Informe del FBI
Terroristas islamistas buscaron atacar grandes edificios públicos introduciendo sustancias tóxicas a través de los sistemas de ventilación
![[Img #19326]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/01_2021/9616_1111.jpg)
Un boletín informativo del Departamento de Justicia de Estados Unidos al que ha tenido acceso La Tribuna del País Vasco revela que, apenas tres años después de los atentados de Nueva York y Washington del 11 de septiembre de 2001, Al-Qaeda y otros grupos terroristas estaban buscando atacar la calefacción, ventilación y circulación de aire de grandes edificios, tanto institucionales como comerciales.
El informe, elaborado por el FBI y distribuido a los interesados por el Departamento de Estado, lleva fecha del 23 de septiembre de 2004 y explica que terroristas islamistas buscaban cómo utilizar los sistemas de aire acondicionado “para dispersar contaminantes químicos o biológicos”. “Teniendo en cuenta que prácticamente todos los edificios comerciales y públicos de Estados Unidos tienen estos sistemas, es posible introducir agentes químicos o biológicos directamente en las tomas de aire externas. Salvo que los edificios cuenten con filtros de carbón o similares, los agentes químicos volátiles no se detendrían y entrarían en las instalaciones”.
El informe, que también repasa cómo agentes contaminantes podían distribuirse a través de la colocación de dispositivos interiores, mediante el uso de helicópteros equipados con equipos de fumigación agrícola o vertiendo los elementos químicos o biológicos directamente en el sistema, explica que los contaminantes que pudieran ser utilizados por los terroristas serían gases tóxicos, toxinas en aerosol o bacterias como la ricina o el ántrax. “Los terroristas han considerado también producir un dispositivo de dispersión radiológica (RDD) quemándolo o explosionando una fuente o fuentes que contengan material radiactivo”.
El boletín recuerda que “los gerentes de las instalaciones deben tener un plan de emergencia actualizado que aborde las cuestiones químicas, biológicas y radiológicos, conocer las vulnerabilidades del sistema de ventilación de su edificio y realizar inspecciones periódicas de recorrido de los sistemas en busca de evidencia de irregularidades o alteraciones”.
Un boletín informativo del Departamento de Justicia de Estados Unidos al que ha tenido acceso La Tribuna del País Vasco revela que, apenas tres años después de los atentados de Nueva York y Washington del 11 de septiembre de 2001, Al-Qaeda y otros grupos terroristas estaban buscando atacar la calefacción, ventilación y circulación de aire de grandes edificios, tanto institucionales como comerciales.
El informe, elaborado por el FBI y distribuido a los interesados por el Departamento de Estado, lleva fecha del 23 de septiembre de 2004 y explica que terroristas islamistas buscaban cómo utilizar los sistemas de aire acondicionado “para dispersar contaminantes químicos o biológicos”. “Teniendo en cuenta que prácticamente todos los edificios comerciales y públicos de Estados Unidos tienen estos sistemas, es posible introducir agentes químicos o biológicos directamente en las tomas de aire externas. Salvo que los edificios cuenten con filtros de carbón o similares, los agentes químicos volátiles no se detendrían y entrarían en las instalaciones”.
El informe, que también repasa cómo agentes contaminantes podían distribuirse a través de la colocación de dispositivos interiores, mediante el uso de helicópteros equipados con equipos de fumigación agrícola o vertiendo los elementos químicos o biológicos directamente en el sistema, explica que los contaminantes que pudieran ser utilizados por los terroristas serían gases tóxicos, toxinas en aerosol o bacterias como la ricina o el ántrax. “Los terroristas han considerado también producir un dispositivo de dispersión radiológica (RDD) quemándolo o explosionando una fuente o fuentes que contengan material radiactivo”.
El boletín recuerda que “los gerentes de las instalaciones deben tener un plan de emergencia actualizado que aborde las cuestiones químicas, biológicas y radiológicos, conocer las vulnerabilidades del sistema de ventilación de su edificio y realizar inspecciones periódicas de recorrido de los sistemas en busca de evidencia de irregularidades o alteraciones”.