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David Márquez
Miércoles, 01 de Abril de 2020 Tiempo de lectura:

Yo ya lo dije

La realidad se puede vivir desde el plano subjetivo, objetivo, o desde “lo que se dice”. Y en este último universo persiste embarrancado el mundo, donde todos sabemos de todo y mejor que nadie, siempre basándonos en lo que anda por ahí. No hay más que irse a Youtube y descubrir tutoriales de aprendices en cualquier esfera: músicos, esteticistas, carpinteros, mecánicos, por no mencionar psicólogos y coachinadores de toda laya, muy verdes en las supuestas disciplinas que pretenden nada menos que enseñar, siempre con la imitación por modelo. Salimos de ahí para adentrarnos en el maravilloso mundo de las noticias y, ¿qué encontramos? La frase bandera de nuestros días: “ya lo dije yo”, amparada en la vista atrás y según lo que se comenta. Pero ¿qué mierda de historia estarán escribiendo los académicos? El arte, el cine, es desgajado junto a las noticias y el deporte por analistas, cámaras ultrarrápidas y fórmulas matemáticas inteligentes, porque se dice y hace así. Nada nace ya fresco, improvisado, casual como el Rock & Roll, el jazz, la penicilina. Hasta un beso, un polvo, requieren una explicación científica y constituyen una cosa muy seria que hay que desarrollar con precaución, negociación, tipificación y permiso ante notario. Uno ya no da una carrera esporádica: o es un sedentario oficial o practica “running” adecuadamente, por norma. Y no lo lleva a efecto porque le guste (subjetivo) o sea “saludable” (objetivo): lo hace porque se dice que, o ha escuchado tal, o es trending. No hay colores políticos para enarbolar el “yo ya lo dije”. No hay personalidad ni criterio ni deliberación propia: el confinamiento empieza y termina cuando se dice, así lo haga o no el país vecino, ya sea comunista, liberal o virtual. ¿Quiénes son todos esos “expertos” sin nombre? ¡Exijo verles la cara, joder! Ya veremos (oh, sí, cuando sepamos un poquito más de qué va esto) a los mismos que ahora condenan el retraso de las medidas, gritar en contra de las mismas “¡ya lo dije yo; no se puede parar un país de esta manera!”. Los únicos que parecen servirse de un método brillantemente objetivo son los señores de Jonhson & Johnson. Qué artistas. Lo habéis bordado, campeones. ¡Un premio para esta gente!

 

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