¡Que la detengan!
No me refiero a privarla de su libertad. Me coloco en aquel dicho tan sabio y popular de: "no hay ser más peligroso, que alguien, tonto/a, con un bolígrafo y poder". Sí, poder, eso que contiene la palabra de uso frecuente: empoderamiento. Pues bien, que alguien ponga coto al poder que ejercita la Ministra de Unidas Podemos, antes que nos movamos entre el chachachá de la ignorancia y elcChucuchú del tren, para mofa en la Europa civilizada, ilustrada y ocupada en cuestiones de calado sociocultural.
¿Cómo se puede ser tan atrevida?. Me imagino a todos los epidemiólogos y colegas de Salud Pública, mesándose los cabellos por el grito asumido desde el nuevo Ministerio de Igualdad: "sola y borracha, quiero llegar a casa". ¡Qué dulzura, qué poesía, qué elegancia!. Y a todo esto, pasándose por el arco del triunfo las legislaciones del Estado y las comunidades autónomas para la prevención del alcoholismo juvenil. ¿No le gusta a la Ministra, o simplemente desprecia el conocimiento del ordenamiento legal?. No puedo ni quiero pensar que los ignora. Entre otras razones por ser de popular conocimiento aquello de "la ignorancia de la ley, no exime de su cumplimiento".
Me pregunto a qué esperan las gentes del derecho para presentar en sede judicial la iniciativa precisa por vulneración de la Ley 11/2010 de 17 de diciembre, de prevención del consumo de bebidas alcohólicas en menores de edad, que afecta al espacio de Galicia, en dónde hay elecciones para el día 5-O.
¿O qué esperan los colegas que no coincidentes del Consejo de Ministros en Moncloa, para detener las ocurrencias de la residente en Galapagar que se ha pasado por el arco de Bará -imperial Tarraco- la Ley sobre control del alcohol vigente desde 2018, con especial incidencia para el consumo de menores?
Y es que lo bueno que tiene esta coyuntura es que no distingue doctorado de asilvestrado, como no señala, a imagen de otros puestos con responsabilidad, qué conocimientos debe acreditar el dirigente para ocupar sillón ministerial. ¿Se imaginan que "suelto" le habría dedicado aquel incisivo periodista Leopoldo Alas Clarín?. O Mariano José de Larra, aun con peligro de ser inmediatamente acusado de machista, cuestión que habría tenido en cuenta José Zorrila en el momento de las exequias cuando se da a conocer el que sería autor del Tenorio, con aquellos versos que decían: "bendito cadáver sombrío y macilento". Y más le habría valido no escribir su Don Juan, pues a buen seguro le habrían perseguido desde la nueva Inquisición con logotipo de Torquemada en femenino.
Pero tampoco en otros barrios las aguas bajan menos agitadas. Aun no sabemos qué contenían las maletas procedentes de la Venezuela Bolivariana de Maduro; con la que esas Unidas de Podemos, harán obras de caridad, mejorando las prestaciones de viudas y pensionistas de poco poder adquisitivo- es broma-, desde luego, muy lejos de la soldada que cobran los padres de la patria; esos mismos apresurados en ponerse todos de acuerdo para elevar sus salarios, mientras y por "responsabilidad" del control para el gasto público, vetaron la subida pactada con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que pretenden ganar los mismo que las policías vascas y catalanas.
En esas, no menores, estábamos, cuando otra mañana de invierno se repitió la "fazaña". La todavía Ministra de Trabajo, en un arrebato para mostrar su capacidad de acción útil y comprometida, promulgó dicterios con medidas y conductas a tomar para frenar el coronavirus. Todo ello, despreciando a los expertas del área de Sanidad que se vieron sorprendidos por la facilidad con la que estas señoras Unidas, la han tomado con el espacio de la salud pública. Una vez más, y a riesgo de ser acusados de machistas, los ministros afectados por la gestión, detuvieron la orden, cuando lo más socorrido habría sido detener las facultades de tal ministra.
Temo que no vamos bien. Estamos inmersos en el reino de la chapuza. A no ser que todo lo ocurrido sea para distraer al personal, como hacía el general desde El Pardo, y así no preocuparse por la economía, el empleo, la vivienda y las necesidades sociales del pueblo. Ese pueblo que le está gritando al alumno de la Complutense por sus olvidos pronunciados cuando era oposición y no formaba parte de la casta.
Debemos dedicar más tiempo a establecer las coordenadas del feminismo y del machismo. No hay cuestión más importante sobre la que tratar. De esa forma evitamos los errores. Algo así como aquella sentencia de "todo para el pueblo, pero sin el pueblo".
Y no me lo tengan en cuenta. Pero sigo leyendo. No necesito la verborrea. Me quedo con regalos filosóficos como el que nos dejó Rosa Luxemburgo: "Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres". o aquello que dijo la elegante Coco Chanel: "El acto más valiente sigue siendo pensar por uno/a mismo. En voz alta".
Pero como tengo por "vicio" leer a Don Quijote, me quedo para estas turbulencias con aquello de "Cada uno es como Dios le hizo, y aún peor muchas veces". Por eso necesitamos gentes cultas y decentes, que se tomen la molestia para detener las "desfeitas propias del mal hacer que nos señalan a malandrines y truhanes".
Sigo exiliado, entre la mar y el viento, de la costa más al norte, que limita con Inglaterra mar por medio.
No me refiero a privarla de su libertad. Me coloco en aquel dicho tan sabio y popular de: "no hay ser más peligroso, que alguien, tonto/a, con un bolígrafo y poder". Sí, poder, eso que contiene la palabra de uso frecuente: empoderamiento. Pues bien, que alguien ponga coto al poder que ejercita la Ministra de Unidas Podemos, antes que nos movamos entre el chachachá de la ignorancia y elcChucuchú del tren, para mofa en la Europa civilizada, ilustrada y ocupada en cuestiones de calado sociocultural.
¿Cómo se puede ser tan atrevida?. Me imagino a todos los epidemiólogos y colegas de Salud Pública, mesándose los cabellos por el grito asumido desde el nuevo Ministerio de Igualdad: "sola y borracha, quiero llegar a casa". ¡Qué dulzura, qué poesía, qué elegancia!. Y a todo esto, pasándose por el arco del triunfo las legislaciones del Estado y las comunidades autónomas para la prevención del alcoholismo juvenil. ¿No le gusta a la Ministra, o simplemente desprecia el conocimiento del ordenamiento legal?. No puedo ni quiero pensar que los ignora. Entre otras razones por ser de popular conocimiento aquello de "la ignorancia de la ley, no exime de su cumplimiento".
Me pregunto a qué esperan las gentes del derecho para presentar en sede judicial la iniciativa precisa por vulneración de la Ley 11/2010 de 17 de diciembre, de prevención del consumo de bebidas alcohólicas en menores de edad, que afecta al espacio de Galicia, en dónde hay elecciones para el día 5-O.
¿O qué esperan los colegas que no coincidentes del Consejo de Ministros en Moncloa, para detener las ocurrencias de la residente en Galapagar que se ha pasado por el arco de Bará -imperial Tarraco- la Ley sobre control del alcohol vigente desde 2018, con especial incidencia para el consumo de menores?
Y es que lo bueno que tiene esta coyuntura es que no distingue doctorado de asilvestrado, como no señala, a imagen de otros puestos con responsabilidad, qué conocimientos debe acreditar el dirigente para ocupar sillón ministerial. ¿Se imaginan que "suelto" le habría dedicado aquel incisivo periodista Leopoldo Alas Clarín?. O Mariano José de Larra, aun con peligro de ser inmediatamente acusado de machista, cuestión que habría tenido en cuenta José Zorrila en el momento de las exequias cuando se da a conocer el que sería autor del Tenorio, con aquellos versos que decían: "bendito cadáver sombrío y macilento". Y más le habría valido no escribir su Don Juan, pues a buen seguro le habrían perseguido desde la nueva Inquisición con logotipo de Torquemada en femenino.
Pero tampoco en otros barrios las aguas bajan menos agitadas. Aun no sabemos qué contenían las maletas procedentes de la Venezuela Bolivariana de Maduro; con la que esas Unidas de Podemos, harán obras de caridad, mejorando las prestaciones de viudas y pensionistas de poco poder adquisitivo- es broma-, desde luego, muy lejos de la soldada que cobran los padres de la patria; esos mismos apresurados en ponerse todos de acuerdo para elevar sus salarios, mientras y por "responsabilidad" del control para el gasto público, vetaron la subida pactada con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que pretenden ganar los mismo que las policías vascas y catalanas.
En esas, no menores, estábamos, cuando otra mañana de invierno se repitió la "fazaña". La todavía Ministra de Trabajo, en un arrebato para mostrar su capacidad de acción útil y comprometida, promulgó dicterios con medidas y conductas a tomar para frenar el coronavirus. Todo ello, despreciando a los expertas del área de Sanidad que se vieron sorprendidos por la facilidad con la que estas señoras Unidas, la han tomado con el espacio de la salud pública. Una vez más, y a riesgo de ser acusados de machistas, los ministros afectados por la gestión, detuvieron la orden, cuando lo más socorrido habría sido detener las facultades de tal ministra.
Temo que no vamos bien. Estamos inmersos en el reino de la chapuza. A no ser que todo lo ocurrido sea para distraer al personal, como hacía el general desde El Pardo, y así no preocuparse por la economía, el empleo, la vivienda y las necesidades sociales del pueblo. Ese pueblo que le está gritando al alumno de la Complutense por sus olvidos pronunciados cuando era oposición y no formaba parte de la casta.
Debemos dedicar más tiempo a establecer las coordenadas del feminismo y del machismo. No hay cuestión más importante sobre la que tratar. De esa forma evitamos los errores. Algo así como aquella sentencia de "todo para el pueblo, pero sin el pueblo".
Y no me lo tengan en cuenta. Pero sigo leyendo. No necesito la verborrea. Me quedo con regalos filosóficos como el que nos dejó Rosa Luxemburgo: "Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres". o aquello que dijo la elegante Coco Chanel: "El acto más valiente sigue siendo pensar por uno/a mismo. En voz alta".
Pero como tengo por "vicio" leer a Don Quijote, me quedo para estas turbulencias con aquello de "Cada uno es como Dios le hizo, y aún peor muchas veces". Por eso necesitamos gentes cultas y decentes, que se tomen la molestia para detener las "desfeitas propias del mal hacer que nos señalan a malandrines y truhanes".
Sigo exiliado, entre la mar y el viento, de la costa más al norte, que limita con Inglaterra mar por medio.