El país y los conceptos
Parece ser que Bildu forma parte del arco parlamentario no sólo por representación, también por utilidad manifiesta. Es más, desde Podemos están dispuestos a ponerle alfombras para que asienten sus reales en los salones de la nueva etapa que nos anuncia el vicepresidente de asuntos sociales. Y es que voy sabiendo para qué ocupa "el sultán" dicho palacio. Su misión es conducir al país hacia un cúmulo de reformas que van al modelo de república bolivariana. Perdón. Tal como le ha corregido Otegui. Repúblicas...
Para empezar, fue allí, en "la Euskalherría de los derechos étnicos-tribales-históricos" dónde nos topamos con el concepto de patria. Esa que celebran como Aberri Eguna desde 1932 y con raíces en el pensamiento de Sabino Arana. Según la tradición, Luis Arana, hermano de Sabino, efectuó un viaje en 1882, durante el que se cuestiona que ser vizcaíno no es ser español, transmitiéndoselo a su querido hermano enfermo de tuberculosis y que militaba en el carlismo. Tal fecha era el Domingo de Resurrección, día que será siempre la efeméride: "Bendito sea el día en que conocí a mi patria".
A partir de tal "aparición", Arana nos deleita con toda una seria de obras en las que se mezclan argumentos racistas y ensoñaciones mitológicas, dentro de lo que Arzalluz señalaba como ambiente romántico de la época. Surge, nace, se desarrolla, el concepto de la patria de los vascos, un pueblo sin romanización, con su propio RH, idioma cuya procedencia aun se discute, y primitivas costumbres propias de quienes han vivido alejados de los lugares terrícolas por los que transcurre la civilización fruto de la mistura entre pueblos y razas.
Pero ahora me voy a permitir dar un salto en el tiempo. Hasta el 12 de enero de 1988, los partidos políticos con escaño en el Parlamento vasco sito en Vitoria, y en plena escalada terrorista del "conflicto vasco", suscriben un documento para la pacificación y normalización de Euskadi, donde se condena el uso de la violencia con fines políticos. ¿Qué fines?. Los que habían comenzado con los efluvios iluminados del tal Arana, convertidos en una nueva carlistada, y violento conflicto contra todos los que se oponían, discrepaban o militaban pacíficamente en la disidencia con la doctrina y su objetivo: construir la patria vasca con tintes nacionales y estructura para ser un Estado independiente de los más cercanos continentes, es decir, Francia y España.
Por tales objetivos mataron. Instauraron un régimen de terror. Llevaron por todo el territorio de España la socialización del sufrimiento. Hasta que la comunidad internacional les hizo frente. No quedó más remedio que dejar la actividad terrorista. Pero en ningún momento renunciaron a la doctrina y el objetivo que justificaba las miserables actuaciones durante cincuenta años con más de mil muertos.
Y ahora, tenemos que aceptar, por obra y gracia de Podemos, que tales sujetos/as tienen derechos para participar en la reconquista de la democracia modelo Venezuela y patrocinada por intelectuales como un tal Pablo Iglesias, capaz de comprender todo lo sucedido y tener en Otegui a un aliado para darle a España el trato que se merece a fin de construir un nuevo Estado de Repúblicas dónde los vascos radicales puedan hacer realidad los sueños del tal Sabino.
Aquel espacio formado por Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra, eran, provisionalmente, las Comunidades de Euskadi y Navarra. Pero dentro de un proyecto nacional que pretendía hacer una República vasca con siete territorios, pues incluyen a los tres de Iparralde. Y por tal "alto fin" mataban sin piedad a los disidentes. Por tanto el país lo conformaban los "vascos", el resto éramos invasores a los que se despreciaba y perseguía. De tales conductas, Bildu no ha manifestado ni un discurso de arrepentimiento.
Pero lo más significativo. Los conceptos de libertad, democracia y derechos humanos. La libertad consistía en alcanzar el núcleo intangible del sueño. Que el Estado español reconociera la independencia de Euskadi, anexionara Navarra a tal, y pidiera perdón por haber mantenido al pueblo vasco dentro del pueblo español. Libertad era liberar a Euskadi del Estado español. Democracia era aceptar la voluntad del pueblo vasco a la autodeterminación. No importaba cuántos habitantes de Euskadi lo ansiaran, bastaba con la voluntad de los vascos pertenecientes a la etnia descrita por Sabino Arana y amparada por la versión moderna del carlismo-nacionalismo. Derechos Humanos eran los derechos de quienes pensaban y militaban en la causa del conflicto para alcanzar el cenit de sus demandas.
Bien, pues con todos los protagonistas de tal colmo, sintomático para la paranoia, Podemos ha logrado atraerlos para la causa de la nueva España o como quiera que se llegara a denominar el Estado de Repúblicas que los nuevos iluminados pretenden instaurar en una Nación que se constituye en el siglo XV.
Podemos ha logrado que los socialistas navarros cometan alta traición. Y es que sólo a tales felones se les pudo ocurrir facilitar aquello de "Nafarroa Euskadi da". Algo que los navarros descubrirán es una ocupación económica. Pues detrás del afán anexionista del nacionalismo vasco sobre la comunidad foral, siempre hubo una estrategia territorial y económica.
Volviendo a los conceptos, me preocupa la continua utilización que hace el "Sultán" de los términos compatriotas y texto constitucional. En el primer caso, por estar harto de quienes primero defendieron banderas, o luchas banderizas, después han intentado establecer su propio concepto de patria. Es tanto como disponer un espacio sobre el que hubo un conflicto que aún está por resolver. Y ahí está el punto de encuentro entre Bildu y Podemos. El reconocimiento de unos presuntos derechos y una salida para tales reivindicaciones, que son los cimientos de su patria. Puede que hasta cínicamente, Iglesias llegue al argumento que en la propia letra del Pacto de Ajuria Enea se establecía que cualquier idea o aspiración tenía su derecho histórico en la medida que no fuera motivo que justificara la violencia terrorista de ETA.
En cuanto a la Constitución. Me recuerda la misma táctica que usaba Garaicoechea con el Estatuto de Guernica. "No es un fin, se trata sólo de un vehículo". Así usa Podemos el texto constitucional. Sirve para aproximarse al vacío. A la trampa de explicar que con la Constitución en la mano, el régimen que se crea en 1978, está agotado.
Parece ser que Bildu forma parte del arco parlamentario no sólo por representación, también por utilidad manifiesta. Es más, desde Podemos están dispuestos a ponerle alfombras para que asienten sus reales en los salones de la nueva etapa que nos anuncia el vicepresidente de asuntos sociales. Y es que voy sabiendo para qué ocupa "el sultán" dicho palacio. Su misión es conducir al país hacia un cúmulo de reformas que van al modelo de república bolivariana. Perdón. Tal como le ha corregido Otegui. Repúblicas...
Para empezar, fue allí, en "la Euskalherría de los derechos étnicos-tribales-históricos" dónde nos topamos con el concepto de patria. Esa que celebran como Aberri Eguna desde 1932 y con raíces en el pensamiento de Sabino Arana. Según la tradición, Luis Arana, hermano de Sabino, efectuó un viaje en 1882, durante el que se cuestiona que ser vizcaíno no es ser español, transmitiéndoselo a su querido hermano enfermo de tuberculosis y que militaba en el carlismo. Tal fecha era el Domingo de Resurrección, día que será siempre la efeméride: "Bendito sea el día en que conocí a mi patria".
A partir de tal "aparición", Arana nos deleita con toda una seria de obras en las que se mezclan argumentos racistas y ensoñaciones mitológicas, dentro de lo que Arzalluz señalaba como ambiente romántico de la época. Surge, nace, se desarrolla, el concepto de la patria de los vascos, un pueblo sin romanización, con su propio RH, idioma cuya procedencia aun se discute, y primitivas costumbres propias de quienes han vivido alejados de los lugares terrícolas por los que transcurre la civilización fruto de la mistura entre pueblos y razas.
Pero ahora me voy a permitir dar un salto en el tiempo. Hasta el 12 de enero de 1988, los partidos políticos con escaño en el Parlamento vasco sito en Vitoria, y en plena escalada terrorista del "conflicto vasco", suscriben un documento para la pacificación y normalización de Euskadi, donde se condena el uso de la violencia con fines políticos. ¿Qué fines?. Los que habían comenzado con los efluvios iluminados del tal Arana, convertidos en una nueva carlistada, y violento conflicto contra todos los que se oponían, discrepaban o militaban pacíficamente en la disidencia con la doctrina y su objetivo: construir la patria vasca con tintes nacionales y estructura para ser un Estado independiente de los más cercanos continentes, es decir, Francia y España.
Por tales objetivos mataron. Instauraron un régimen de terror. Llevaron por todo el territorio de España la socialización del sufrimiento. Hasta que la comunidad internacional les hizo frente. No quedó más remedio que dejar la actividad terrorista. Pero en ningún momento renunciaron a la doctrina y el objetivo que justificaba las miserables actuaciones durante cincuenta años con más de mil muertos.
Y ahora, tenemos que aceptar, por obra y gracia de Podemos, que tales sujetos/as tienen derechos para participar en la reconquista de la democracia modelo Venezuela y patrocinada por intelectuales como un tal Pablo Iglesias, capaz de comprender todo lo sucedido y tener en Otegui a un aliado para darle a España el trato que se merece a fin de construir un nuevo Estado de Repúblicas dónde los vascos radicales puedan hacer realidad los sueños del tal Sabino.
Aquel espacio formado por Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra, eran, provisionalmente, las Comunidades de Euskadi y Navarra. Pero dentro de un proyecto nacional que pretendía hacer una República vasca con siete territorios, pues incluyen a los tres de Iparralde. Y por tal "alto fin" mataban sin piedad a los disidentes. Por tanto el país lo conformaban los "vascos", el resto éramos invasores a los que se despreciaba y perseguía. De tales conductas, Bildu no ha manifestado ni un discurso de arrepentimiento.
Pero lo más significativo. Los conceptos de libertad, democracia y derechos humanos. La libertad consistía en alcanzar el núcleo intangible del sueño. Que el Estado español reconociera la independencia de Euskadi, anexionara Navarra a tal, y pidiera perdón por haber mantenido al pueblo vasco dentro del pueblo español. Libertad era liberar a Euskadi del Estado español. Democracia era aceptar la voluntad del pueblo vasco a la autodeterminación. No importaba cuántos habitantes de Euskadi lo ansiaran, bastaba con la voluntad de los vascos pertenecientes a la etnia descrita por Sabino Arana y amparada por la versión moderna del carlismo-nacionalismo. Derechos Humanos eran los derechos de quienes pensaban y militaban en la causa del conflicto para alcanzar el cenit de sus demandas.
Bien, pues con todos los protagonistas de tal colmo, sintomático para la paranoia, Podemos ha logrado atraerlos para la causa de la nueva España o como quiera que se llegara a denominar el Estado de Repúblicas que los nuevos iluminados pretenden instaurar en una Nación que se constituye en el siglo XV.
Podemos ha logrado que los socialistas navarros cometan alta traición. Y es que sólo a tales felones se les pudo ocurrir facilitar aquello de "Nafarroa Euskadi da". Algo que los navarros descubrirán es una ocupación económica. Pues detrás del afán anexionista del nacionalismo vasco sobre la comunidad foral, siempre hubo una estrategia territorial y económica.
Volviendo a los conceptos, me preocupa la continua utilización que hace el "Sultán" de los términos compatriotas y texto constitucional. En el primer caso, por estar harto de quienes primero defendieron banderas, o luchas banderizas, después han intentado establecer su propio concepto de patria. Es tanto como disponer un espacio sobre el que hubo un conflicto que aún está por resolver. Y ahí está el punto de encuentro entre Bildu y Podemos. El reconocimiento de unos presuntos derechos y una salida para tales reivindicaciones, que son los cimientos de su patria. Puede que hasta cínicamente, Iglesias llegue al argumento que en la propia letra del Pacto de Ajuria Enea se establecía que cualquier idea o aspiración tenía su derecho histórico en la medida que no fuera motivo que justificara la violencia terrorista de ETA.
En cuanto a la Constitución. Me recuerda la misma táctica que usaba Garaicoechea con el Estatuto de Guernica. "No es un fin, se trata sólo de un vehículo". Así usa Podemos el texto constitucional. Sirve para aproximarse al vacío. A la trampa de explicar que con la Constitución en la mano, el régimen que se crea en 1978, está agotado.