Desde Galicia con serenidad
Para Álvaro Cunqueiro, somos el Reino de la Lluvia. Para Miguel Hernández; gallegos de lluvia y calma. Nada que ver con los vascos. Tampoco tenemos muy claro en qué consisten las coordenadas de ser comunidad histórica. Aquí tenemos dos idiomas: castellano y gallego, pero en libertad, sin imposiciones, sin discriminaciones, con el corazón, dentro del espacio cultural, sin ejercicios bélicos con el idioma.
Galicia es inmensa. Casi 1.700 kilómetros de costa. Patrimonio histórico, artístico, religioso, costumbrista y ecológico que le dan personalidad y belleza sin par. Demasiado olvidados como esquina. Mientras otros pueblos luchan, los gallegos toman las maletas y emigran.
Hubo un tiempo en que si un viajero del siglo XIX buscaba gentes con 'seny' -sentido común- tenía que ir a Cataluña. Cualquier parecido con la actualidad mera coincidencia. El sentidiño está en Galicia, en el alma de nuestro pueblo. Con ese humor irónico a la defensiva, desconfiado, conservador, poco dado a movilizarse por los discursos grandilocuentes de los vendedores de crece pelos.
Por eso, todo señala que el ourensano gris, buen gestor, poco dado a las algaradas de la política televisada, ganará las elecciones por una amplísima mayoría absoluta -38 escaños- que serán próximos a los 44. Bajarán los socialistas y subirán los nacionalistas del BNG, que se han moderado mucho. Y desde luego, una representación testimonial de los amigos de "el Coletas", que cuanto menos venga por tierra de Castros Celtas y Camino de Compostela, mejor para todos.
Si tengo razón, el mismo día 13 de julio, al comparar los resultados del PP en Galicia y en el País Vasco, será el crujir de los dientes en Génova. Dirán que Iturgaiz era un mal candidato, con un discurso anclado en el pasado, tipo Mayor Oreja. Preguntarán sobre las culpas de aquellos ideólogos que cargaron contra Alonso y apostaron por la coalición con C's. Y es que el voto útil en Euskadi, frente a la izquierda revolucionaria mezcla de Bildu y Podemos, es la papeleta del PNV.
En cualquier caso, llama la atención las dos almas que coexisten en el PP. Ese problema lo maneja Sánchez a las mil maravillas. Ante una situación gravísima, sanitaria y económica, que requiere un gran pacto de Estado, que demanda unidad para ser fuertes a la hora de exigir en las instancias de la UE las ayudas precisas, los enfrentamientos, al menos dialécticos, muestran a un PP sin talente de Estado, que contribuye a la división social, y que facilita el camino a la "carcoma del mueble", sin duda alguna Podemos.
¿Algunos nos hacemos preguntas que compartimos? ¿Si el Cs de Rivera hubiera pactado con el PSOE de Sánchez, no estaríamos mucho mejor para afrontar la pandemia?. A tal, la respuesta la dieron las urnas con un tremendo castigo a Cs.
¿Si el PP fuera capaz, ante una pandemia de consecuencias imprevisibles, que todavía no ha terminado, que amenaza con nuevas olas, de ofrecer y ejercitar, acuerdos con el PSOE, el papel de Iglesias quedaría en meramente testimonial, por el bien de España?.
El PP tiene en su actitud evitar la deriva del PSOE hacia ER y sus ambiciones secesionistas para Cataluña; y prueba de ello ha sido el enfado que manifiestan los catalanes cada vez que C's apoya al Gobierno. O lo incómodo que se encuentra el sector podemita con tales acuerdos, solo comparable con los enfrentamientos entre los vicepresidentes Iglesias y Calviño, a esta última, alguien perversamente, quiere enviar -patada hacia arriba- a los pomposos despachos de la UE.
Mientras tanto, el virus sigue presente. La juventud no quiere asumir que aquellas noches de blanco satén se han terminado por razones de salud. La hostelería quiere salvar la piel como sea. Hemos descubierto tarde que una economía y un mercado laboral plegados a la actividad del ocio y el turismo, no resisten el confinamiento. Pero al mismo tiempo, hemos sido testigos asustados de cómo una pandemia puede colapsar nuestro sistema sanitario, nuestra capacidad productiva, nuestra forma de vida y consumo. En definitiva, alguien debe sacrificarse. Alguien debería encontrar cuanto antes una vacuna. Alguien debe analizar alternativas a un modelo de vida basado en las aglomeraciones festivas.
Hasta puede que sea el momento de mutar. Hemos tocado el techo y estamos cayendo al vacío. Los sabios son mucho más necesarios que los empresarios del ocio y la movilidad. Las mentes a estimular y premiar, a partir del 2020, deben ser pensadores y diseñadores de otros modelos que fabriquen nuevas fuentes de riqueza. A lo mejor no lo tenemos tan complicado. A veces el mundo tuvo que retroceder para avanzar. Nunca olvidemos que muchas respuestas se encuentran en el pasado - trasiego de la Edad Media al Renacimiento, recuperando al mundo antiguo-.
Y, ¡oh sorpresa!. El mismísimo presidente Sánchez ya reconoce que debieron actuar antes para poner medidas contra la pandemia. ¿incluye tal 'mea culpa' las manifas del 8-M?. Si fuera así, el poder judicial está ante la confesión pública de un alto cargo que pudo haberlas evitado. ¿Qué hacemos con tal?. Además se lo pone muy fácil a todos los perseguidos, sancionados y encausados por no "obedecer" lo dispuesto en el BOE del 14-M.
No logro entender que IU se sienta cómoda con Podemos. Y así se valora positivamente el talante negociador de Yolanda Díaz -gallega de Ferrol, con un padre viejo comunista de los astilleros- frente a gaznápiras como Irene Montero. Por cierto. ¿Cuál es la relación coste eficacia del Ministerio que dirige la favorita del vicepresidente para asuntos sociales?. ¿En que emplean su tiempo estas aguerridas amazonas?. Claro que algunos rezamos a Prisciliano para que no hagan nada.
Para Álvaro Cunqueiro, somos el Reino de la Lluvia. Para Miguel Hernández; gallegos de lluvia y calma. Nada que ver con los vascos. Tampoco tenemos muy claro en qué consisten las coordenadas de ser comunidad histórica. Aquí tenemos dos idiomas: castellano y gallego, pero en libertad, sin imposiciones, sin discriminaciones, con el corazón, dentro del espacio cultural, sin ejercicios bélicos con el idioma.
Galicia es inmensa. Casi 1.700 kilómetros de costa. Patrimonio histórico, artístico, religioso, costumbrista y ecológico que le dan personalidad y belleza sin par. Demasiado olvidados como esquina. Mientras otros pueblos luchan, los gallegos toman las maletas y emigran.
Hubo un tiempo en que si un viajero del siglo XIX buscaba gentes con 'seny' -sentido común- tenía que ir a Cataluña. Cualquier parecido con la actualidad mera coincidencia. El sentidiño está en Galicia, en el alma de nuestro pueblo. Con ese humor irónico a la defensiva, desconfiado, conservador, poco dado a movilizarse por los discursos grandilocuentes de los vendedores de crece pelos.
Por eso, todo señala que el ourensano gris, buen gestor, poco dado a las algaradas de la política televisada, ganará las elecciones por una amplísima mayoría absoluta -38 escaños- que serán próximos a los 44. Bajarán los socialistas y subirán los nacionalistas del BNG, que se han moderado mucho. Y desde luego, una representación testimonial de los amigos de "el Coletas", que cuanto menos venga por tierra de Castros Celtas y Camino de Compostela, mejor para todos.
Si tengo razón, el mismo día 13 de julio, al comparar los resultados del PP en Galicia y en el País Vasco, será el crujir de los dientes en Génova. Dirán que Iturgaiz era un mal candidato, con un discurso anclado en el pasado, tipo Mayor Oreja. Preguntarán sobre las culpas de aquellos ideólogos que cargaron contra Alonso y apostaron por la coalición con C's. Y es que el voto útil en Euskadi, frente a la izquierda revolucionaria mezcla de Bildu y Podemos, es la papeleta del PNV.
En cualquier caso, llama la atención las dos almas que coexisten en el PP. Ese problema lo maneja Sánchez a las mil maravillas. Ante una situación gravísima, sanitaria y económica, que requiere un gran pacto de Estado, que demanda unidad para ser fuertes a la hora de exigir en las instancias de la UE las ayudas precisas, los enfrentamientos, al menos dialécticos, muestran a un PP sin talente de Estado, que contribuye a la división social, y que facilita el camino a la "carcoma del mueble", sin duda alguna Podemos.
¿Algunos nos hacemos preguntas que compartimos? ¿Si el Cs de Rivera hubiera pactado con el PSOE de Sánchez, no estaríamos mucho mejor para afrontar la pandemia?. A tal, la respuesta la dieron las urnas con un tremendo castigo a Cs.
¿Si el PP fuera capaz, ante una pandemia de consecuencias imprevisibles, que todavía no ha terminado, que amenaza con nuevas olas, de ofrecer y ejercitar, acuerdos con el PSOE, el papel de Iglesias quedaría en meramente testimonial, por el bien de España?.
El PP tiene en su actitud evitar la deriva del PSOE hacia ER y sus ambiciones secesionistas para Cataluña; y prueba de ello ha sido el enfado que manifiestan los catalanes cada vez que C's apoya al Gobierno. O lo incómodo que se encuentra el sector podemita con tales acuerdos, solo comparable con los enfrentamientos entre los vicepresidentes Iglesias y Calviño, a esta última, alguien perversamente, quiere enviar -patada hacia arriba- a los pomposos despachos de la UE.
Mientras tanto, el virus sigue presente. La juventud no quiere asumir que aquellas noches de blanco satén se han terminado por razones de salud. La hostelería quiere salvar la piel como sea. Hemos descubierto tarde que una economía y un mercado laboral plegados a la actividad del ocio y el turismo, no resisten el confinamiento. Pero al mismo tiempo, hemos sido testigos asustados de cómo una pandemia puede colapsar nuestro sistema sanitario, nuestra capacidad productiva, nuestra forma de vida y consumo. En definitiva, alguien debe sacrificarse. Alguien debería encontrar cuanto antes una vacuna. Alguien debe analizar alternativas a un modelo de vida basado en las aglomeraciones festivas.
Hasta puede que sea el momento de mutar. Hemos tocado el techo y estamos cayendo al vacío. Los sabios son mucho más necesarios que los empresarios del ocio y la movilidad. Las mentes a estimular y premiar, a partir del 2020, deben ser pensadores y diseñadores de otros modelos que fabriquen nuevas fuentes de riqueza. A lo mejor no lo tenemos tan complicado. A veces el mundo tuvo que retroceder para avanzar. Nunca olvidemos que muchas respuestas se encuentran en el pasado - trasiego de la Edad Media al Renacimiento, recuperando al mundo antiguo-.
Y, ¡oh sorpresa!. El mismísimo presidente Sánchez ya reconoce que debieron actuar antes para poner medidas contra la pandemia. ¿incluye tal 'mea culpa' las manifas del 8-M?. Si fuera así, el poder judicial está ante la confesión pública de un alto cargo que pudo haberlas evitado. ¿Qué hacemos con tal?. Además se lo pone muy fácil a todos los perseguidos, sancionados y encausados por no "obedecer" lo dispuesto en el BOE del 14-M.
No logro entender que IU se sienta cómoda con Podemos. Y así se valora positivamente el talante negociador de Yolanda Díaz -gallega de Ferrol, con un padre viejo comunista de los astilleros- frente a gaznápiras como Irene Montero. Por cierto. ¿Cuál es la relación coste eficacia del Ministerio que dirige la favorita del vicepresidente para asuntos sociales?. ¿En que emplean su tiempo estas aguerridas amazonas?. Claro que algunos rezamos a Prisciliano para que no hagan nada.