Miércoles, 24 de Septiembre de 2025

Actualizada Miércoles, 24 de Septiembre de 2025 a las 09:37:42 horas

Tienes activado un bloqueador de publicidad

Intentamos presentarte publicidad respectuosa con el lector, que además ayuda a mantener este medio de comunicación y ofrecerte información de calidad.

Por eso te pedimos que nos apoyes y desactives el bloqueador de anuncios. Gracias.

Continuar...

David Márquez
Domingo, 19 de Abril de 2020 Tiempo de lectura:

Recordando a la Individua

Oh, tú, rubia o morena, te descubro en un video frente al escenario, en Woodstock, Monterrey, Isla de Wight, Vicente Calderón, haciendo palmas al compás de la música (tienes las “manos libres”), gozando, ojos extasiados de Santa Teresa, puede que pechos al aire, y nadie te mira, porque todo el público va a lo suyo, y no dejas de ser individua ahí, en la masa, porque desconoces que te están grabando. Eres tú y la cosa en sí en el ahora. No guardas nada para después. No has olvidado que la artista, la estrella que se mata echando horas de gira o en el estudio y, sobre todo, la que sabe cantar (tú ni de lejos) está ahí arriba, en el escenario. También te imagino con un periódico, o frente a la caja tonta, informándote, creyendo o no la palabra de periodistas que hacen su trabajo cobrando un sueldo, como tú, mintiendo o no, pero en su lugar. Y tampoco has olvidado aquí tu papel de espectador, crítico o borrego, fiel o disidente, lo que te parezca a ti como individua que no comparte ni reparte desinformaciones basadas en consignas de masa. No, en serio, no te veo distribuyendo octavillas con la peor foto de tu presidente o vecino, pidiendo su cabeza, porque alguien te pasó el tocho y te ordenó “compartir”. Sigues siendo individua. Sigues besando, comiendo, jugando con tus niños, ayudándoles con las tareas (tú), en eso que antes llamaban “privado”. Aquí tampoco se te sube a la cabeza lo maravilloso que significa ser “simplemente persona” (je, qué guay, ¿no?), y menos cuando careces de oficio y no aportas nada singular al mundo, salvo tu cara bonita. Sabes (¿quién no?) disfrutar tus banalidades con discreción, saborear tus secretos y el hecho de que nadie más los conozca, entre otras cosas porque a nadie le interesan. No eres artista, ni periodista, ni político. Pero te mantienes como individua, porque vas a tu aire y no necesitas demostrarlo. Si hoy estuvieras aquí al viejo estilo, recibirías la lluvia con una sonrisa, mientras el resto se flagela con más noticias de pandemias. Eres cosa del pasado (y puede que del futuro).

 

Página del autor en Amazon

 

Portada

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.