Andador: verdades y mitos de este accesorio para que los bebés aprendan a andar
Profesionales desmontan las mentiras construidas alrededor del andador, aclarando dudas para los padres.
Durante los primeros meses de vida de un bebé, los cuidados deben ser excepcionales. El recién nacido tiene que aclimatarse al entorno que le rodea, y poco a poco va desarrollando una curiosidad que le invita a moverse, y a correr más riesgos. Una solución habitual a la que recurren los padres, sobre todo para ayudar al pequeño a empezar a andar, es la del andador.
¿Buena o mala? Siempre ha sido un debate entre profesionales, logopedas y hasta traumatólogos. El andador para bebés es una estructura sólida y rígida que tiene un aro exterior sobre el que sostienen varias patas con ruedas. Esto es lo que da seguridad y facilita el movimiento al bebé, que va en su interior sujeto por un arnés que le permite apoyar los pies en el suelo.
Un concepto sencillo, que facilita el desplazamiento del niño cuando todavía no sabe andar, le va permitiendo soportar su peso a poco y adquirir cierta destreza y agilidad mientras aprende a andar. Da estabilidad y protección, por lo que parece una propuesta ideal para los más pequeños de casa.
Sin embargo, desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) lo desaconsejan porque, según afirman, son algo que causa numerosos accidentes infantiles cada año. Una afirmación de lo más curiosa, máxime sabiendo que son algo presente en la inmensa mayoría de hogares en los que hay, o han habido, bebés.
Datos y mentiras de los andadores para bebés
Las cifras que esgrime la AEP provienen, principalmente, de la EID (European Injury Database). Según este registro europeo, cada año hay cerca de 600 lesiones en niños de entre 0 y 4 años de edad en las que están implicadas los andadores. Un dato que se reparte entre los 28 estados miembros de la Unión Europea.
Son casos que requieren asistencia sanitaria, por lo que la organización los considera suficientemente relevantes como para señalarlos. No obstante, con un total de más de 5 millones de nacimientos al año en la UE, según cifras oficiales, el porcentaje de accidentes pasa a ser de un nimio 0,012% por cada recién nacido. La cifra se reduce todavía más si se añaden todos los niños en el margen de edad indicado por la asociación.
Esgrimen, también desde la misma organización, que el uso del andador retrasa la capacidad del bebé para dar sus primeros pasos de forma completamente autónoma. Fisioterapeutas profesionales coinciden en este último dato, dado que el andador limita su libertad de movimiento, algo necesario para potenciar tanto el desarrollo cognitivo como el motor.
Las voces a favor del andador
Aunque tiene en su contra a una de las principales organizaciones relacionadas con la salud infantil, lo cierto es que el andador sigue siendo algo recomendable para el bebé, siempre y cuando se sigan las indicaciones adecuadas. Este accesorio le ayuda a dar sus primeros pasos de forma segura, sin riesgo de caídas ni de golpes.
Además, existen modelos modernos que cuentan con el diseño y materiales adecuados para evitar cualquier posible problema de espalda debido a una mala postura. En portales web como www.correpasillos.eu pueden encontrarse muchos de ellos, además de recomendaciones de profesionales sobre los modelos más adecuados para los pequeños de casa.
Las recomendaciones para el correcto uso de los andadores en casa pasan por la colocación de barreras de seguridad en las escaleras, la constante atención de los padres y, sobre todo, que estos aparatos cumplan la normativa actual. Un aspecto imprescindible, y que aporta seguridad al uso de este, es que cumpla la normativa europea EN 1273 de 2005.
Las voces en contra del andador señalan principalmente los riesgos de caída, pero estos pueden evitarse con unos padres atentos a la actividad del pequeño. Esto implica algo menos de libertad para el pequeño, pero también una seguridad que resulta fundamental tanto para su integridad como para su salud.
Con los andadores, los niños tienen una barrera de seguridad que les permite seguir explorando, aunque no con la misma movilidad que tendrían sin ellos. Es algo que ha demostrado su utilidad sobre todo en los primeros meses, en aquellos en los que el niño desarrolla la curiosidad y empieza a querer tocar todo lo que le rodea.
Tan defendido como criticado, al final la decisión de compra es algo que acaba recayendo en los padres, que tienen que decidir cuál es la mejor opción para sus pequeños. Comprar los mejores es fácil, sobre todo a internet, que ahora lo agiliza todo. Ahora bien, darles el uso adecuado no lo es tanto.
Por eso, las organizaciones insisten en extremar las precauciones con los andadores para bebés en caso de utilizarlos. Pueden ser muy útiles, pero también ligeramente peligrosos, aunque los datos demuestran que el alarmismo general que los rodea no son más que castillos en el aire.
Profesionales desmontan las mentiras construidas alrededor del andador, aclarando dudas para los padres.
Durante los primeros meses de vida de un bebé, los cuidados deben ser excepcionales. El recién nacido tiene que aclimatarse al entorno que le rodea, y poco a poco va desarrollando una curiosidad que le invita a moverse, y a correr más riesgos. Una solución habitual a la que recurren los padres, sobre todo para ayudar al pequeño a empezar a andar, es la del andador.
¿Buena o mala? Siempre ha sido un debate entre profesionales, logopedas y hasta traumatólogos. El andador para bebés es una estructura sólida y rígida que tiene un aro exterior sobre el que sostienen varias patas con ruedas. Esto es lo que da seguridad y facilita el movimiento al bebé, que va en su interior sujeto por un arnés que le permite apoyar los pies en el suelo.
Un concepto sencillo, que facilita el desplazamiento del niño cuando todavía no sabe andar, le va permitiendo soportar su peso a poco y adquirir cierta destreza y agilidad mientras aprende a andar. Da estabilidad y protección, por lo que parece una propuesta ideal para los más pequeños de casa.
Sin embargo, desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) lo desaconsejan porque, según afirman, son algo que causa numerosos accidentes infantiles cada año. Una afirmación de lo más curiosa, máxime sabiendo que son algo presente en la inmensa mayoría de hogares en los que hay, o han habido, bebés.
Datos y mentiras de los andadores para bebés
Las cifras que esgrime la AEP provienen, principalmente, de la EID (European Injury Database). Según este registro europeo, cada año hay cerca de 600 lesiones en niños de entre 0 y 4 años de edad en las que están implicadas los andadores. Un dato que se reparte entre los 28 estados miembros de la Unión Europea.
Son casos que requieren asistencia sanitaria, por lo que la organización los considera suficientemente relevantes como para señalarlos. No obstante, con un total de más de 5 millones de nacimientos al año en la UE, según cifras oficiales, el porcentaje de accidentes pasa a ser de un nimio 0,012% por cada recién nacido. La cifra se reduce todavía más si se añaden todos los niños en el margen de edad indicado por la asociación.
Esgrimen, también desde la misma organización, que el uso del andador retrasa la capacidad del bebé para dar sus primeros pasos de forma completamente autónoma. Fisioterapeutas profesionales coinciden en este último dato, dado que el andador limita su libertad de movimiento, algo necesario para potenciar tanto el desarrollo cognitivo como el motor.
Las voces a favor del andador
Aunque tiene en su contra a una de las principales organizaciones relacionadas con la salud infantil, lo cierto es que el andador sigue siendo algo recomendable para el bebé, siempre y cuando se sigan las indicaciones adecuadas. Este accesorio le ayuda a dar sus primeros pasos de forma segura, sin riesgo de caídas ni de golpes.
Además, existen modelos modernos que cuentan con el diseño y materiales adecuados para evitar cualquier posible problema de espalda debido a una mala postura. En portales web como www.correpasillos.eu pueden encontrarse muchos de ellos, además de recomendaciones de profesionales sobre los modelos más adecuados para los pequeños de casa.
Las recomendaciones para el correcto uso de los andadores en casa pasan por la colocación de barreras de seguridad en las escaleras, la constante atención de los padres y, sobre todo, que estos aparatos cumplan la normativa actual. Un aspecto imprescindible, y que aporta seguridad al uso de este, es que cumpla la normativa europea EN 1273 de 2005.
Las voces en contra del andador señalan principalmente los riesgos de caída, pero estos pueden evitarse con unos padres atentos a la actividad del pequeño. Esto implica algo menos de libertad para el pequeño, pero también una seguridad que resulta fundamental tanto para su integridad como para su salud.
Con los andadores, los niños tienen una barrera de seguridad que les permite seguir explorando, aunque no con la misma movilidad que tendrían sin ellos. Es algo que ha demostrado su utilidad sobre todo en los primeros meses, en aquellos en los que el niño desarrolla la curiosidad y empieza a querer tocar todo lo que le rodea.
Tan defendido como criticado, al final la decisión de compra es algo que acaba recayendo en los padres, que tienen que decidir cuál es la mejor opción para sus pequeños. Comprar los mejores es fácil, sobre todo a internet, que ahora lo agiliza todo. Ahora bien, darles el uso adecuado no lo es tanto.
Por eso, las organizaciones insisten en extremar las precauciones con los andadores para bebés en caso de utilizarlos. Pueden ser muy útiles, pero también ligeramente peligrosos, aunque los datos demuestran que el alarmismo general que los rodea no son más que castillos en el aire.