Primera biografía de la mujer que fundó la Asociación de Víctimas del Terrorismo
Ana María Vidal-Abarca: el coraje frente al terror
La Fundación de Víctimas del Terrorismo, en colaboración con la editorial Catarata, ha publicado la primera biografía de Ana María Vidal-Abarca, fundadora de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. El libro, Ana María Vidal-Abarca, el coraje frente al terror, firmado por la periodista e investigadora María Jiménez Ramos, hace un recorrido por la vida de Ana María desde la infancia hasta su fallecimiento en 2015. Escrito desde un punto de vista muy próximo, la intención de esta biografía es mostrar la trayectoria de una mujer valiente y comprometida, tanto antes como después del asesinato de su marido, el comandante de caballería Jesús Velasco Zuazola, cometido el 10 de enero de 1980 en Vitoria.
A lo largo de las páginas del libro, la autora describe el origen familiar de ambos, su juventud, noviazgo y boda, sus años de plenitud, la vida en los destinos que como militar tuvo Jesús, el regreso a Vitoria, la ciudad añorada, en la que se asentaron. Y también el contexto de la Transición, las tensiones políticas, la acometida del terrorismo contra policías y guardias civiles, militares, políticos o cualquier persona considerada "españolista"; y el atentado contra Jesús Velasco, las reacciones que se produjeron, la fortaleza de Ana María y su firme voluntad de ayudar a las familias golpeadas por el terrorismo que lloraban en soledad sus tragedias. La biografía narra, por ejemplo, cómo Ana María y Jesús acudían a los funerales, que se celebraban prácticamente en la clandestinidad, estremecidos ante el sufrimiento y el abandono de aquellas viudas de apenas veinte años que veían truncadas sus vidas, su futuro y el de sus hijos. Y refleja la preocupación de ambos por el devenir de España, su postura clara y valiente frente al separatismo y cómo ambos sabían del peligro que estaban afrontando.
La historia de Ana María Vidal-Abarca es la de una persona que no se resignó, que consciente de la injusticia y el olvido al que se veían sometidas las víctimas del terrorismo y sus familias, decidió dedicar todos sus esfuerzos a lograr que recibiesen el respeto y la protección que merecían.
Pero en este libro no solo se aborda ese inequívoco compromiso con la memoria, el afán de justicia y el reconocimiento hacia las víctimas, sino que se profundiza en la personalidad de Ana María, en la filosofía de vida que le ayudó, a pesar de todo, a ser feliz, en cómo inculcó en sus hijas el espíritu de entrega y servicio a España, en el ascendente social que tuvo y en cómo eran escuchadas sus opiniones ponderadas y sensatas.
La autora ha entrevistado a más de una treintena de personas, entre familiares, amigos y víctimas del terrorismo que conocieron a Ana María Vidal-Abarca, y se ha documentado con profusión para lograr un relato riguroso, tanto de su vida familiar como de los largos años en que dedicó todos sus esfuerzos a la causa de las víctimas del terrorismo.
"La de Ana María Vidal-Abarca es la historia de una mujer pionera en la defensa de los derechos de las víctimas del terrorismo, sobre todo de las viudas y sus hijos. Pudo haber elegido una vida más cómoda y, sin embargo, se convirtió durante años en la referencia del activismo cívico contra el terror, al que puso su particular sello de elegancia y rectitud. Su impulso contribuyó de forma decisiva a que la sociedad se concienciara sobre el significado del terror y del valor moral que representan las víctimas. Contar su historia es, en buena medida, repasar algunos de los episodios decisivos de la historia reciente de España", explica la autora.
Fundadora de la AVT
Madre de cuatro hijas -Ana, Begoña, Inés y Paloma-, Ana María Vidal-Abarca, tras el asesinato de su marido, respondió con entereza y valentía, mostrando una trayectoria vital ejemplar. Primero creó en 1981 la Asociación de Víctimas del Terrorismo, junto a Sonsoles Álvarez de Toledo e Isabel O´Shea, y veinte años después, empezó a colaborar con el proyecto de la Fundación Víctimas del Terrorismo, entidad pública que emana del Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo del año 2000, también conocido como Pacto Antiterrorista, suscrito por Partido Popular y Partido Socialista Obrero Español. Ana María tomó el relevo, por petición expresa de PP y PSOE, del que fue primer Presidente de la Fundación, Adolfo Suárez.
Para Tomás Caballero, actual presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, "Ana María Vidal-Abarca lideró, en los momentos más difíciles, el incipiente movimiento asociativo de las víctimas del terrorismo, poniendo voz a sus reivindicación y dotándole del impulso necesario durante muchos años. Si hay alguien que representa el sufrimiento de las víctimas, esa persona es Ana María Vidal-Abarca. La suya fue una labor impagable en defensa de la Verdad, Memoria, Dignidad y Justicia que las víctimas del terrorismo merecen".
A propuesta del Patronato de la Fundación Víctimas del Terrorismo, el Consejo de Ministros acordó en su reunión del 26 de junio de 2015 conceder a Ana María Vidal-Abarca, a título póstumo, la Medalla de la Orden del Mérito Constitucional, entregada a su familia pocos días después en un acto solemne celebrado en el Palacio de la Moncloa.
"Ella obró en conciencia, fue coherente, valiente e íntegra, jamás se traicionó a sí misma y siempre se preocupó más por los demás que por sí misma. Su labor en la Asociación de Víctimas del Terrorismo y después en la Fundación fue su forma de servir a España: honrando la memoria de las víctimas, tratando de procurarles la justicia que merecen y a la que jamás renunció, y ayudando a sus familias", decía de Ana María su hija Ana pocos días después de su triste fallecimiento, el15 de junio de 2015, a los 77 años de edad.
La Fundación de Víctimas del Terrorismo, en colaboración con la editorial Catarata, ha publicado la primera biografía de Ana María Vidal-Abarca, fundadora de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. El libro, Ana María Vidal-Abarca, el coraje frente al terror, firmado por la periodista e investigadora María Jiménez Ramos, hace un recorrido por la vida de Ana María desde la infancia hasta su fallecimiento en 2015. Escrito desde un punto de vista muy próximo, la intención de esta biografía es mostrar la trayectoria de una mujer valiente y comprometida, tanto antes como después del asesinato de su marido, el comandante de caballería Jesús Velasco Zuazola, cometido el 10 de enero de 1980 en Vitoria.
A lo largo de las páginas del libro, la autora describe el origen familiar de ambos, su juventud, noviazgo y boda, sus años de plenitud, la vida en los destinos que como militar tuvo Jesús, el regreso a Vitoria, la ciudad añorada, en la que se asentaron. Y también el contexto de la Transición, las tensiones políticas, la acometida del terrorismo contra policías y guardias civiles, militares, políticos o cualquier persona considerada "españolista"; y el atentado contra Jesús Velasco, las reacciones que se produjeron, la fortaleza de Ana María y su firme voluntad de ayudar a las familias golpeadas por el terrorismo que lloraban en soledad sus tragedias. La biografía narra, por ejemplo, cómo Ana María y Jesús acudían a los funerales, que se celebraban prácticamente en la clandestinidad, estremecidos ante el sufrimiento y el abandono de aquellas viudas de apenas veinte años que veían truncadas sus vidas, su futuro y el de sus hijos. Y refleja la preocupación de ambos por el devenir de España, su postura clara y valiente frente al separatismo y cómo ambos sabían del peligro que estaban afrontando.
La historia de Ana María Vidal-Abarca es la de una persona que no se resignó, que consciente de la injusticia y el olvido al que se veían sometidas las víctimas del terrorismo y sus familias, decidió dedicar todos sus esfuerzos a lograr que recibiesen el respeto y la protección que merecían.
Pero en este libro no solo se aborda ese inequívoco compromiso con la memoria, el afán de justicia y el reconocimiento hacia las víctimas, sino que se profundiza en la personalidad de Ana María, en la filosofía de vida que le ayudó, a pesar de todo, a ser feliz, en cómo inculcó en sus hijas el espíritu de entrega y servicio a España, en el ascendente social que tuvo y en cómo eran escuchadas sus opiniones ponderadas y sensatas.
La autora ha entrevistado a más de una treintena de personas, entre familiares, amigos y víctimas del terrorismo que conocieron a Ana María Vidal-Abarca, y se ha documentado con profusión para lograr un relato riguroso, tanto de su vida familiar como de los largos años en que dedicó todos sus esfuerzos a la causa de las víctimas del terrorismo.
"La de Ana María Vidal-Abarca es la historia de una mujer pionera en la defensa de los derechos de las víctimas del terrorismo, sobre todo de las viudas y sus hijos. Pudo haber elegido una vida más cómoda y, sin embargo, se convirtió durante años en la referencia del activismo cívico contra el terror, al que puso su particular sello de elegancia y rectitud. Su impulso contribuyó de forma decisiva a que la sociedad se concienciara sobre el significado del terror y del valor moral que representan las víctimas. Contar su historia es, en buena medida, repasar algunos de los episodios decisivos de la historia reciente de España", explica la autora.
Fundadora de la AVT
Madre de cuatro hijas -Ana, Begoña, Inés y Paloma-, Ana María Vidal-Abarca, tras el asesinato de su marido, respondió con entereza y valentía, mostrando una trayectoria vital ejemplar. Primero creó en 1981 la Asociación de Víctimas del Terrorismo, junto a Sonsoles Álvarez de Toledo e Isabel O´Shea, y veinte años después, empezó a colaborar con el proyecto de la Fundación Víctimas del Terrorismo, entidad pública que emana del Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo del año 2000, también conocido como Pacto Antiterrorista, suscrito por Partido Popular y Partido Socialista Obrero Español. Ana María tomó el relevo, por petición expresa de PP y PSOE, del que fue primer Presidente de la Fundación, Adolfo Suárez.
Para Tomás Caballero, actual presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, "Ana María Vidal-Abarca lideró, en los momentos más difíciles, el incipiente movimiento asociativo de las víctimas del terrorismo, poniendo voz a sus reivindicación y dotándole del impulso necesario durante muchos años. Si hay alguien que representa el sufrimiento de las víctimas, esa persona es Ana María Vidal-Abarca. La suya fue una labor impagable en defensa de la Verdad, Memoria, Dignidad y Justicia que las víctimas del terrorismo merecen".
A propuesta del Patronato de la Fundación Víctimas del Terrorismo, el Consejo de Ministros acordó en su reunión del 26 de junio de 2015 conceder a Ana María Vidal-Abarca, a título póstumo, la Medalla de la Orden del Mérito Constitucional, entregada a su familia pocos días después en un acto solemne celebrado en el Palacio de la Moncloa.
"Ella obró en conciencia, fue coherente, valiente e íntegra, jamás se traicionó a sí misma y siempre se preocupó más por los demás que por sí misma. Su labor en la Asociación de Víctimas del Terrorismo y después en la Fundación fue su forma de servir a España: honrando la memoria de las víctimas, tratando de procurarles la justicia que merecen y a la que jamás renunció, y ayudando a sus familias", decía de Ana María su hija Ana pocos días después de su triste fallecimiento, el15 de junio de 2015, a los 77 años de edad.