Cuarto aniversario de los atentados terroristas en Barcelona y Cambrils
Anna Teixidor: "El terrorismo yihadista es una amenaza que ha venido para quedarse"
Autora de “Los silencios del 17-A”
“Mezquitas de España y de Europa son núcleos de personas que ayudan a la difusión de postulados fanáticos para reclutar adeptos”.
![[Img #18204]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/07_2020/1608_captura-de-pantalla-2020-07-10-a-las-183348.png)
La periodista de TV-3 Anna Teixidor es la autora del libro Los silencios del 17-A, una pionera y completa investigación sobre los atentados yihadistas que tuvieron lugar el 17 de agosto de 2017 en las ciudades catalanas de Barcelona y Cambrils, provocando la muerte a 16 personas (dos de ellas niños) y 130 heridos.
Anna Teixidor ha dedicado dos años a investigar los atentados. Ha viajado a Marruecos, Francia y Bélgica para conocer los orígenes familiares y las conexiones internacionales de los autores de la masacre y ha tratado de profundizar en la figura del imán Abdelbaki Es-Satty, responsable directo de la radicalización de los asesinos. A partir de la lectura del sumario y de un centenar de entrevistas con los familiares y el entorno de los terroristas y con los investigadores de los cuerpos policiales, los fiscales, los expertos y los responsables políticos, la periodista reconstruye en Los silencios del 17-A las biografías de los autores del ataque y relata con precisión cómo se gestaron los atentados y cómo un grupo de jóvenes que llevaba una vida prácticamente ‘normal’ pasa a convertirse en un comando yihadista con intención y capacidad para provocar decenas de muertos.
“El interés de estos jóvenes por las narrativas yihadistas empieza al menos a finales de 2014, según se desprende de sus dispositivos móviles, aunque puede que se inicie con la autoproclamación del Califato, a mediados de ese año. Este dato es relevante porque el imán Abdelbaki Es-Satty no llega a Ripoll hasta principios de 2015, y canaliza las frustraciones de ellos hacia un proyecto totalitario y extremista. Lo que vemos es que, primero, hay una fascinación por la violencia y, más tarde, se interesan por la religión y el contacto con la mezquita. En este sentido, Es-Satty es el agente de radicalización, es su referente espiritual y ideológico, ejerce influencia aprovechando su liderazgo, edad y autoridad en relación al resto de autores. El odio que alimentan no es en absoluto espontáneo, sino que surge en el marco de una estrategia a largo plazo donde se les ha ido inoculando unas narrativas que distinguen claramente entre el musulmán y el infiel, un fuerte sentimiento de victimización por el hecho de ser musulmán en Europa y, ante esto, la violencia se les ofrece como único camino para terminar con sus discriminaciones”.
En su libro, apunta a que los jóvenes que cometieron los atentados del 17-A, a pesar de llevar una vida normal, se sentían descolocados por pertenecer a otra identidad. Según las conversaciones que ha mantenido con el entorno de estas personas, en su opinión, ¿es el país de acogida el que margina o es la identidad musulmana la que choca con la tradición occidental?
Sería temerario decantarse por una u otra opción porque se ha comprobado que no se establecen perfiles ni denominadores comunes, sino que en cada individuo pueden producirse a raíz de situaciones y detonantes distintos. Lo que se debe tener claro es que estos jóvenes tenían dos referencias: la de sus padres y abuelos, es decir, el país de origen, y la del país al que emigran, en este caso, España. Están entre dos mundos con ninguno de los cuales se terminan de identificar. Por ello, la narrativa del autodenominado Estado Islámico fomenta la ruptura y les da una retórica para entender que su patria no es ni Marruecos ni España, sino el Islam. Y que ellos solo pueden pertenecer a la “Umma”, la comunidad de musulmanes. Es cierto también que algunos postulados de los musulmanes más rigoristas chocan frontalmente con la tradición occidental y esto conlleva que algunos sientan que es más importante pertenecer a una religión que respetar al Estado de derecho como individuos.
En su trabajo, el imán de Ripoll aparece como una de las “cabezas pensantes” e instigador de los atentados. A su juicio, ¿respondía Es-Satty a órdenes desde el extranjero?; ¿De dónde vendrían estas órdenes? ;¿Cree usted que sus “jefes” podrían estar en París o Bruselas, donde había viajado en repetidas ocasiones?
El imán Abdelbaki Es-Satty es el agente de radicalización que se aprovecha de su autoridad y liderazgo para ejercer su influencia. En todo caso, él pudo ser el responsable local de la célula pero dudo que se pueda considerar el autor intelectual de los atentados. Creo que formaba parte de una estructura mucho más amplia y que respondía a órdenes desde el extranjero, probablemente, del centro de Europa, aunque no descarto que tuviera vinculaciones con el aparato del autodenominado Estado Islámico en Siria o Irak. En la comisión de secretos oficiales del Congreso de los Diputados, el director del CNI apuntó que las órdenes procedían de Europa, con algunos otros detalles relevantes de su biografía. Los viajes a París o Bruselas fueren operativos, pero no se descarta que tuviera durante ellos algún tipo de contacto, ya sea de aprendizaje, de tarea logística o de recepción de órdenes.
¿Las mezquitas catalanas, en particular, y las mezquitas europeas, en general, son en demasiados casos centros de radicalización islamista?
No podemos generalizar, pero es cierto que algunas mezquitas de España y de Europa son núcleos de personas que simpatizan, se comprometen, colaboran y ayudan a la difusión de postulados fanáticos para reclutar más adeptos, aunque también es cierto que los Servicios de Inteligencia tienen los ojos puestos en estos centros culturales y religiosos. A pesar de ello, como hemos visto en los atentados de Barcelona y Cambrils, no es garantía de éxito para evitar un atentado. Es importante una regularización de la figura del Imán. Precisamente, a raíz de los atentados del 17-A se impulsó en Bélgica una revisión de esta figura. En España no se ha hecho nada al respeto.
Usted ha mantenido decenas de entrevistas con los familiares de los asesinos... ¿Cómo explica el entorno familiar la conversión de sus hijos, hermanos, amigos... en terroristas islamistas?
Inicialmente, el entorno familiar vivió con buenos ojos la evolución ideológica y espiritual. Los cambios de actitud (dejar de salir de fiesta, beber alcohol) fueron percibido como elementos positivos. Entre los familiares con los que he hablado, conviven sentimientos contradictorios y un fuerte sentimiento de culpabilidad. De entrada, los familiares no se explican que los jóvenes pudieran tener voluntad y capacidad para atentar. Aún persisten los silencios.
En su opinión, ¿se realizó correctamente la investigación policial tras los atentados?
La investigación fue coordinada por la Audiencia Nacional y la llevaron a cabo los Mossos de Esquadra, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. Creo que, hasta donde yo sé, se hizo con la máxima profesionalidad e interés. Incluso, el juez instructor Fernando Andreu consideró que los tres cuerpos debían analizar los dispositivos tecnológicos para que no se les pasara nada por alto. Pero se trata de investigaciones muy complejas, que en gran parte necesitan de las comisiones rogatorias con países extranjeros, una colaboración siempre difícil marcada también por los recursos e intereses de las policías de otros países.
A su juicio, ¿cuál ha de ser la respuesta al terrorismo islamista: policial, militar, informativa, educativa, formativa, etc.?
Creo que, de entrada, no nos estamos refiriendo correctamente a este fenómeno con el término terrorismo islamista. Quizás sería más adecuado terrorismo yihadista, para no vincular toda una religión con un tipo de fanatismo. Nosotros como periodistas tenemos la obligación de poner los nombres correctos, de no llamar a Es-Satty “líder”, otorgándole connotaciones positivas… En líneas generales, la respuesta debe ser pluridisciplinar y holística. Para mí, lo más importante es tener recursos para combatir las narrativas yihadistas en las que se divide el mundo entre musulmanes e infieles; mostrar testimonios de personas que se han dado cuenta del fracaso de estas narrativas, también puede influir en sus seguidores… El trabajo es arduo pero tenemos que poner todo nuestro esfuerzo porque es una amenaza que, desafortunadamente, ha venido para quedarse.
La periodista de TV-3 Anna Teixidor es la autora del libro Los silencios del 17-A, una pionera y completa investigación sobre los atentados yihadistas que tuvieron lugar el 17 de agosto de 2017 en las ciudades catalanas de Barcelona y Cambrils, provocando la muerte a 16 personas (dos de ellas niños) y 130 heridos.
Anna Teixidor ha dedicado dos años a investigar los atentados. Ha viajado a Marruecos, Francia y Bélgica para conocer los orígenes familiares y las conexiones internacionales de los autores de la masacre y ha tratado de profundizar en la figura del imán Abdelbaki Es-Satty, responsable directo de la radicalización de los asesinos. A partir de la lectura del sumario y de un centenar de entrevistas con los familiares y el entorno de los terroristas y con los investigadores de los cuerpos policiales, los fiscales, los expertos y los responsables políticos, la periodista reconstruye en Los silencios del 17-A las biografías de los autores del ataque y relata con precisión cómo se gestaron los atentados y cómo un grupo de jóvenes que llevaba una vida prácticamente ‘normal’ pasa a convertirse en un comando yihadista con intención y capacidad para provocar decenas de muertos.
“El interés de estos jóvenes por las narrativas yihadistas empieza al menos a finales de 2014, según se desprende de sus dispositivos móviles, aunque puede que se inicie con la autoproclamación del Califato, a mediados de ese año. Este dato es relevante porque el imán Abdelbaki Es-Satty no llega a Ripoll hasta principios de 2015, y canaliza las frustraciones de ellos hacia un proyecto totalitario y extremista. Lo que vemos es que, primero, hay una fascinación por la violencia y, más tarde, se interesan por la religión y el contacto con la mezquita. En este sentido, Es-Satty es el agente de radicalización, es su referente espiritual y ideológico, ejerce influencia aprovechando su liderazgo, edad y autoridad en relación al resto de autores. El odio que alimentan no es en absoluto espontáneo, sino que surge en el marco de una estrategia a largo plazo donde se les ha ido inoculando unas narrativas que distinguen claramente entre el musulmán y el infiel, un fuerte sentimiento de victimización por el hecho de ser musulmán en Europa y, ante esto, la violencia se les ofrece como único camino para terminar con sus discriminaciones”.
En su libro, apunta a que los jóvenes que cometieron los atentados del 17-A, a pesar de llevar una vida normal, se sentían descolocados por pertenecer a otra identidad. Según las conversaciones que ha mantenido con el entorno de estas personas, en su opinión, ¿es el país de acogida el que margina o es la identidad musulmana la que choca con la tradición occidental?
Sería temerario decantarse por una u otra opción porque se ha comprobado que no se establecen perfiles ni denominadores comunes, sino que en cada individuo pueden producirse a raíz de situaciones y detonantes distintos. Lo que se debe tener claro es que estos jóvenes tenían dos referencias: la de sus padres y abuelos, es decir, el país de origen, y la del país al que emigran, en este caso, España. Están entre dos mundos con ninguno de los cuales se terminan de identificar. Por ello, la narrativa del autodenominado Estado Islámico fomenta la ruptura y les da una retórica para entender que su patria no es ni Marruecos ni España, sino el Islam. Y que ellos solo pueden pertenecer a la “Umma”, la comunidad de musulmanes. Es cierto también que algunos postulados de los musulmanes más rigoristas chocan frontalmente con la tradición occidental y esto conlleva que algunos sientan que es más importante pertenecer a una religión que respetar al Estado de derecho como individuos.
En su trabajo, el imán de Ripoll aparece como una de las “cabezas pensantes” e instigador de los atentados. A su juicio, ¿respondía Es-Satty a órdenes desde el extranjero?; ¿De dónde vendrían estas órdenes? ;¿Cree usted que sus “jefes” podrían estar en París o Bruselas, donde había viajado en repetidas ocasiones?
El imán Abdelbaki Es-Satty es el agente de radicalización que se aprovecha de su autoridad y liderazgo para ejercer su influencia. En todo caso, él pudo ser el responsable local de la célula pero dudo que se pueda considerar el autor intelectual de los atentados. Creo que formaba parte de una estructura mucho más amplia y que respondía a órdenes desde el extranjero, probablemente, del centro de Europa, aunque no descarto que tuviera vinculaciones con el aparato del autodenominado Estado Islámico en Siria o Irak. En la comisión de secretos oficiales del Congreso de los Diputados, el director del CNI apuntó que las órdenes procedían de Europa, con algunos otros detalles relevantes de su biografía. Los viajes a París o Bruselas fueren operativos, pero no se descarta que tuviera durante ellos algún tipo de contacto, ya sea de aprendizaje, de tarea logística o de recepción de órdenes.
¿Las mezquitas catalanas, en particular, y las mezquitas europeas, en general, son en demasiados casos centros de radicalización islamista?
No podemos generalizar, pero es cierto que algunas mezquitas de España y de Europa son núcleos de personas que simpatizan, se comprometen, colaboran y ayudan a la difusión de postulados fanáticos para reclutar más adeptos, aunque también es cierto que los Servicios de Inteligencia tienen los ojos puestos en estos centros culturales y religiosos. A pesar de ello, como hemos visto en los atentados de Barcelona y Cambrils, no es garantía de éxito para evitar un atentado. Es importante una regularización de la figura del Imán. Precisamente, a raíz de los atentados del 17-A se impulsó en Bélgica una revisión de esta figura. En España no se ha hecho nada al respeto.
Usted ha mantenido decenas de entrevistas con los familiares de los asesinos... ¿Cómo explica el entorno familiar la conversión de sus hijos, hermanos, amigos... en terroristas islamistas?
Inicialmente, el entorno familiar vivió con buenos ojos la evolución ideológica y espiritual. Los cambios de actitud (dejar de salir de fiesta, beber alcohol) fueron percibido como elementos positivos. Entre los familiares con los que he hablado, conviven sentimientos contradictorios y un fuerte sentimiento de culpabilidad. De entrada, los familiares no se explican que los jóvenes pudieran tener voluntad y capacidad para atentar. Aún persisten los silencios.
En su opinión, ¿se realizó correctamente la investigación policial tras los atentados?
La investigación fue coordinada por la Audiencia Nacional y la llevaron a cabo los Mossos de Esquadra, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. Creo que, hasta donde yo sé, se hizo con la máxima profesionalidad e interés. Incluso, el juez instructor Fernando Andreu consideró que los tres cuerpos debían analizar los dispositivos tecnológicos para que no se les pasara nada por alto. Pero se trata de investigaciones muy complejas, que en gran parte necesitan de las comisiones rogatorias con países extranjeros, una colaboración siempre difícil marcada también por los recursos e intereses de las policías de otros países.
A su juicio, ¿cuál ha de ser la respuesta al terrorismo islamista: policial, militar, informativa, educativa, formativa, etc.?
Creo que, de entrada, no nos estamos refiriendo correctamente a este fenómeno con el término terrorismo islamista. Quizás sería más adecuado terrorismo yihadista, para no vincular toda una religión con un tipo de fanatismo. Nosotros como periodistas tenemos la obligación de poner los nombres correctos, de no llamar a Es-Satty “líder”, otorgándole connotaciones positivas… En líneas generales, la respuesta debe ser pluridisciplinar y holística. Para mí, lo más importante es tener recursos para combatir las narrativas yihadistas en las que se divide el mundo entre musulmanes e infieles; mostrar testimonios de personas que se han dado cuenta del fracaso de estas narrativas, también puede influir en sus seguidores… El trabajo es arduo pero tenemos que poner todo nuestro esfuerzo porque es una amenaza que, desafortunadamente, ha venido para quedarse.