Elecciones vascas 2020: motivos para la esperanza
Las recientes elecciones al Parlamento vasco han dado una mayoría nacionalista (PNV + Bildu 52 de 75 escaños) que sumada a los partidos de izquierda de ámbito “nacional”, aunque muy sumisos y proclives al nacionalismo, dan una aplastante mayoría separatista o proclive y sumisa.
Los resultados para el constitucionalismo/unionismo/españolismo en la comunidad autónoma vasca está claro que no pasan por su mejor momento. Sin embargo, hay motivos para la esperanza. Cuando en 2001 Jaime Mayor Oreja (PP) y Nicolás Redondo Terreros (PSOE) lanzaron un órdago constitucionalista y españolista en las elecciones al Parlamento vasco de aquel año, aun sacando unos excelentes resultados, no consiguieron desbancar al PNV del poder. Sin embargo, ocho años después, un mucho más descafeinado Patxi López y apoyado por un PP mucho más “moderado” de Basagoiti conseguía un gran hito político; desbancar por primera y única vez al PNV del poder autonómico en la comunidad autónoma vasca y constituir un Gobierno no nacionalista en dicha comunidad.
Si comparamos las elecciones al Parlamento vasco en 1980, con el terrorismo etarra en sus años más sangrientos como telón de fondo, con los resultados de las elecciones del pasado 12-J nos damos cuenta que en cuarenta años la foto ha vuelto a ser la misma. En las elecciones de 1980 hay que tener en cuenta que el reparto de escaños era menor, de 60 frente a los actuales 75. Sin embargo, la comparativa global es que el PNV en 1980 sacó 349.102 votos frente a los 349.429 actuales, lo que resulta prácticamente el mismo número de votos. En cuanto a la coalición proetarra, actualmente ha sacado 248.688 votos, y hace cuarenta años se presentaron divididos en dos candidaturas distintas: Herri Batasuna (brazo político de Eta-M) 151.636 y Euskadiko Ezkerra (brazo político de ETA-pm) 89.953 votos que si sumamos a los anteriores nos da la siempre escalofriante cifra de 241.589 votos, lo que casi clava los resultados de la coalición actual EH Bildu.
En cuanto al PSOE también repite casi los resultados, aunque algo a la baja (si sube un escaño es porque ahora se reparten 15 más que en 1980), de 130.221 en 1980 a 121.869 actuales. Donde se ha dado una variación significativa de tendencia de voto es en el centro-derecha y la extrema-izquierda de ámbito nacional. En el primer caso, UCD y AP consiguieron casi 122.000 votos frente a los 77.747 que han sacado ahora PP, C’s y Vox, habiéndose reducido a la mitad su apoyo electoral. Frente a estos resultados, Podemos, aun en sus horas bajas, dobla los resultados que el PCE sacaba hace cuarenta años encomunidad autónoma vasca, 71.759 votos frente a los 36.845 que la marca comunista sacaba hace cuatro lustros.
En cuarenta años, y a pesar de la diáspora por razones políticas de un grupo importante de vascos (mayoritariamente no adeptos a la secta separatista), el adoctrinamiento, la manipulación de las generaciones más jóvenes, la enorme presión social (especialmente en las localidades de menor población) y un censo de votantes de casi doscientas mil personas más , hay que tener en cuenta que PNV y Bildu sacan el mismo número de votos que en 1980, y eso que se supone que están en horas altas. El PSOE, cuyo proyecto político anda entre el cero y la nada, ha bajado un poco porque su masa de votantes en la CCAA Vasca esta envejecida y se trata de votantes fieles a una sigla haga lo que haga (voto cautivo) y su cúpula dirigente en el fondo siempre se ha sentido cómoda de muleta del PNV. En cuanto a la izquierda radical comunista hoy representada por Elkarrekin Podemos, dobla los resultados electorales del PCE , pero lo más probable es que en cuatro años prácticamente desaparezcan, repartiéndose su voto entre el PNV, el PSOE, Bildu y la abstención, ya que se trató de un suflé político motivado en su momento por la crisis y los escándalos (aparte de la proyección mediática que recibieron los morados en su momento).
El único planteamiento que hay que hacer siendo conscientes de que en la CCAA Vasca no existe un régimen democrático pleno sino un régimen de partido-oligarquía similar al que imperó durante setenta años en el México del PRI con apariencias democráticas en cuya tostada con mayor o menor intensidad están tanto PNV y Bildu como el PSOE y el próximamente difunto Podemos, es la dirección que hay que tomar para impulsar un proyecto político alternativo, democrático y constitucionalista. Ese proyecto político hoy y por muchas décadas solo lo pueden sacar adelante tres partidos: PP, Ciudadanos y Vox. Estos partidos tienen que ser conscientes de que su nicho de votantes no están en el PNV ni en el PSOE (mucho menos en Bildu), sino en los votantes que hoy conservan (77.747) y en ese 47% del censo (809.990 votantes) que ha decidido abstenerse en las recientes elecciones. Porque aquellas personas que son adeptas a la ideología separatista en sus dos variantes (PNV-Bildu) tengan por seguro que con pandemia o sin ella han ido a votar casi todos, ya que votar no se trata de un acto político o cívico, sino algo más, ya que su visión y sentimiento de la política está más cerca de una secta radical y peligrosa que de un ciudadano libre, formado y de mentalidad democrática.
Por tanto, el PP, Ciudadanos (si sobrevive como proyecto político en los próximos años, que está por ver) y Vox tienen que impulsar proyectos políticos específicos en cada una de las tres provincias que integran la CCAA vasca, marcando una estrategia propia, haciendo hincapié en los problemas de los ciudadanos, haciendo caso omiso a la mitología impuesta. Fueron posibles los resultados electorales que tanto PP como PSOE e incluso Unidad Alavesa sacaron en la década de los noventa y 2000, como fue posible desbancar de Ajurianea al PNV. Simplemente hay que construir un proyecto sólido y una base de militancia y activismo. También es muy importante ir creando un tejido asociativo y cultural, así como medios de comunicación propios, al menos en formato digital. Es un trabajo arduo y cuyos frutos se cosecharán a medio o largo plazo y, por lo tanto, se trata de un trabajo no apto para aquellos que lo único que esperan es medrar a corto plazo. Pero si no se realiza este trabajo, al final PP, Cs y Vox desaparecerán de la CCAA Vasca, que quedará en manos del PNV, Bildu y un cada vez más exiguo y complaciente PSOE.
A pesar de todo, todavía hoy es posible ir trabajando por una alternativa política a 15/20 años vista, pero para ello Vox va a tener que afinar mucho y el PP y Cs van a tener que cambiar muchas cosas en la CCAA vasca. Estamos a tiempo y hay motivos para la esperanza, torres mayores han caído a lo largo de la historia, pero el triunfo no vendrá solo ni saldrá gratis.
![[Img #18278]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/07_2020/3944_captura-de-pantalla-2020-07-22-a-las-91606.png)
Las recientes elecciones al Parlamento vasco han dado una mayoría nacionalista (PNV + Bildu 52 de 75 escaños) que sumada a los partidos de izquierda de ámbito “nacional”, aunque muy sumisos y proclives al nacionalismo, dan una aplastante mayoría separatista o proclive y sumisa.
Los resultados para el constitucionalismo/unionismo/españolismo en la comunidad autónoma vasca está claro que no pasan por su mejor momento. Sin embargo, hay motivos para la esperanza. Cuando en 2001 Jaime Mayor Oreja (PP) y Nicolás Redondo Terreros (PSOE) lanzaron un órdago constitucionalista y españolista en las elecciones al Parlamento vasco de aquel año, aun sacando unos excelentes resultados, no consiguieron desbancar al PNV del poder. Sin embargo, ocho años después, un mucho más descafeinado Patxi López y apoyado por un PP mucho más “moderado” de Basagoiti conseguía un gran hito político; desbancar por primera y única vez al PNV del poder autonómico en la comunidad autónoma vasca y constituir un Gobierno no nacionalista en dicha comunidad.
Si comparamos las elecciones al Parlamento vasco en 1980, con el terrorismo etarra en sus años más sangrientos como telón de fondo, con los resultados de las elecciones del pasado 12-J nos damos cuenta que en cuarenta años la foto ha vuelto a ser la misma. En las elecciones de 1980 hay que tener en cuenta que el reparto de escaños era menor, de 60 frente a los actuales 75. Sin embargo, la comparativa global es que el PNV en 1980 sacó 349.102 votos frente a los 349.429 actuales, lo que resulta prácticamente el mismo número de votos. En cuanto a la coalición proetarra, actualmente ha sacado 248.688 votos, y hace cuarenta años se presentaron divididos en dos candidaturas distintas: Herri Batasuna (brazo político de Eta-M) 151.636 y Euskadiko Ezkerra (brazo político de ETA-pm) 89.953 votos que si sumamos a los anteriores nos da la siempre escalofriante cifra de 241.589 votos, lo que casi clava los resultados de la coalición actual EH Bildu.
En cuanto al PSOE también repite casi los resultados, aunque algo a la baja (si sube un escaño es porque ahora se reparten 15 más que en 1980), de 130.221 en 1980 a 121.869 actuales. Donde se ha dado una variación significativa de tendencia de voto es en el centro-derecha y la extrema-izquierda de ámbito nacional. En el primer caso, UCD y AP consiguieron casi 122.000 votos frente a los 77.747 que han sacado ahora PP, C’s y Vox, habiéndose reducido a la mitad su apoyo electoral. Frente a estos resultados, Podemos, aun en sus horas bajas, dobla los resultados que el PCE sacaba hace cuarenta años encomunidad autónoma vasca, 71.759 votos frente a los 36.845 que la marca comunista sacaba hace cuatro lustros.
En cuarenta años, y a pesar de la diáspora por razones políticas de un grupo importante de vascos (mayoritariamente no adeptos a la secta separatista), el adoctrinamiento, la manipulación de las generaciones más jóvenes, la enorme presión social (especialmente en las localidades de menor población) y un censo de votantes de casi doscientas mil personas más , hay que tener en cuenta que PNV y Bildu sacan el mismo número de votos que en 1980, y eso que se supone que están en horas altas. El PSOE, cuyo proyecto político anda entre el cero y la nada, ha bajado un poco porque su masa de votantes en la CCAA Vasca esta envejecida y se trata de votantes fieles a una sigla haga lo que haga (voto cautivo) y su cúpula dirigente en el fondo siempre se ha sentido cómoda de muleta del PNV. En cuanto a la izquierda radical comunista hoy representada por Elkarrekin Podemos, dobla los resultados electorales del PCE , pero lo más probable es que en cuatro años prácticamente desaparezcan, repartiéndose su voto entre el PNV, el PSOE, Bildu y la abstención, ya que se trató de un suflé político motivado en su momento por la crisis y los escándalos (aparte de la proyección mediática que recibieron los morados en su momento).
El único planteamiento que hay que hacer siendo conscientes de que en la CCAA Vasca no existe un régimen democrático pleno sino un régimen de partido-oligarquía similar al que imperó durante setenta años en el México del PRI con apariencias democráticas en cuya tostada con mayor o menor intensidad están tanto PNV y Bildu como el PSOE y el próximamente difunto Podemos, es la dirección que hay que tomar para impulsar un proyecto político alternativo, democrático y constitucionalista. Ese proyecto político hoy y por muchas décadas solo lo pueden sacar adelante tres partidos: PP, Ciudadanos y Vox. Estos partidos tienen que ser conscientes de que su nicho de votantes no están en el PNV ni en el PSOE (mucho menos en Bildu), sino en los votantes que hoy conservan (77.747) y en ese 47% del censo (809.990 votantes) que ha decidido abstenerse en las recientes elecciones. Porque aquellas personas que son adeptas a la ideología separatista en sus dos variantes (PNV-Bildu) tengan por seguro que con pandemia o sin ella han ido a votar casi todos, ya que votar no se trata de un acto político o cívico, sino algo más, ya que su visión y sentimiento de la política está más cerca de una secta radical y peligrosa que de un ciudadano libre, formado y de mentalidad democrática.
Por tanto, el PP, Ciudadanos (si sobrevive como proyecto político en los próximos años, que está por ver) y Vox tienen que impulsar proyectos políticos específicos en cada una de las tres provincias que integran la CCAA vasca, marcando una estrategia propia, haciendo hincapié en los problemas de los ciudadanos, haciendo caso omiso a la mitología impuesta. Fueron posibles los resultados electorales que tanto PP como PSOE e incluso Unidad Alavesa sacaron en la década de los noventa y 2000, como fue posible desbancar de Ajurianea al PNV. Simplemente hay que construir un proyecto sólido y una base de militancia y activismo. También es muy importante ir creando un tejido asociativo y cultural, así como medios de comunicación propios, al menos en formato digital. Es un trabajo arduo y cuyos frutos se cosecharán a medio o largo plazo y, por lo tanto, se trata de un trabajo no apto para aquellos que lo único que esperan es medrar a corto plazo. Pero si no se realiza este trabajo, al final PP, Cs y Vox desaparecerán de la CCAA Vasca, que quedará en manos del PNV, Bildu y un cada vez más exiguo y complaciente PSOE.
A pesar de todo, todavía hoy es posible ir trabajando por una alternativa política a 15/20 años vista, pero para ello Vox va a tener que afinar mucho y el PP y Cs van a tener que cambiar muchas cosas en la CCAA vasca. Estamos a tiempo y hay motivos para la esperanza, torres mayores han caído a lo largo de la historia, pero el triunfo no vendrá solo ni saldrá gratis.