Zaldívar está sufriendo una catástrofe desde hace quince días; dos personas han quedado sepultadas por toneladas de escombros; resulta muy difícil ponerse en la piel de los familiares y amigos de los dos trabajadores.

La UME fue ofrecida para ayudar a su rescate y colaborar en todo lo que fuese necesario poniéndose a las órdenes del Gobierno Vasco. La profesionalidad, dedicación y eficiencia de dicha unidad militar está fuera de toda duda siendo reconocida y aplaudida por todos y es una referencia internacional para la creación de unidades similares. Sus integrantes se mueven para servir y proteger a la sociedad independientemente de su situación en la Rosa de los Vientos. 

El Ejecutivo de Vitoria rehusó dicha ayuda aduciendo que no era recomendable que participase más gente en el operativo; no es preciso ser un Sherlock Holmes o un Hércules Poirot para saber a ciencia cierta los motivos reales de rechazar la ayuda de dicha unidad del Ejército de Tierra que está preparada, muy preparada, para casos específicos y lo acontecido en Zaldívar entra de lleno en su especialización. 

No es de recibo que el Ejecutivo de Vitoria anteponga la ideología, la política, para evitar que la población sea ayudada por los militares; los jeltzales y burukides no quieren ver esos uniformes, ni de otros colores, ayudando al ciudadano de a pie que está sufriendo. Vetos, prejuicios, y exclusiones incomprensibles. 

Quien padece una desgracia lo que quiere es ayuda, rapidez, dedicación y resultados, no se fija en banderas. Una política real de progreso es aquella que se vuelca para atender las necesidades de la sociedad y ser progresista es poner todos los medios, todos, sin excepción, para solucionar problemas. Rectificar es de sabios. 

Francisco Javier Sáenz Martínez 

FJS. 

Lasarte-Oria