Clases a domicilio para evitar perder el semestre
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Con la implementación de la vuelta a clases escalonada de hace ya dos meses en distintas regiones de España, y los casos de contagios en los distintos colegios e instituciones, representantes, profesores y administrativos se muestran preocupados por la salud de los estudiantes y la posible interrupción del semestre.
La diatriba del inicio de clases se debe principalmente a los rebrotes, estos han proporcionado una perspectiva diferente de lo que podría convertirse en otro desastre, tan sólo imaginaros un escenario en el que los estudiantes se contagien y lleven el virus a sus casas. Pero no solo los estudiantes están bajo riesgo, todos los trabajadores de educación, profesores, obreros y administración.
Para evitar que los niños y jóvenes sigan perdiendo clases los padres abogan por hacer peticiones para que las clases sean online o puedan usar el servicio de clases a domicilio. Una de las soluciones al respecto que ha tenido La Comunidad de Madrid, es la ejecución de un programa específico para ayudar, el Servicio de Apoyo Educativo Domiciliario (SAED), que se enfrenta a la Odisea de Ulises, pero en versión escolar: envía el colegio a casa.
No todas las realidades son iguales, mientras algunos chicos pueden ir al colegio, otros deben quedarse en casa y aprovechar las herramientas que tienen a su disposición como las clases virtuales o el SAED. No obstante, el SAED es una alternativa hasta desconocida para los padres y los mismos maestros, eso se debe mayormente a la poca difusión y reconocimiento que se les da.
Qué pasa cuando el maestro es el que está en riesgo
Hay cientos de testimonios de profesores contagiados con COVID-19 que son un peligro para sus estudiantes y colegas. Algunos de estos, han dado positivos en algunos test anticuerpos y no en otros. En casos ambiguos, la especialista de salud, doctora Ledo expresó que “cualquier persona que dé un resultado así debe estar en casa...lo último que hay que hacer es ir a trabajar, y menos a un centro escolar”.
Para los padres de los estudiantes, los profesores contagiados deben quedarse en sus casas descansanod, recuperándose y en caso de no tener síntomas, preparando su regreso a clases, o experimentado nuevas formas de diversión como la plataforma de juegos Pastón Casino o pasando tiempo de calidad con su familia.
Algunos incluso han hecho hincapié en quedarse en cuarentena y buscar sitios de entretenimiento 100% seguro como los que brinda Synergy Casino.
La laboriosa misión del SAED
Usualmente el SAED era destinado a alumnos de segundo ciclo de Educación Infantil, a los de Educación Primaria, ESO, Formación Profesional Básica y Bachillerato escolarizados en centros públicos y concertados. Aunque también el servicio está a la mano de aquellos niños que, por prescripción médica, no pueden asistir a sus clases por un periodo superior a 30 días.
Si hasta ahora este servicio era utilizado principalmente por alumnos en delicado estado de salud, desde el inicio de este curso la Consejería de Educación, que dirige Enrique Ossorio, decidió expandirlo y para así acoger a aquellos escolares que, por algún problema de salud, se consideran población de riesgo ante el coronavirus.
De hecho, la pandemia ha disparado las peticiones. A partir del curso pasado, se beneficiaron de este servicio 374 escolares. Tan solo al inicio del nuevo curso las petición habían aumentado un 100%.
La cotidianidad de estos profesionales varía mucho de la jornada habitual en un colegio o centro educativo. Sobre todo, por las circunstancias de cada familia o niño. Esto es algo que Juan Antonio Fano, que da clases de tercer curso de Primaria, resalta: “Son siete horas a la semana; hay que condensar las asignaturas, y ellos saben que tienen que seguir trabajado luego en casa, como si estuvieran en el colegio”.
Para él, la labor comienza cuando un chiquillo es dado de baja por enfermedad. Es allí cuando su verdadera vocación comienza a brillar. Pero antes que todo, el maestro visita el colegio donde habitualmente estudia el infante o jóven, para así conocer a sus profesores, su desenvolvimiento y los temas de estudio.
Lo cierto es que la pandemia ha hecho que miles de habitantes cambien su forma de vivir, algunos profesores deben descansar en casa, los estudiantes -niños en su mayoría- deben protegerse de virus, mientras otros profesionales sacan lo mejor de su vocación para brindar oportunidades a los más desfavorecidos ante el caos que sembró el Covid-19 en España.
Con la implementación de la vuelta a clases escalonada de hace ya dos meses en distintas regiones de España, y los casos de contagios en los distintos colegios e instituciones, representantes, profesores y administrativos se muestran preocupados por la salud de los estudiantes y la posible interrupción del semestre.
La diatriba del inicio de clases se debe principalmente a los rebrotes, estos han proporcionado una perspectiva diferente de lo que podría convertirse en otro desastre, tan sólo imaginaros un escenario en el que los estudiantes se contagien y lleven el virus a sus casas. Pero no solo los estudiantes están bajo riesgo, todos los trabajadores de educación, profesores, obreros y administración.
Para evitar que los niños y jóvenes sigan perdiendo clases los padres abogan por hacer peticiones para que las clases sean online o puedan usar el servicio de clases a domicilio. Una de las soluciones al respecto que ha tenido La Comunidad de Madrid, es la ejecución de un programa específico para ayudar, el Servicio de Apoyo Educativo Domiciliario (SAED), que se enfrenta a la Odisea de Ulises, pero en versión escolar: envía el colegio a casa.
No todas las realidades son iguales, mientras algunos chicos pueden ir al colegio, otros deben quedarse en casa y aprovechar las herramientas que tienen a su disposición como las clases virtuales o el SAED. No obstante, el SAED es una alternativa hasta desconocida para los padres y los mismos maestros, eso se debe mayormente a la poca difusión y reconocimiento que se les da.
Qué pasa cuando el maestro es el que está en riesgo
Hay cientos de testimonios de profesores contagiados con COVID-19 que son un peligro para sus estudiantes y colegas. Algunos de estos, han dado positivos en algunos test anticuerpos y no en otros. En casos ambiguos, la especialista de salud, doctora Ledo expresó que “cualquier persona que dé un resultado así debe estar en casa...lo último que hay que hacer es ir a trabajar, y menos a un centro escolar”.
Para los padres de los estudiantes, los profesores contagiados deben quedarse en sus casas descansanod, recuperándose y en caso de no tener síntomas, preparando su regreso a clases, o experimentado nuevas formas de diversión como la plataforma de juegos Pastón Casino o pasando tiempo de calidad con su familia.
Algunos incluso han hecho hincapié en quedarse en cuarentena y buscar sitios de entretenimiento 100% seguro como los que brinda Synergy Casino.
La laboriosa misión del SAED
Usualmente el SAED era destinado a alumnos de segundo ciclo de Educación Infantil, a los de Educación Primaria, ESO, Formación Profesional Básica y Bachillerato escolarizados en centros públicos y concertados. Aunque también el servicio está a la mano de aquellos niños que, por prescripción médica, no pueden asistir a sus clases por un periodo superior a 30 días.
Si hasta ahora este servicio era utilizado principalmente por alumnos en delicado estado de salud, desde el inicio de este curso la Consejería de Educación, que dirige Enrique Ossorio, decidió expandirlo y para así acoger a aquellos escolares que, por algún problema de salud, se consideran población de riesgo ante el coronavirus.
De hecho, la pandemia ha disparado las peticiones. A partir del curso pasado, se beneficiaron de este servicio 374 escolares. Tan solo al inicio del nuevo curso las petición habían aumentado un 100%.
La cotidianidad de estos profesionales varía mucho de la jornada habitual en un colegio o centro educativo. Sobre todo, por las circunstancias de cada familia o niño. Esto es algo que Juan Antonio Fano, que da clases de tercer curso de Primaria, resalta: “Son siete horas a la semana; hay que condensar las asignaturas, y ellos saben que tienen que seguir trabajado luego en casa, como si estuvieran en el colegio”.
Para él, la labor comienza cuando un chiquillo es dado de baja por enfermedad. Es allí cuando su verdadera vocación comienza a brillar. Pero antes que todo, el maestro visita el colegio donde habitualmente estudia el infante o jóven, para así conocer a sus profesores, su desenvolvimiento y los temas de estudio.
Lo cierto es que la pandemia ha hecho que miles de habitantes cambien su forma de vivir, algunos profesores deben descansar en casa, los estudiantes -niños en su mayoría- deben protegerse de virus, mientras otros profesionales sacan lo mejor de su vocación para brindar oportunidades a los más desfavorecidos ante el caos que sembró el Covid-19 en España.