[Img #17035]¿Por qué hay un interés político en diluir el significado de la batalla de Covadonga?

 

El Gobierno del Principado no es más que la continuación de un régimen clientelar de la izquierda que de manera casi monopolista he ejercido su dominio sobre esta Asturias maltrecha, a la que algunos ya definen como “la Andalucía del norte” o “la Albania del Cantábrico”. Es un régimen clientelar del PSOE y de Izquierda Unida que progresivamente ha ido haciendo exorcismo de las señas de identidad de todos los asturianos. Son muchos detalles y muchos gestos de desprecio hacia nuestra identidad milenaria. Les molesta mucho que el principal signo de identidad de Asturias sea, al mismo tiempo, el principal signo de identidad del origen de la nación española. Esta es la batalla de Covadonga, que es el inicio de esa gran gesta de reconquista, de repoblación y de recuperación territorial que finaliza con la toma de Granada. De Covadonga a Granada y, posteriormente, como señala Claudio Sánchez Albornoz, también hacia las Américas. En este sentido, también les molesta que el verdadero asturianismo, el versadero orgullo asturiano, sea al mismo tiempo el bloqueo espiritual de todo separatismo. El verdadero asturianismo no es el de juntar unos versos en bable artificial, el verdadero asturianismo no es el de los “bablegaitas”, es decir, separatistas, engañadores, creadores de un falso sentimiento antiespañol. El verdadero asturianismo es el que va de la mano de Don Pelayo, de la Santina, de Covadonga. No, no es políticamente correcto bajo el régimen clientelar de la izquierda socialista y podemista acordarse de Don Pelayo y de Covadonga.

 

[Img #17039]¿Cree usted positivo que la celebración de Covadonga 2022 se convierta en un “diálogo de civilizaciones”, tal y como se busca desde el actual Gobierno socialista del Principado?

 

El “diálogo de las civilizaciones” es el mayor camelo que existe. Es la peor trampa ideológica que se ha creado, junto con la memoria histórica y la ideología de género. Es una trampa en la que quieren hacer caer a pueblos enteros. La batalla de Covadonga fue el inicio de un proceso de recuperación de la identidad, cuando toda España había agachado la cabeza ante un pueblo extranjero y culturalmente incompatible con nuestro ‘etnos’, con nuestro modo de ser nacional. Esta invasión que ejercieron masas de bereberes capitaneadas por árabes y sirios pudo ser detenida por un imperio de voluntad. La voluntad de querer seguir siendo quienes éramos. Gracias a Covadonga, España fue recuperada para Occidente y la cristiandad.

 

¿Podemos decir que Covadonga fue el origen de la nación española?

 

No me cabe la menor duda. Covadonga fue el origen de España. Lo que ocurre es que una nación es siempre un organismo vivo, está en construcción y ampliación, y la gran gesta que astures, cántabros y godos acometieron en el 718 o en el 722, fue el arranque para que los demás pueblos, galaicos, vascones y todos los pueblos hispano-romanos en general, se sumaran a este proyecto de vivir en libertad, de ir ampliando fronteras hacia el sur, juntando la espada y el azadón, juntando el trabajo con la pelea. Así se forjó nuestro carácter. Hemos pasado por siglos de penosa decadencia, pero, verdaderamente, nuestra edad de oro fue esta reconquista inicial. Fuimos de oro porque no nos doblegamos, porque no luchamos por intereses dinásticos ni por otras mezquindades, sino porque luchamos por ser lo que éramos. Nuestros antepasados no eran esbirros de Mahoma, ellos querían ser cristianos y parte de la cristiandad occidental. Los reinos españoles de la alta Edad Media pueden parecer pequeños en el mapa, pero fueron grandes en alma, en espíritu, en resistencia, y en voluntad de imperio.

 

Portada

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.