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Miércoles, 02 de Diciembre de 2020 Tiempo de lectura:
Sentencia clave

Los jueces británicos ponen límites claros al cambio de sexo en los niños

[Img #19096]Los niños menores de 16 años con disforia de género (inconformidad con el sexo con el que nacieron) solo podrán dar su consentimiento para someterse a un tratamiento bloqueador de la pubertad si entienden bien sus consecuencias, según ha dictaminado el Tribunal Superior de Justicia británico.

 

Tres jueces han dado la razón a Keira Bell, una joven de 23 años que demandó al Servicio Nacional de Salud británico (representado por el organismo público Tavistock and Portman) por aconsejarle y suministrarle el tratamiento hormonal cuando tenía 16 años y sufría disforia de género. Años después se arrepintió y denunció a los médicos que la trataron por considerar que se habían precipitado a asumir que era transexual sin hacerle una evaluación psicológica a este respecto.

 

Según explicó ante los jueces, Bell, que hoy es un hombre de 23 años de edad, comenzó a tomar bloqueadores de la pubertad cuando tenía 16, recibió una inyección de testosterona a los 17 y se sometió a una mastectomía a los 20 años, antes de la "destransición". Ante el tribunal afirmó que fue tratada como un 'conejillo de indias' en la clínica, y dijo que los médicos no realizaron una evaluación psiquiátrica adecuada y que deberían haberla interrogado más sobre su decisión de hacer la transición a convertirse en hombre cuando era adolescente. 

 

[Img #19097]Los jueces, en su fallo, han explicado que “es muy poco probable que un niño de 14 años o menos sea competente para dar su consentimiento a la administración de bloqueadores de la pubertad y entender las consecuencias de esto”. Para Bell, por su parte, la decisión judicial demuestra que “este juicio no es político, sino que se trata de proteger a los niños vulnerables. Estoy encantado de ver que ha prevalecido el sentido común”. 

 

Esto significa también que a partir de ahora los médicos buscarán la aprobación o el apoyo de los tribunales antes de recetar medicamentos que bloquean la pubertad a los niños, para tratar de evitar responsabilidades.  

 

En verano de 2019, fue Marcus Evans, psicoterapeuta y ex-director de la hoy demandada Tavistock y Portman NHS Foundation Trust, quien, tal y como ya informó La Tribuna del País Vasco, explicó que muchos expertos viven con el temor constante a ser etiquetados como “transfóbicos” por los radicales y que esta situación está teniendo un fuerte impacto en su actividad profesional. "Creo que la agenda política ‘trans’ ha invadido el entorno clínico que rodea al Servicio de Desarrollo de Identidad de Género", detalló Evans en "The Observer”. “Los jóvenes necesitan un servicio clínico independiente que tenga en cuenta sus intereses de salud a largo plazo. Hasta cierto punto, esto requiere una capacidad para resistir la presión proveniente de diversas fuentes: de la persona joven, de su familia, de las presiones de las redes sociales y de los grupos ‘pro-trans’ altamente politizados".

 

Para Evans, los consejeros escolares y los proveedores de servicios de salud mental británicos sucumben ante las presiones de organizaciones de transexuales “altamente politizadas” y, por ello, acaban cediendo ante las creencias de algunos niños de que nacieron con el sexo equivocado.

 

Hay que destacar también que hace unos meses el Gobierno británico abrió una investigación ante el incremento exponencial del número niñas y niños que en este país han decidido cambiar de sexo en los últimos 10 años. El Ejecutivo está analizando las causas sociales de este aumento de transexuales entre los niños y adolescentes, las cuales pueden encontrarse, según los expertos, en la información o educación sexual y de ideología de género impuesta en las escuelas, las redes sociales, la red de salud mental o la familia.

 

Y es que los datos son claros. En el curso 2009-2010, el número de niñas que fueron derivadas por médicos para el tratamiento de cambio de sexo fueron 40, y en el curso 2017/2018 las derivaciones de la seguridad social (NHS) al tratamiento de cambio de sexo (GIDS) fueron un total de 1.806 niñas, o sea un incremento de un 4.400%.

 

 

 

 

 

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