El N.O.M.: un problema mundial
Estamos ante un combate electoral entre Trump y el Nuevo Orden Mundial.
La cuestión en este momento no es si Trump es simpático, si comunica bien, si representa a qué se yo qué cosas macilentas, inoportunas…. No. La cuestión es elegir entre el Nuevo Orden Mundial o la defensa de las soberanías nacionales, es decir la preservación de la capacidad de los ciudadanos de definir su futuro colectivo sin que otros, desde sus torres de marfil, nos digan por dónde debemos ir y cual ha de ser nuestro papel como sociedad. En definitiva, y para ir al punto capital en el que nos jugamos en ese envite. Si un grupo de potentados que se erijan en élite que gobierne el mundo pueda decidir sobre si vivimos o morimos, y, sobre todo, cómo hemos de vivir, con qué valores (si es que van a dejar tan solo uno en pie), cuáles han de ser nuestras creencias, nuestra forma de pensar, nuestra libertad de decir lo que pensamos; o si, por el contrario, vamos a pagar caro el pensar de una determinada manera, etc. Es decir, nos jugamos eso que llamamos democracia, que ya no sé lo que es, de manoseado y envilecido que está el término.
En definitiva. Con las elecciones que preserven la continuidad o no de Trump nos debatimos si el lado en el que están Sánchez, Zapatero, Iglesias, Maduro, López Obrador, la Fernández Kirchner, y otros de la secta populista, que preconizan la supresión de nuestras raíces, el transhumanismo, que el derecho natural no existe, que se han de suprimir las fuentes de la sociedad occidental que son las que nos han llevado a los derechos humanos hacia el reconocimiento de la dignidad intrínseca del ser humano, el cristianismo, y un largo etc. O ese cambio de arriba-abajo, de supresión futura de las libertades para ponernos al servicio de la tecnología y controlada por ella, de sumisión a quien sea capaz de introducir un chip en nuestro cuerpo para controlar nuestra mente y nuestros impulsos racionales, a quien nos controle por vía cibernética o telefónica hasta nuestros más insignificantes movimientos, a quien nos lleve como rebaño con técnicas de control mental, de terrorismo psicológico, como el que tenemos ahora con la supuesta pandemia, etc. Ese lado sea el vencedor, o lo sea el de Trump, que representa la preservación de las sociedades tradicionales tal como las hemos heredado, con sus países soberanos, con las soberanías nacionales, con los Estados nacionales como eje de determinación de nuestro destino, etc. En ese dilema está el juego. Es cuestión de una elección muy simple. Si nos gusta ser dirigidos como rebaño, diluir nuestra personalidad y nuestra individualidad, Trump no nos representa. Si lo que queremos es preservar nuestra individualidad, lo mejor es apoyarle.
Y usted, amable lector, me interrogará preguntándome si eso es de interés para los españoles. Y yo le contesto que es vital, esencial en el momento presente, si queremos desprendernos de las garras de Satanás, que es quien dirige este Nuevo Orden Mundial que programa la reducción de la población por mecanismos eugenésicos y abortistas o con pandemias, eliminar la natalidad y sustituir la demografía con emigraciones estimuladas para sustituir nuestra idiosincrasia cristiana por la mahometana. El caso es atacar la raíz cristiana de Occidente. Trump es nuestro paraguas, nuestro valladar. El único recurso que tenemos para parar este ataque mundialista, que no tiene nada que ver con la globalización, pero sí tiene que ver con el globalismo satánico, que extirpa nuestros valores, nuestra idiosincrasia, nuestras formas de vida, y hasta nos quieta el pan de la boca. Pues prefieren esclavos que dependan de ellos para comer, que no seamos personas que nos ganemos el pan con el sudor de nuestra frente pues, insisto, nos quitan el pan cuando vamos a comerlo. Nos ponen al pie del caballo de la bancarrota inducida, del cierre de miles de empresas, de la desaparición de nuestras bases de la riqueza.
Porque, amigo lector, los mundialistas, bien sean de izquierdas o nacionalistas secesionistas o de falsas derechas que se dicen centro, le engañan a usted, o igual no, porque usted piensa por sí mismo sin que le tengan que decir por las televisiones subvencionadas cómo tiene que analizar las cosas, y en caso de que lo haga de otra manera le colocan una etiqueta que yo al menos hace tiempo que me importa un bledo, porque yo sigo siendo yo mismo, sin que otros me tengan que decir cómo he de ser.
La izquierda predica fundamentalmente por la igualdad, mientras que lo que hace es, precisamente fomentar la desigualdad no vista nunca hasta ahora. Desigualdad territorial, discriminación de las personas según donde vivan, eliminación del tejido productivo pequeño y mediano, que es el que da de comer a el mayor número de personas, mientras que alimenta a las multinacionales y poderes transnacionales que son los que están tras las operaciones del N.O.M (Nuevo Orden Mundial) con la concentración de poder económico en unas pocas manos, que juegan con nuestra vida, por ejemplo inyectándonos una sustancia conservante que tiene mercurio y es una marca comercial cuya propiedad es de Bill Gates. Y todo un entramado de holdings empresariales que se dedican a fagocitar a empresas destruidas, y hacerse con activos como minas de oro y plata en Argentina, cobre en Chile, adquisición de enormes extensiones de terreno en la Patagonia, por no poner ejemplos de España desde mediados del siglo XIX hasta ahora y seguimos. ¿Es eso ser de izquierdas? Entonces nos están mintiendo porque lo que dicen en sus panfletos es lo contrario
China es comunista. Y, sin embargo, se une a esa élite dirigente del N.O.M, mientras que somete a la población. Venezuela, Iglesias y otros podemitas se unen a Irán y se dejan ayudar, mientras potencian el N.O.M.
¿Qué es el N.O.M? El N.O.M, en pocas palabras, es dejar de ser soberanos, diluir las fronteras, disolver los Estados nacionales, y después de todo ello ponernos en manos de los Bilderberg, Soros, Gates y otros poderes financieros que fagocitan todo lo que tienen a mano, creando situaciones convulsas que arruinan las economías regionales, para hacerse con más poder, más dinero, más control y dominio sobre las poblaciones, para gobernarlas en el futuro de forma totalitaria y globalista. China está en esta operación. Y los poderes financieros junto a China, Esto no es nuevo. Wikipedia da cuenta de lo que hicieron financieros del mundo anglo para potenciar el comunismo. Veamos:
“Antony Cyril Sutton (Londres, 14 de febrero de 1925 - 17 de junio de 2002) fue un economista e historiador británico, notable por sus estudios sobre la importancia de la inversión y la tecnología occidentales en el desarrollo de la Unión Soviética, así como la supuesta financiación de la gran banca de Wall Street a los bolcheviques, los nazis y a Franklin Delano Roosevelt.
En su opinión, el propósito de estas actuaciones era muy simple: establecer y exportar al mundo entero un sistema que llamaba "Socialismo Corporativo", bajo el cual la sociedad civil está sometida al control totalitario del Estado, y éste a su vez al de la gran banca, de modo que todo esté bajo su dominio.” ¿Había alguna duda? Lo dicen hasta ellos.
Todo es una gran mentira, a la que juegan también los nacionalistas secesionistas. El objetivo no es liberarse de un supuesto yugo español. No. El objetivo es colaborar con el N.O.M. que consiste en fragmentar España que es uno de los objetivos preferidos para crear un gran laboratorio sociológico y experimentar el control de masas. Dividiendo a los españoles y enfrentándolos entre sí, se elimina la soberanía nacional, se deja inerme al Estado para ejercitar sus capacidades de defensa y protección a los ciudadanos, y al debilitar la economía, la cohesión territorial y la unidad, se deja a merced de los halcones transnacionales tanto las reservas de oro, de materias primas, de productos manufacturados, de producción de alimentos agropecuarios, etc, dominando el mercado y empobreciendo una economía parasitada. Es un tremendo complot para el control, en este caso, de nuestro país. Eso es el N.O.M. Y los nacionalistas son un instrumento fundamental para el N.O.M. pues es el elemento capilar de la desvertebración.
Todo es una gran mentira. No crean más que a las personas y colectivos honrados. Y hasta que no descubran quienes son verdaderamente honestos y buscan la verdad, no se fíen.
Estamos ante un combate electoral entre Trump y el Nuevo Orden Mundial.
La cuestión en este momento no es si Trump es simpático, si comunica bien, si representa a qué se yo qué cosas macilentas, inoportunas…. No. La cuestión es elegir entre el Nuevo Orden Mundial o la defensa de las soberanías nacionales, es decir la preservación de la capacidad de los ciudadanos de definir su futuro colectivo sin que otros, desde sus torres de marfil, nos digan por dónde debemos ir y cual ha de ser nuestro papel como sociedad. En definitiva, y para ir al punto capital en el que nos jugamos en ese envite. Si un grupo de potentados que se erijan en élite que gobierne el mundo pueda decidir sobre si vivimos o morimos, y, sobre todo, cómo hemos de vivir, con qué valores (si es que van a dejar tan solo uno en pie), cuáles han de ser nuestras creencias, nuestra forma de pensar, nuestra libertad de decir lo que pensamos; o si, por el contrario, vamos a pagar caro el pensar de una determinada manera, etc. Es decir, nos jugamos eso que llamamos democracia, que ya no sé lo que es, de manoseado y envilecido que está el término.
En definitiva. Con las elecciones que preserven la continuidad o no de Trump nos debatimos si el lado en el que están Sánchez, Zapatero, Iglesias, Maduro, López Obrador, la Fernández Kirchner, y otros de la secta populista, que preconizan la supresión de nuestras raíces, el transhumanismo, que el derecho natural no existe, que se han de suprimir las fuentes de la sociedad occidental que son las que nos han llevado a los derechos humanos hacia el reconocimiento de la dignidad intrínseca del ser humano, el cristianismo, y un largo etc. O ese cambio de arriba-abajo, de supresión futura de las libertades para ponernos al servicio de la tecnología y controlada por ella, de sumisión a quien sea capaz de introducir un chip en nuestro cuerpo para controlar nuestra mente y nuestros impulsos racionales, a quien nos controle por vía cibernética o telefónica hasta nuestros más insignificantes movimientos, a quien nos lleve como rebaño con técnicas de control mental, de terrorismo psicológico, como el que tenemos ahora con la supuesta pandemia, etc. Ese lado sea el vencedor, o lo sea el de Trump, que representa la preservación de las sociedades tradicionales tal como las hemos heredado, con sus países soberanos, con las soberanías nacionales, con los Estados nacionales como eje de determinación de nuestro destino, etc. En ese dilema está el juego. Es cuestión de una elección muy simple. Si nos gusta ser dirigidos como rebaño, diluir nuestra personalidad y nuestra individualidad, Trump no nos representa. Si lo que queremos es preservar nuestra individualidad, lo mejor es apoyarle.
Y usted, amable lector, me interrogará preguntándome si eso es de interés para los españoles. Y yo le contesto que es vital, esencial en el momento presente, si queremos desprendernos de las garras de Satanás, que es quien dirige este Nuevo Orden Mundial que programa la reducción de la población por mecanismos eugenésicos y abortistas o con pandemias, eliminar la natalidad y sustituir la demografía con emigraciones estimuladas para sustituir nuestra idiosincrasia cristiana por la mahometana. El caso es atacar la raíz cristiana de Occidente. Trump es nuestro paraguas, nuestro valladar. El único recurso que tenemos para parar este ataque mundialista, que no tiene nada que ver con la globalización, pero sí tiene que ver con el globalismo satánico, que extirpa nuestros valores, nuestra idiosincrasia, nuestras formas de vida, y hasta nos quieta el pan de la boca. Pues prefieren esclavos que dependan de ellos para comer, que no seamos personas que nos ganemos el pan con el sudor de nuestra frente pues, insisto, nos quitan el pan cuando vamos a comerlo. Nos ponen al pie del caballo de la bancarrota inducida, del cierre de miles de empresas, de la desaparición de nuestras bases de la riqueza.
Porque, amigo lector, los mundialistas, bien sean de izquierdas o nacionalistas secesionistas o de falsas derechas que se dicen centro, le engañan a usted, o igual no, porque usted piensa por sí mismo sin que le tengan que decir por las televisiones subvencionadas cómo tiene que analizar las cosas, y en caso de que lo haga de otra manera le colocan una etiqueta que yo al menos hace tiempo que me importa un bledo, porque yo sigo siendo yo mismo, sin que otros me tengan que decir cómo he de ser.
La izquierda predica fundamentalmente por la igualdad, mientras que lo que hace es, precisamente fomentar la desigualdad no vista nunca hasta ahora. Desigualdad territorial, discriminación de las personas según donde vivan, eliminación del tejido productivo pequeño y mediano, que es el que da de comer a el mayor número de personas, mientras que alimenta a las multinacionales y poderes transnacionales que son los que están tras las operaciones del N.O.M (Nuevo Orden Mundial) con la concentración de poder económico en unas pocas manos, que juegan con nuestra vida, por ejemplo inyectándonos una sustancia conservante que tiene mercurio y es una marca comercial cuya propiedad es de Bill Gates. Y todo un entramado de holdings empresariales que se dedican a fagocitar a empresas destruidas, y hacerse con activos como minas de oro y plata en Argentina, cobre en Chile, adquisición de enormes extensiones de terreno en la Patagonia, por no poner ejemplos de España desde mediados del siglo XIX hasta ahora y seguimos. ¿Es eso ser de izquierdas? Entonces nos están mintiendo porque lo que dicen en sus panfletos es lo contrario
China es comunista. Y, sin embargo, se une a esa élite dirigente del N.O.M, mientras que somete a la población. Venezuela, Iglesias y otros podemitas se unen a Irán y se dejan ayudar, mientras potencian el N.O.M.
¿Qué es el N.O.M? El N.O.M, en pocas palabras, es dejar de ser soberanos, diluir las fronteras, disolver los Estados nacionales, y después de todo ello ponernos en manos de los Bilderberg, Soros, Gates y otros poderes financieros que fagocitan todo lo que tienen a mano, creando situaciones convulsas que arruinan las economías regionales, para hacerse con más poder, más dinero, más control y dominio sobre las poblaciones, para gobernarlas en el futuro de forma totalitaria y globalista. China está en esta operación. Y los poderes financieros junto a China, Esto no es nuevo. Wikipedia da cuenta de lo que hicieron financieros del mundo anglo para potenciar el comunismo. Veamos:
“Antony Cyril Sutton (Londres, 14 de febrero de 1925 - 17 de junio de 2002) fue un economista e historiador británico, notable por sus estudios sobre la importancia de la inversión y la tecnología occidentales en el desarrollo de la Unión Soviética, así como la supuesta financiación de la gran banca de Wall Street a los bolcheviques, los nazis y a Franklin Delano Roosevelt.
En su opinión, el propósito de estas actuaciones era muy simple: establecer y exportar al mundo entero un sistema que llamaba "Socialismo Corporativo", bajo el cual la sociedad civil está sometida al control totalitario del Estado, y éste a su vez al de la gran banca, de modo que todo esté bajo su dominio.” ¿Había alguna duda? Lo dicen hasta ellos.
Todo es una gran mentira, a la que juegan también los nacionalistas secesionistas. El objetivo no es liberarse de un supuesto yugo español. No. El objetivo es colaborar con el N.O.M. que consiste en fragmentar España que es uno de los objetivos preferidos para crear un gran laboratorio sociológico y experimentar el control de masas. Dividiendo a los españoles y enfrentándolos entre sí, se elimina la soberanía nacional, se deja inerme al Estado para ejercitar sus capacidades de defensa y protección a los ciudadanos, y al debilitar la economía, la cohesión territorial y la unidad, se deja a merced de los halcones transnacionales tanto las reservas de oro, de materias primas, de productos manufacturados, de producción de alimentos agropecuarios, etc, dominando el mercado y empobreciendo una economía parasitada. Es un tremendo complot para el control, en este caso, de nuestro país. Eso es el N.O.M. Y los nacionalistas son un instrumento fundamental para el N.O.M. pues es el elemento capilar de la desvertebración.
Todo es una gran mentira. No crean más que a las personas y colectivos honrados. Y hasta que no descubran quienes son verdaderamente honestos y buscan la verdad, no se fíen.











