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Martes, 24 de Marzo de 2020 Tiempo de lectura:

Soeren Kern: “La campaña de Pekín como benefactor mundial puede producir frutos en Europa, donde los complacientes líderes políticos temen enfrentarse a China”

El prestigioso analista Soeren Kern, miembro principal del Gatestone Institute, con sede en Nueva York, analiza en un reciente artículo la enorme campaña publicitaria puesta en marcha por China tras situarse Europa como el auténtico epicentro de la pandemia de coronavirus.

 

Extractamos algunos de los párrafos más destacados de su artículo:

 

(...) El Gobierno chino ha acelerado los envíos de ayuda médica a Europa, que se ha convertido en el epicentro de la pandemia de coronavirus que surgió primero en la ciudad china de Wuhan. Esta generosidad parece ser una campaña de relaciones públicas del presidente chino Xi Jinping y su Partido Comunista para desviar las críticas por su responsabilidad sobre el mortífero brote.

 

La campaña de Pekín como benefactor mundial puede producir frutos en Europa, donde los complacientes líderes políticos han temido durante mucho tiempo enfrentarse al segundo mayor socio comercial de la Unión Europea. Lo que aún está por saber es si los ciudadanos europeos, que están soportando la peor parte del sufrimiento causado por la epidemia, estarán igual de dispuestos a pasar por alto las infracciones de los funcionarios chinos.

 

En lo que sólo se puede describir como humillación geopolítica, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, el brazo administrativo de la Unión Europea, que se publicita a sí misma como la "segunda economía del mundo", elogió a la China comunista por donar una insignificante cantidad de equipos médicos al bloque. El 18 de marzo, tuiteó:

 

"He hablado con el primer ministro chino, Li Keqiang, que anunció que China proporcionará 2 millones de mascarillas quirúrgicas, 200.000 mascarillas N95 y 50.000 kits de pruebas. En enero, la Unión Europea ayudó a China al donarle 50 toneladas de equipos. Hoy, estamos agradecidos a China por su ayuda. Necesitamos apoyarnos mutuamente en tiempos de necesidad."

 

La Unión Europea ha sido incapaz de proporcionar una ayuda en condiciones a Italia, el tercer miembro mayor del bloque, que ha sido especialmente azotada por el virus. China intervino después de que Alemania, el miembro más poderoso de la UE, prohibiera la exportación de equipos de protección médica para evitar su propia escasez de mascarillas, guantes y trajes.

 

El 12 de marzo, China envió a Italia un equipo de nueve miembros del personal médico chino junto a 30 toneladas de equipamiento en un vuelo organizado por la Cruz Roja china. El jefe de la Cruz Roja italiana, Francesco Rocca, dijo que el envío "mostró el poder de la solidaridad internacional". Añadió:

 

"En este momento de gran estrés, de grandes dificultades, nos reconforta esta llegada de suministros. Es cierto que sólo será una ayuda temporal, pero aún así, es importante. Ahora mismo, necesitamos desesperadamente estas mascarillas. Necesitamos respiradores, que la Cruz Roja donará al Gobierno. Esta es, sin duda, una donación importante para nuestro país”

(... )

 

La revista Fortune explicó el motivo de la iniciativa propagandística de China:

 

La ayuda de China a Europa es un intento de recuperar un papel de liderazgo internacional después de que los primeros encubrimientos del virus ayudaran a que se propagara más allá de sus fronteras. El gobierno del presidente Xi Jinping ha tratado de silenciar a los críticos, entre ellos periodistas y analistas en internet, y también ha difundido teorías de la conspiración sobre el origen del virus.

 

En términos geopolíticos, la jugada de China para promocionarse como la salvadora de Europa tiene por objetivo mejorar su posición en un escenario mundial, ya que ambos se enfrentan a la Administración Trump. China y EEUU han proseguido su lucha por la influencia mundial —Pekín expulsó a más de una decena de periodistas estadounidenses esta semana—, mientras que busca desviar la culpa de su manejo de la enfermedad.

 

En una entrevista con el periódico británico The Guardian, Natasha Kassam, exdiplomática australiana, dijo:

 

Ahora vemos a funcionarios y medios chinos afirmando que China permitió al mundo ganar tiempo para prepararse para la pandemia. Sabemos que la máquina de propaganda China es capaz de reescribir la historia, pero ahora vemos que se reproduce en el extranjero. La victoria del China sobre el COVID-19 ya está escrita, y las autoridades están esforzándose mucho para que ese mensaje se reciba en el extranjero.

 

En un ensayo para la publicación española Libertad Digital, el analista Emilio Campmany explicó con astucia:

 

El enorme aparato de propaganda chino se ha puesto en marcha. En Italia se sienten, con razón, abandonados por la Unión Europea y agradecen la ayuda que les está brindando el país asiático, convenientemente amplificada por los medios de comunicación italianos.

 

Se trata de una operación de propaganda que oculta varias verdades. La primera y más importante es que el culpable de esta pandemia es el régimen chino. No hace falta acogerse a ninguna teoría de la conspiración para señalarlo. Era archisabido que los mercados de animales salvajes vivos chinos constituyen un peligro de epidemia gravísimo. Y el severísimo régimen comunista de la república popular, que todo lo controla por el bienestar de los ciudadanos, ha sido incapaz de cerrarlos. Cuando surgieron los primeros casos, el eficientísimo Partido Comunista tardó una eternidad en reaccionar y dedicó sus muchísimos recursos tan sólo a ocultar la verdad. Cuando ya no pudo esconder lo que pasaba, intervino de manera brutal, y sólo de esa forma ha conseguido atajar la epidemia, no sin antes dar lugar por su negligencia a que el virus se esparciera por todo el mundo.

 

La segunda es que no es necesaria la bestialidad comunista para combatir eficazmente el virus. Se pueden lograr resultados infinitamente mejores con inteligencia capitalista, como ha demostrado Corea del Sur, que, habiendo sido mucho más capaz que China, no se dedica a pagar artículos en Occidente en los que se diga lo listos que son. Hace días que este país ha demostrado lo valioso que puede ser realizar test masivos. Ese es por ahora el mejor camino, y lo increíble es lo mucho que han tardado los italianos y los españoles en darse cuenta. Sin embargo, esa tardanza no es consecuencia de no estar bendecidos con sendos regímenes comunistas, sino de estar gobernados por incompetentes que, encima en nuestro caso, son eso, socialistas y comunistas.

 

China quiere aprovechar esta calamidad para arrebatar el liderazgo global a Estados Unidos. Será el país comunista el que nos fabrique las medicinas más enérgicas para combatir el virus. Descubrirá antes que nadie la vacuna y la distribuirá por todo el mundo en tiempo récord. Comprará nuestros activos e invertirá en nuestros países para rescatar nuestras economías. En definitiva, afirmará ser nuestro salvador.

 

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