La política actual está tomando unos derroteros que nos hace pensar que algo no funciona; la Ministra de Igualdad propone como lema feminista e inclusivo que las mujeres pueden, si así lo desean, llegar a casa solas y borrachas, es decir, ebrias, beodas, o embriagadas. 

¿Cómo es posible que un alto cargo del Gobierno (alta carga de la Gobierna) diga semejante despropósito?; una persona borracha tiene sus sentidos abotargados, aletargado, y puede sufrir o provocar cualquier tipo de accidente. 

Una conductora ebria es un grave problema para ella y para los demás pudiendo acabar en una silla de ruedas o en el tanatorio. ¿Para qué sirven las campañas preventivas de Tráfico si resulta que por otro lado se invita a ir bajo los efectos de una cogorza o melopea?. ¿Es eso feminismo? ¿Dónde está la dignidad de la persona?. ¿Se es más mujer si se bebe en demasía?. 

No todo vale en política y en el caso de la igualdad es un craso error inducir a que la mujer beba hasta embriagarse si así lo decide; un hombre o mujer pierden todo el respeto por sí mismos cuando sufren los efectos del alcohol. De seguir así, el siguiente paso será que a parte de borrachas puedan estar bajo los efectos de otras sustancias si así lo desean, o caminar desnudas por la calle si les apetece. 

Existen unas mínimas reglas de urbanidad y decoro independientemente de ser varón o hembra, de izquierdas o derechas, constitucionalista o nacionalista, creyente o ateo.

Igualdad no quiere decir que si en teoría el hombre bebe más que la mujer, esta tenga que imitar ese despreciable comportamiento, ponerse a su altura y caer tan bajo como él. 

Francisco Javier Sáenz Martínez 

FJS. 

Lasarte-Oria