Dos nuevas revistas de pensamiento conservador se lanzan en el país galo
La derecha entra en la batalla cultural... en Francia
La derecha entra en la batalla cultural... en Francia
![[Img #18012]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/06_2020/6393_captura-de-pantalla-2020-06-17-a-las-153707.png)
Hace unos días, Jean-Frédéric Poisson y Paul-Marie Coûteaux anunciaban en Francia la creación de una nueva publicación de derechas bajo la cabecera de Le Conservateur. Además, ambos eran claros en sus objetivos: “reconciliar a la derecha con sí misma misma" y trabajar para crear una "nueva fuerza política en este ámbito”.
Y es que este 2020 parece que está siendo muy fructífero para las revistas políticas galas, un producto periodístico que en el país vecino se ha caracterizado siempre por presentar una larga calidad y una fuerte tradición. Así que a las cabeceras ya habituales en las librerías francesas desde hace décadas, Valeurs Actuelles, Le Nouvel Observateur, Le Point o L’Express, por destacar solamente algunas entre las principales, ahora se suman Front Populaire, proyecto personalísimo del popular filósofo Michel Onfray que aparecerá en las próximas semanas, y la ya citada Le Conservateur, que tiene prevista su llegada al mercado el próximo 31 de agosto.
La primera, Front Populaire, fiel reflejo del pensamiento de su fundador, parece querer apostar, según lo que se conoce hasta el momento, por una defensa férrea de los postulados soberanistas desde una tradición política transversal que conjuga ideas y planteamientos tanto de “derechas” como de “izquierdas”.
Le Conservateur, por su parte, y desde un planteamiento muy similar al de la española Naves en Llamas, editada por La Tribuna del País Vasco y que ha sido excelentemente acogida en Francia, parece que se encuadrará más en una línea de pensamiento liberal-conservador. “Es un proyecto que he tenido durante mucho tiempo", dice Paul-Marie Coûteaux, miembro del Partido Demócrata Cristiano (PCD), aunque "la idea surgió hace un año, durante una conversación con Jean-Frédéric Poisson", presidente del PCD e impulsor del proyecto.
Coûteaux parece estar convencido de que la victoria del pensamiento conservador ha de llegar a través de la batalla cultural. Jean-Frédéric Poisson, por su parte, parece estar completamente en sintonía con su compañero sobre la necesidad de una derecha fuerte en el marco cultural: “Y la primera etapa para la unión de las derechas pasa por formalizar una doctrina específica que tome cuerpo en un proyecto político que sea capaz de reunir a personas diferentes pero que comparten la mayoría de sus convicciones."
A diferencia de Michel Onfray y Stéphane Simon, fundadores de Front Populaire, Poisson et Coûteaux no defienden la unión de los soberanistas. "Nunca creí en la unión de soberanistas", dice el presidente del PCD, ya que la diferencia entre la derecha y la izquierda permanece, especialmente en el lugar de la religión en la sociedad. Admito, sin embargo, que es difícil discernir en la escena política esta diferencia”. Lo mismo ocurre con Paul-Marie Coûteaux, que aunque había defendido durante mucho tiempo la convergencia de soberanistas de todas las tendencias, ahora ha renunciado a esa posibilidad: “Todavía soy un soberano. La soberanía es ante todo la posibilidad de que exista una política, ya sea derechas o izquierda, recuerda. Sin embargo, ya no creo en la unión de soberanistas de derecha e izquierda, porque ya no quedan soberanistas”.
Y es que según los dos fundadores de Le Conservateur, la unión de los soberanistas es un espejismo por una razón muy simple: “La soberanía no es un fin en sí misma. De hecho, vivir en un país próspero que no es soberano es preferible a vivir en un país soberano que no es próspero. ¡Pongamos las cosas en orden! Ciertamente, somos críticos con el euro, pero las críticas a la UE no son el alfa y el omega de nuestra política. En cuanto al proyecto de Onfray, creemos que su referencia al Frente Popular ya está profundamente arraigada en la historia de la izquierda francesa. Se trata de una referencia cultural que no es la nuestra, aunque tengamos similitudes y puntos de convergencia”.
En cuanto a la línea editorial de Le Conservateur, Paul-Marie Coûteaux, que dirigirá la publicación de carácter trimestral, señala que “la modernidad se derrumba ante nuestros ojos. Promete una sucesión de amenazas de todo tipo, sociales, financieras, morales, militares y tecnológicas que amenazan la naturaleza humana e incluso a la humanidad misma del hombre. Seguro de que los peligros inmensos amenazan hoy a Francia y Europa, y tal vez a todo el mundo, los fundadores de la revista Le Conservateur tenemos la intención de trabajar para la creación de una nueva fuerza política que se convierta en el corazón de una derecha que con demasiada frecuencia ha abandonado el terreno intelectual por sus carencias para cuestionar los paradigmas de sus adversarios. Apelamos al resurgimiento del pensamiento francés”.
Hace unos días, Jean-Frédéric Poisson y Paul-Marie Coûteaux anunciaban en Francia la creación de una nueva publicación de derechas bajo la cabecera de Le Conservateur. Además, ambos eran claros en sus objetivos: “reconciliar a la derecha con sí misma misma" y trabajar para crear una "nueva fuerza política en este ámbito”.
Y es que este 2020 parece que está siendo muy fructífero para las revistas políticas galas, un producto periodístico que en el país vecino se ha caracterizado siempre por presentar una larga calidad y una fuerte tradición. Así que a las cabeceras ya habituales en las librerías francesas desde hace décadas, Valeurs Actuelles, Le Nouvel Observateur, Le Point o L’Express, por destacar solamente algunas entre las principales, ahora se suman Front Populaire, proyecto personalísimo del popular filósofo Michel Onfray que aparecerá en las próximas semanas, y la ya citada Le Conservateur, que tiene prevista su llegada al mercado el próximo 31 de agosto.
La primera, Front Populaire, fiel reflejo del pensamiento de su fundador, parece querer apostar, según lo que se conoce hasta el momento, por una defensa férrea de los postulados soberanistas desde una tradición política transversal que conjuga ideas y planteamientos tanto de “derechas” como de “izquierdas”.
Le Conservateur, por su parte, y desde un planteamiento muy similar al de la española Naves en Llamas, editada por La Tribuna del País Vasco y que ha sido excelentemente acogida en Francia, parece que se encuadrará más en una línea de pensamiento liberal-conservador. “Es un proyecto que he tenido durante mucho tiempo", dice Paul-Marie Coûteaux, miembro del Partido Demócrata Cristiano (PCD), aunque "la idea surgió hace un año, durante una conversación con Jean-Frédéric Poisson", presidente del PCD e impulsor del proyecto.
Coûteaux parece estar convencido de que la victoria del pensamiento conservador ha de llegar a través de la batalla cultural. Jean-Frédéric Poisson, por su parte, parece estar completamente en sintonía con su compañero sobre la necesidad de una derecha fuerte en el marco cultural: “Y la primera etapa para la unión de las derechas pasa por formalizar una doctrina específica que tome cuerpo en un proyecto político que sea capaz de reunir a personas diferentes pero que comparten la mayoría de sus convicciones."
A diferencia de Michel Onfray y Stéphane Simon, fundadores de Front Populaire, Poisson et Coûteaux no defienden la unión de los soberanistas. "Nunca creí en la unión de soberanistas", dice el presidente del PCD, ya que la diferencia entre la derecha y la izquierda permanece, especialmente en el lugar de la religión en la sociedad. Admito, sin embargo, que es difícil discernir en la escena política esta diferencia”. Lo mismo ocurre con Paul-Marie Coûteaux, que aunque había defendido durante mucho tiempo la convergencia de soberanistas de todas las tendencias, ahora ha renunciado a esa posibilidad: “Todavía soy un soberano. La soberanía es ante todo la posibilidad de que exista una política, ya sea derechas o izquierda, recuerda. Sin embargo, ya no creo en la unión de soberanistas de derecha e izquierda, porque ya no quedan soberanistas”.
Y es que según los dos fundadores de Le Conservateur, la unión de los soberanistas es un espejismo por una razón muy simple: “La soberanía no es un fin en sí misma. De hecho, vivir en un país próspero que no es soberano es preferible a vivir en un país soberano que no es próspero. ¡Pongamos las cosas en orden! Ciertamente, somos críticos con el euro, pero las críticas a la UE no son el alfa y el omega de nuestra política. En cuanto al proyecto de Onfray, creemos que su referencia al Frente Popular ya está profundamente arraigada en la historia de la izquierda francesa. Se trata de una referencia cultural que no es la nuestra, aunque tengamos similitudes y puntos de convergencia”.
En cuanto a la línea editorial de Le Conservateur, Paul-Marie Coûteaux, que dirigirá la publicación de carácter trimestral, señala que “la modernidad se derrumba ante nuestros ojos. Promete una sucesión de amenazas de todo tipo, sociales, financieras, morales, militares y tecnológicas que amenazan la naturaleza humana e incluso a la humanidad misma del hombre. Seguro de que los peligros inmensos amenazan hoy a Francia y Europa, y tal vez a todo el mundo, los fundadores de la revista Le Conservateur tenemos la intención de trabajar para la creación de una nueva fuerza política que se convierta en el corazón de una derecha que con demasiada frecuencia ha abandonado el terreno intelectual por sus carencias para cuestionar los paradigmas de sus adversarios. Apelamos al resurgimiento del pensamiento francés”.