El CNI afirma que criticar al poder establecido es "desinformación"
Los servicios secretos españoles persiguen y difaman a las fuentes de información soberanistas y críticas con la globalización
El CNI, a través de su Centro Criptológico Nacional, ha creado una “herramienta” con la que dice luchar contra la desinformación pero que, en realidad, busca identificar, desprestigiar y criminalizar lo que define como narrativas “antiglobalistas”.
Los servicios secretos españoles han elaborado un detallado informe, al que ha tenido acceso La Tribuna del País Vasco, en el que se acusa a algunos medios de comunicación, perfiles en redes sociales, blogs y foros de Internet, de lanzar “bulos”, de “erosionar la legitimidad” democrática, de “atacar a la economía de mercado” y de despreciar el “pluralismo”.
Lo más llamativo es que para el CNI dirigido por Paz Esteban, la gran amenaza contra la seguridad de España es lo que define como “narrativas antiglobalistas”, que según los espías “pretenden poner en cuestión la legitimidad de los gobiernos de la mayoría de las democracias de la UE y de EEUU. Utilizan la retórica maliciosa de atribuir a los gobiernos democráticos estar controlados o servir a los intereses de grupos de presión privados o corporativos no electos democráticamente (Soros, Gates, Rothschild, Club Bilderberg…) y renunciar a la soberanía nacional de los Estados”.
Para el CNI, estas “narrativas antiglobalistas”, que coinciden, por ejemplo, con parte del programa electoral de Vox y que son características de algunos de los principales partidos conservadores occidentales (Polonia, Hungría, Austria, Francia, etc.), “son propagadas a través de plataformas digitales que difunden contenidos maliciosos que son la base sobre la que se asientan movimientos militantes que buscan introducir y magnificar niveles de polarización en las opiniones públicas en Europa y Estados Unidos, y que plantean como retórica movilizadora ‘recuperar’ la soberanía de los Estados con agendas políticas nacionalistas e identitarias”.
El documento de los servicios secretos españoles, de una forma insólita, manipuladora e interesada, mezcla ideas básicas y legítimas de los nuevos marcos ideológicos del pensamiento conservador con otras características propias de organizaciones antisemitas, de movimientos maquinistas o acientíficos, de formaciones de extrema-derecha, todo ello con el fin último de delimitar toda crítica a los poderes políticos, económicos y mediáticos que marcan el devenir de la actualidad.
Para el CNI, es una “falsedad” propia de las “narrativas antiglobalistas” criticar la inmigración ilegal, cuestionar las decisiones tomadas por los gobiernos para controlar la pandemia de Covid-19 o vincular “la economía de mercado, la banca, y el comercio internacional a los intereses económicos y a la 'avaricia' de las consideradas 'élites ocultas'”.
El afán censor de los espías españoles también les lleva a defender a capa y espada la afirmación de que solamente los medios de comunicación tradicionales, bien controlados por el poder establecido, tienen la llave de la verdad. Todos los demás, “construyen y propagan retóricas manipuladas de crítica, difamación y deslegitimación de los organismos multilaterales (ONU, OTAN, UE, Banco Mundial, Fondo Monetario), a los que, a menudo, acusan de ser instituciones al servicio de las 'élites ocultas' en el propósito que atribuyen a éstas de querer acabar con la soberanía de los Estados, someter y controlar a la población, etc”.
Por si todo esto fuera poco, el CNI añade que “las narrativas antiglobalistas son propagadas a través de plataformas digitales que difunden contenidos maliciosos que son la base sobre la que se asientan movimientos militantes que buscan introducir y magnificar niveles de polarización en las opiniones públicas en Europa y Estados Unidos, y que plantean como retórica movilizadora ‘recuperar’ la soberanía de los Estados con agendas políticas nacionalistas e identitarias”.
Por todo esto, el CNI concluye que “el antiglobalismo (como otras manifestaciones de la desinformación) constituye una amenaza seria para la democracia y el Estado de Derecho”.
![[Img #18760]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/10_2020/8503_1.jpg)
El CNI, a través de su Centro Criptológico Nacional, ha creado una “herramienta” con la que dice luchar contra la desinformación pero que, en realidad, busca identificar, desprestigiar y criminalizar lo que define como narrativas “antiglobalistas”.
Los servicios secretos españoles han elaborado un detallado informe, al que ha tenido acceso La Tribuna del País Vasco, en el que se acusa a algunos medios de comunicación, perfiles en redes sociales, blogs y foros de Internet, de lanzar “bulos”, de “erosionar la legitimidad” democrática, de “atacar a la economía de mercado” y de despreciar el “pluralismo”.
Lo más llamativo es que para el CNI dirigido por Paz Esteban, la gran amenaza contra la seguridad de España es lo que define como “narrativas antiglobalistas”, que según los espías “pretenden poner en cuestión la legitimidad de los gobiernos de la mayoría de las democracias de la UE y de EEUU. Utilizan la retórica maliciosa de atribuir a los gobiernos democráticos estar controlados o servir a los intereses de grupos de presión privados o corporativos no electos democráticamente (Soros, Gates, Rothschild, Club Bilderberg…) y renunciar a la soberanía nacional de los Estados”.
Para el CNI, estas “narrativas antiglobalistas”, que coinciden, por ejemplo, con parte del programa electoral de Vox y que son características de algunos de los principales partidos conservadores occidentales (Polonia, Hungría, Austria, Francia, etc.), “son propagadas a través de plataformas digitales que difunden contenidos maliciosos que son la base sobre la que se asientan movimientos militantes que buscan introducir y magnificar niveles de polarización en las opiniones públicas en Europa y Estados Unidos, y que plantean como retórica movilizadora ‘recuperar’ la soberanía de los Estados con agendas políticas nacionalistas e identitarias”.
El documento de los servicios secretos españoles, de una forma insólita, manipuladora e interesada, mezcla ideas básicas y legítimas de los nuevos marcos ideológicos del pensamiento conservador con otras características propias de organizaciones antisemitas, de movimientos maquinistas o acientíficos, de formaciones de extrema-derecha, todo ello con el fin último de delimitar toda crítica a los poderes políticos, económicos y mediáticos que marcan el devenir de la actualidad.
Para el CNI, es una “falsedad” propia de las “narrativas antiglobalistas” criticar la inmigración ilegal, cuestionar las decisiones tomadas por los gobiernos para controlar la pandemia de Covid-19 o vincular “la economía de mercado, la banca, y el comercio internacional a los intereses económicos y a la 'avaricia' de las consideradas 'élites ocultas'”.
El afán censor de los espías españoles también les lleva a defender a capa y espada la afirmación de que solamente los medios de comunicación tradicionales, bien controlados por el poder establecido, tienen la llave de la verdad. Todos los demás, “construyen y propagan retóricas manipuladas de crítica, difamación y deslegitimación de los organismos multilaterales (ONU, OTAN, UE, Banco Mundial, Fondo Monetario), a los que, a menudo, acusan de ser instituciones al servicio de las 'élites ocultas' en el propósito que atribuyen a éstas de querer acabar con la soberanía de los Estados, someter y controlar a la población, etc”.
Por si todo esto fuera poco, el CNI añade que “las narrativas antiglobalistas son propagadas a través de plataformas digitales que difunden contenidos maliciosos que son la base sobre la que se asientan movimientos militantes que buscan introducir y magnificar niveles de polarización en las opiniones públicas en Europa y Estados Unidos, y que plantean como retórica movilizadora ‘recuperar’ la soberanía de los Estados con agendas políticas nacionalistas e identitarias”.
Por todo esto, el CNI concluye que “el antiglobalismo (como otras manifestaciones de la desinformación) constituye una amenaza seria para la democracia y el Estado de Derecho”.