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Ernesto Ladrón de Guevara
Sábado, 15 de Febrero de 2020 Tiempo de lectura:

La Hispanidad como solución

[Img #17074]En el año 1939, en plena Guerra incivil, asesinaron a Ramiro de Maeztu; un intelectual de primer orden durante principios de aquel siglo.

 

Cuando iban a fusilarle, Ramiro de Maeztu, espetó al piquete de fusilamiento: “No sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por qué lo hacéis”.

 

Llegados los tiempos presentes, a Ramiro de Maeztu se le ha olvidado y justo se le conserva una calle con su nombre en Vitoria. Al menos es algo.

 

Efectivamente, Maeztu escribió una obra profundamente odiada por el mundo nacionalista y por la izquierda; porque en su Defensa de la Hispanidad desbrozó los dos elementos claves con los que se configuraba un enorme espacio civilizatorio conformado por un imperio generador:  un verdadero orden mundial que fue la Hispanidad.

 

Esos dos fundamentos vertebradores fueron la evangelización de esas tierras, predicando una nueva cosmovisión de las relaciones interpersonales a unas gentes cuya evolución humana estaba en un estadio muy anterior al de los conquistadores, abogando por el respeto a la dignidad intrínseca de la persona; y el otro, un desarrollo impresionante de tipo cultural con múltiples instituciones como universidades, escuelas, hospitales y ciudades donde el mestizaje era la norma, y la protección de las lenguas indígenas, sin perjuicio del vínculo común que era la lengua española. Esa Hispanidad introdujo en el mundo el primer derecho internacional público y las bases civilizatorias del concepto de derechos humanos, auténtico precedente de los actuales.

 

Durante el siglo XVI y siguientes surge un nuevo imperio rival nacido de la mano del protestantismo, que sojuzgada a ese orden armonizador de los derechos individuales entendidos de una forma acordé a los tiempos en los que Carlos I de España y también de Alemania gobernaba el mundo entonces conocido. Los príncipes alemanes potenciaron el protestantismo para impedir que ese imperio generador católico les quitara potestades y privilegios, y así preservar sus derechos feudales. En ese espacio político se desarrolló un mundo anglosajón enemigo mortal de la Hispanidad que la combatió con todas las armas posibles, incluso con el expolio, cuando le fue posible, de las riquezas continentales en Hispanoamérica y de los navíos españoles que cruzaban el Atlántico. Se generó la "Leyenda Negra" con la estúpida contribución de los afrancesados españoles desde el siglo XVII, una vez advenida la estirpe de los Borbones, tras el último rey de los Austrias: Carlos II. España no levantó cabeza desde entonces, porque la masonería inglesa unida a unos criollos ansiosos de poder y de enriquecimiento sin control de la metrópoli, con la oposición de los indígenas que deseaban seguir bajo la dependencia protectora de España, lograron descomponer el imperio aprovechando la ocupación de nuestra patria por los franceses.

 

En mi reciente libro Nueva Defensa de la Hispanidad (Letras Inquietas), del autor de este artículo, recojo ese legado de Ramiro de Maeztu, también vitoriano,  en el que se disertaba sobre los dos pilares en los que se soportaba la Hispanidad; que eran  las Leyes de Indias que trataban por igual a los aborígenes que a los conquistadores, y preservaban sus derechos y libertades; y el catolicismo, que era la verdadera argamasa de unidad entre todos los pueblos de la Hispanidad. Por lo tanto, el libro conjuga la obra de Roca Barea con la de Rafael Altamira, y con las herramientas del materialismo filosófico de Gustavo bueno y del jesuita José María Iraburu y su obra Hechos de los apóstoles en América. En todos estos elementos de referencia, exhaustivos, analíticos y científicos desde el plano historiográfico, se encuentran los elementos fundamentales para el libro Nueva Defensa de Hispanidad.

 

Hago resurgir estas ideas a los efectos de recuperar el espíritu de la Hispanidad que nunca deberíamos haber abandonado, pues con ello hemos perjudicado a los intereses comunes de todos los españoles y favorecido a quienes nos han atacado y menoscabado. Lo hago en unos cruciales momentos en los que se producen nuevas agresiones a nuestra soberanía y modo de ser colectivo, a nuestra antropología e historia común, al legado cultural heredado. Se nos está desvertebrando configurando una cosmovisión que permita esclavizarnos poniéndonos al servicio de intereses foráneos, en una condición de subordinados, como si fuéramos parias.

 

A merced del mundo anglosajón a través de Soros, para descomponer el mundo occidental que generó la Hispanidad, teniéndonos sometidos bajo una Europa de los pueblos que se está germinando desde el centro de Europa al efecto de controlar lo que queda  de los restos de aquel naufragio que fue el hundimiento de hispanidad.

 

Solamente podremos salvar aquel ámbito civilizador europeo y americano que fue la obra de los Austrias si somos capaces de entender que nuestros aliados naturales son los países que tienen nuestra misma lengua, nuestra misma religión y cultura: y un vínculo común que fue la historia y el manto protector de la metrópoli cuándo fue el núcleo ordenador y civilizador de todo ese espacio. Ese es el espíritu y propósito de este nuevo libro.

 

Ernesto Ladrón de Guevara: Nueva defensa de la Hispanidad. Letras Inquietas, 2020. Clicka aquí para comprar en Amazon

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