Epidemiólogo y presidente del Comité de Ética de la Investigación del Instituto de Salud Carlos III
Fernando García: "Nos dicen que hay pocos efectos adversos de la vacuna contra el Covid-19, pero me gustaría conocerlo mediante publicaciones científicas"
El epidemiólogo y presidente del Comité de Ética de la Investigación del Instituto de Salud Carlos III, Fernando García, considera que la carrera por lograr una vacuna contra el Covid-19 "no justifica atajos éticos" y advierte de que "idealmente" una "buena vacuna" tendría que contemplar ensayos clínicos en personas mayores.
En una entrevista con Efe, García, que admite que este ha sido el proceso de estudio de vacunas "más rápido de la historia", explica que muchos ensayos clínicos se realizan en poblaciones adultas y jóvenes, sin enfermedades asociadas, que luego se extrapolan al colectivo de mayores "y se piensa que va a ir igual, pero este salto al vacío puede ser muy arriesgado".
Hay que recordar, en este sentido, que diferentes expertos también han insistido en que las vacunas que se están comenzando a comercializar no han sido probadas en niños y adolescentes.
Fernando García explica que, hasta ahora, para los ensayos clínicos se han reclutado grupos de 40.000 personas. Estos ensayos permiten conocer la seguridad de una vacuna en el corto plazo y los efectos adversos frecuentes pero "se desconocen los infrecuentes", y eso solo se sabrá cuando el fármaco se administre a cientos de miles de personas. "Nos dicen que hay pocos efectos adversos, pero me gustaría conocerlo de primera mano, es decir, mediante publicaciones científicas".
El epidemiólogo y presidente del Comité de Ética de la Investigación del Instituto de Salud Carlos III, Fernando García, considera que la carrera por lograr una vacuna contra el Covid-19 "no justifica atajos éticos" y advierte de que "idealmente" una "buena vacuna" tendría que contemplar ensayos clínicos en personas mayores.
En una entrevista con Efe, García, que admite que este ha sido el proceso de estudio de vacunas "más rápido de la historia", explica que muchos ensayos clínicos se realizan en poblaciones adultas y jóvenes, sin enfermedades asociadas, que luego se extrapolan al colectivo de mayores "y se piensa que va a ir igual, pero este salto al vacío puede ser muy arriesgado".
Hay que recordar, en este sentido, que diferentes expertos también han insistido en que las vacunas que se están comenzando a comercializar no han sido probadas en niños y adolescentes.
Fernando García explica que, hasta ahora, para los ensayos clínicos se han reclutado grupos de 40.000 personas. Estos ensayos permiten conocer la seguridad de una vacuna en el corto plazo y los efectos adversos frecuentes pero "se desconocen los infrecuentes", y eso solo se sabrá cuando el fármaco se administre a cientos de miles de personas. "Nos dicen que hay pocos efectos adversos, pero me gustaría conocerlo de primera mano, es decir, mediante publicaciones científicas".