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Las solicitudes de créditos online crecen ante el miedo a un segundo confinamiento
Estamos acercándonos al final de un año que va a pasar a la historia. Nadie nos habría podido decir a comienzos de 2020 que pasaríamos por una pandemia a escala global que llevaría al país a declarar el estado de alarma y tratar de alargarlo junto con un confinamiento para garantizar nuestra salud y frenar el avance de una enfermedad. Nadie nos habría podido decir, tampoco, que se avecinaría una potente crisis económica.
Ahora, la vuelta a otro confinamiento empieza a sonar por todas partes. Los rebrotes están teniendo lugar en diferentes puntos de España, tal y como se había previsto hace tiempo. Los hogares españoles, además de afrontar la vuelta al cole con miedo y con mucho cuidado, también están viendo cómo el panorama se oscurece con otro posible alto a la actividad económica, con lo que ello supone.
Posibles despidos, ERTEs que tardan en llegar, empresas que están al borde de la quiebra... Lo cierto es que el horizonte no es muy positivo con este segundo confinamiento que se prevé, y eso ya está empujando a muchos a tomar medidas preventivas. ¿Qué ocurre si me quedo sin trabajo y se acumulan las facturas? ¿Cómo planto cara a un gasto que está por encima del capital del que dispongo? En efecto, uno de los recursos a los que se está recurriendo es a los créditos por internet.
Las familias buscan apoyo económico en los préstamos en línea
Un fenómeno que no resulta del todo sorprendente. Recientemente, la propia Microsoft advertía de un cambio en las tendencias de búsqueda sobre finanzas de los consumidores en la red. El gigante estadounidense había realizado un estudio del que sacó una conclusión en claro: cada vez se estaban haciendo más búsquedas relacionadas con créditos, préstamos y transferencias por internet.
¿El motivo? Es evidente, el miedo. El miedo a no disponer de dinero en caso de que explote otra crisis económica, el miedo a la pérdida de empleo y a tener que pagar los gastos que se acumulan mes a mes. Las familias buscan soluciones, y ahora que internet se ha convertido en el vehículo para buscar siempre respuestas, se han lanzado a por los préstamos y créditos online. Una alternativa tan válida como cualquier otra, aunque tiene ciertos peligros.
¿Es buena idea acudir a estos productos financieros en tiempos difíciles?
La respuesta, ciertamente, es bastante relativa. Todo consumidor que vaya a dar este paso, antes tiene que informarse bien sobre las condiciones y características de los préstamos que va a tantear, ya que hay aspectos como los intereses y los plazos que son bastante complicados y que, de hecho, pueden provocar unas situaciones totalmente opuestas a lo que se deseaba. En base a eso, recurrir a comparadores de préstamos puede ser una buena idea.
Lo es porque, entre otras cosas, estas webs están especializadas precisamente en sondear todo el ámbito de las financieras por internet, encargándose de comparar lo que ofrecen las mejores, listando sus principales características para que el consumidor lo tenga algo más fácil. Es una herramienta útil, y más en un contexto en el que las estafas digitales se están disparando peligrosamente. Si te interesa, por cierto, puedes leer más aquí sobre estas plataformas.
El problema de los préstamos, como decíamos, es que nunca se ajustan únicamente al dinero solicitado. El cliente tiene que pagar, en ocasiones, tanto comisiones por gestión como los ineludibles intereses. Existen algunas fórmulas que evitan esto último, como es el caso de algunos préstamos rápidos. Suelen estar acompañados de ofertas puntuales que reducen los intereses a un 0%, pero son algo que no se aplica a la tónica general.
Por eso, escoger un buen préstamo puede ser una buena solución, siempre y cuando tenga unas cláusulas adecuadas y no se exceda ni con los intereses ni con los plazos. Hay muchos productos financieros diferentes dentro de este ámbito y, con algo de paciencia y, sobre todo, sentido común, se pueden contratar soluciones bastante asequibles. Eso sí, hay que tener muy en cuenta el margen de tiempo que se tiene y el total de cuotas a pagar, amén del montante de cada una.
No sorprende que se busquen estas soluciones cuando parecen avecinarse tiempos difíciles. La vuelta al confinamiento parece una realidad cada vez más cercana, y buscar un resguardo económico para cualquier problema inesperado es una buena forma de respirar con algo más de alivio. Ahora bien, también existen alternativas que son mucho mejores por costes y por maniobrabilidad.
Las familias que han podido ahorrar dinero a lo largo de los años tienen en momentos como este la oportunidad de aprovechar su capacidad de ahorro para no tener que recurrir a los productos de estas entidades. Una forma más sencilla de proceder, aunque no al alcance de cualquiera. Con ella, se evitan sobrecostes y pagos dilatados en el tiem
Estamos acercándonos al final de un año que va a pasar a la historia. Nadie nos habría podido decir a comienzos de 2020 que pasaríamos por una pandemia a escala global que llevaría al país a declarar el estado de alarma y tratar de alargarlo junto con un confinamiento para garantizar nuestra salud y frenar el avance de una enfermedad. Nadie nos habría podido decir, tampoco, que se avecinaría una potente crisis económica.
Ahora, la vuelta a otro confinamiento empieza a sonar por todas partes. Los rebrotes están teniendo lugar en diferentes puntos de España, tal y como se había previsto hace tiempo. Los hogares españoles, además de afrontar la vuelta al cole con miedo y con mucho cuidado, también están viendo cómo el panorama se oscurece con otro posible alto a la actividad económica, con lo que ello supone.
Posibles despidos, ERTEs que tardan en llegar, empresas que están al borde de la quiebra... Lo cierto es que el horizonte no es muy positivo con este segundo confinamiento que se prevé, y eso ya está empujando a muchos a tomar medidas preventivas. ¿Qué ocurre si me quedo sin trabajo y se acumulan las facturas? ¿Cómo planto cara a un gasto que está por encima del capital del que dispongo? En efecto, uno de los recursos a los que se está recurriendo es a los créditos por internet.
Las familias buscan apoyo económico en los préstamos en línea
Un fenómeno que no resulta del todo sorprendente. Recientemente, la propia Microsoft advertía de un cambio en las tendencias de búsqueda sobre finanzas de los consumidores en la red. El gigante estadounidense había realizado un estudio del que sacó una conclusión en claro: cada vez se estaban haciendo más búsquedas relacionadas con créditos, préstamos y transferencias por internet.
¿El motivo? Es evidente, el miedo. El miedo a no disponer de dinero en caso de que explote otra crisis económica, el miedo a la pérdida de empleo y a tener que pagar los gastos que se acumulan mes a mes. Las familias buscan soluciones, y ahora que internet se ha convertido en el vehículo para buscar siempre respuestas, se han lanzado a por los préstamos y créditos online. Una alternativa tan válida como cualquier otra, aunque tiene ciertos peligros.
¿Es buena idea acudir a estos productos financieros en tiempos difíciles?
La respuesta, ciertamente, es bastante relativa. Todo consumidor que vaya a dar este paso, antes tiene que informarse bien sobre las condiciones y características de los préstamos que va a tantear, ya que hay aspectos como los intereses y los plazos que son bastante complicados y que, de hecho, pueden provocar unas situaciones totalmente opuestas a lo que se deseaba. En base a eso, recurrir a comparadores de préstamos puede ser una buena idea.
Lo es porque, entre otras cosas, estas webs están especializadas precisamente en sondear todo el ámbito de las financieras por internet, encargándose de comparar lo que ofrecen las mejores, listando sus principales características para que el consumidor lo tenga algo más fácil. Es una herramienta útil, y más en un contexto en el que las estafas digitales se están disparando peligrosamente. Si te interesa, por cierto, puedes leer más aquí sobre estas plataformas.
El problema de los préstamos, como decíamos, es que nunca se ajustan únicamente al dinero solicitado. El cliente tiene que pagar, en ocasiones, tanto comisiones por gestión como los ineludibles intereses. Existen algunas fórmulas que evitan esto último, como es el caso de algunos préstamos rápidos. Suelen estar acompañados de ofertas puntuales que reducen los intereses a un 0%, pero son algo que no se aplica a la tónica general.
Por eso, escoger un buen préstamo puede ser una buena solución, siempre y cuando tenga unas cláusulas adecuadas y no se exceda ni con los intereses ni con los plazos. Hay muchos productos financieros diferentes dentro de este ámbito y, con algo de paciencia y, sobre todo, sentido común, se pueden contratar soluciones bastante asequibles. Eso sí, hay que tener muy en cuenta el margen de tiempo que se tiene y el total de cuotas a pagar, amén del montante de cada una.
No sorprende que se busquen estas soluciones cuando parecen avecinarse tiempos difíciles. La vuelta al confinamiento parece una realidad cada vez más cercana, y buscar un resguardo económico para cualquier problema inesperado es una buena forma de respirar con algo más de alivio. Ahora bien, también existen alternativas que son mucho mejores por costes y por maniobrabilidad.
Las familias que han podido ahorrar dinero a lo largo de los años tienen en momentos como este la oportunidad de aprovechar su capacidad de ahorro para no tener que recurrir a los productos de estas entidades. Una forma más sencilla de proceder, aunque no al alcance de cualquiera. Con ella, se evitan sobrecostes y pagos dilatados en el tiem