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Javier Salaberria
Lunes, 12 de Mayo de 2014 Tiempo de lectura:

El circo europeo

[Img #4273]"Panem et circenses". Pero como cada vez hay menos "Panem", es decir, menos estado del bienestar y más estado de malestar, más paro, más impuestos, más corrupción y menos fe en un sistema económico agonizante, hay que aumentar el "Circenses" para evitar un estallido.

 

De cara a unas elecciones europeas en plena crisis política, económica, conceptual e identitaria de Europa, esa necesidad se refuerza.

 

La victoria en Eurovisión de la austriaca Conchita Wurst o Conchita Salchicha -Wurst significa salchicha en alemán-, “la mujer barbuda”, personaje creado por Tom Neuwirth, -un diseñador de moda y cantante homosexual de 26 años- merece una reflexión por encima de las valoraciones artísticas y mediáticas del veterano festival televisivo.

 

El discurso de “la mujer barbuda” ha sido explícito: “Lo de ayer no fue un triunfo solo para mí, sino para la gente que cree en un futuro que funciona sin discriminación y basado en la tolerancia y el respeto". Conchita Wurst afirmó ante los medios que su victoria es un mensaje a "algunos políticos", entre los que señaló a Putin, aunque insistió en que no se trata de abrir un debate de derechos humanos entre Europa y Rusia. "La tolerancia no tiene fronteras. También en Rusia hay lugares donde soy muy bien bienvenida", dijo Wurst, que recordó que su actuación recibió de ese país cinco puntos, lo que muestra que "no todo el mundo en ese país tiene las mismas opiniones" sobre la homosexualidad.

 

Tampoco en Austria, donde una encuesta de un diario sensacionalista de gran tirada concluyó que el 79% de los austriacos no estaba orgulloso de su candidata. Un país donde el 22% de los votos se los lleva la ultraderecha aglutinada en torno al Partido Liberal de Austria (FPÖ), liderado por Heinz-Christian Strache, que durante tres comicios legislativos consecutivos aumentó su número de votos.

 

Las campañas electorales del FPÖ han estado marcadas por los eslóganes chovinistas, xenófobos e islamófobos, enfatizando el orgullo de ser austriaco, el rechazo a la inmigración y la tolerancia cero a la discrepancia. No puedo ni imaginar lo que estarán pensando de Conchita Wurst y de la imagen que ha dado de Austria en el mundo.

 

En el año 2000, bajo el liderazgo de Jörg Haider, el FPÖ se convirtió en socio de gobierno del ÖVP que lideraba entonces Wolfgang Schüssel, convirtiéndose en el primer partido ultraderechista en la Europa de posguerra en acceder a un gobierno elegido por sufragio universal. Un aviso para navegantes en una Europa escorada cada vez más hacia la extrema derecha. Veremos qué ocurre este mayo de 2014 con la extrema derecha europea y si el euro-escepticismo se proclama vencedor sumando los votos de ésta y la abstención.

 

Lo que queda claro es que hay un mar de fondo cuyas olas han roto en Ucrania. Allí parece que chocan contra un falso rompeolas llamado Rusia.

 

El gobernador de Járkov, Vladímir Varshavski, ha pedido un referéndum para su región y no estar “con gente como Conchita”: “O estamos con el Donbass (la cuenca minera del este ucraniano) o estamos con gente como Conchita”, ha comentado el autoproclamado gobernador. Por su parte, la estrella del pop ruso Filipp Kirkorov y productor de las representantes rusas de esta edición de Eurovisión considera que la victoria de Wurst debe hacer replantearse a Rusia su posicionamiento homófobo: “Quizás este triunfo sea una forma de protesta contra algunos de nuestros planteamientos. Debemos hacer una reflexión”, ha comentado Kirkorov.

 

Las felicitaciones le han llovido a Conchita comenzando por el presidente austriaco, el socialdemócrata Heinz Fischer: “Que haya dedicado su victoria a todos aquellos que creen en un futuro en paz y libertad, lo hace doblemente valioso. ¡Es un hermoso día para Austria!”, ha comentado Fischer. Según el vicecanciller y ministro de Finanzas, el popular Michael Spindelegger: “Austria está orgullosa y celebra con Thomas Neuwirth este gran reconocimiento europeo”, mientras el ministro de Cultura ha dicho que también es “una victoria de la Europa en tolerancia y respeto”.

 

Así que ahora resulta que nos quieren hacer creer que los golpistas ucranianos que exigían la anexión a Europa lo hacen por tener la libertad de poder ser unos andróginos en un mundo desarrollado, libre y feliz, lejos de los homófobos, agresivos y retrógrados bolcheviques rusos que los amenazan con sus tanques.

 

¿No será que lo que quieren es unirse a la ola de la extrema derecha europea que amenaza con dividir el continente en dos? ¿Y no es Putin también un “padrino” nacionalista de extrema derecha pero que pretende liderar su propia “familia”? ¿No es esto un ajuste de cuentas de la camorra global?

 

Idiotizados por semejante circo iremos a las urnas. Pero las decisiones más importantes sobre el futuro de Europa no se tomarán en parlamento o ejecutivo alguno, ni nacional ni de la Unión.

 

Se tomarán en la sede de una entidad privada gobernada por personas que no han sido elegidas por sufragio sino por su grado de compromiso y fidelidad con los verdaderos gobernantes, aquellos que financian, por medio del robo, el circo que nos distrae mientras acudimos sumisos y aturdidos hacia el matadero.

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