La hora de los patriotas
Globalistas y socialistas desde hace un tiempo promocionan un relato contra todo lo digno y decente. Sueñan con un mundo sin Dios, sin patrias soberanas ni individuos libres. Aspiran a una sociedad global dirigida por un conglomerado de medios de edición de la opinión, donde todo es relativo. En ese siniestro relato, la verdad es la primera víctima y es necesario diluir todo sentimiento noble de tradición e identidad.
La horda de bárbaros que amenaza nuestros valores quiere uniformar en la estupidez y anestesiar al mayor de sus enemigos, el individuo y su libre albedrío. Estos globalistas lo reducen todo al consenso, a lo políticamente correcto, al hecho de que todo es discutible y relativo. Fracasado el marxismo, una ideología vomitada por el infierno, los socialistas interpelan a la sociedad con el socialismo mágico y el antisemitismo, así como con una secuencia de teorías pseudocientíficas repletas de mentiras al respecto del cristianismo, la ecología, el animalismo, el feminismo y la más reciente del género.
Crean un relato de héroes y villanos con objeto de atribuirse todos los comportamientos honorables y destruir a sus adversarios, a los que previamente han distorsionado. Acabamos de verlo. Durante cuatro años se inventaron un malvado de primera, Donald Trump. Llegado el momento, falsificaron las encuestas para darle por perdedor seguro. Después, la sombra más que evidente de un fraude en los Estados clave. Entonces es más sencillo, el villano creado es también un mal perdedor y como resiste, nada mejor que una falsa bandera para provocar a algunos extremistas a asaltar el Capitolio. Ahora termina la comedia y toca gobernar para seguir con la agenda globalista del odio al dictado de George Soros, cuyos sueños húmedos pasan por unos Estados Unidos bajo la presidencia de Kamela Harris. Su importancia radica en que se trata de un país con ingentes recursos para promocionar y distribuir una versión de los hechos, el relato.
Los globalistas viven su oscura hora de los enanos. Saltan y ríen con sus sonrisas de dientes amarillos, creyendo que han ganado y que la sociedad global, en modo mente-colmena, los adorará. Se equivocan, no son el primero ni será el último cordero de oro que será derribado. Muy a su pesar, como señalaba Donald Trump, el futuro pertenece a los patriotas. Individuos libres de todas partes que nunca nos resignaremos a entrar en Matrix. Hombres y mujeres, diferentes por nuestra sexualidad, pero que valemos lo mismo. Almas libres, versos sueltos pero unidos en defensa de nuestras patrias y su soberanía. No dejaremos atrás los valores y tradiciones, que fueron y son antorcha en el camino de la libertad. No podrán con nosotros, desmontaremos una a una sus sucias mentiras, levantaremos todo aquello que ellos destruyan, y ante cada una de sus falacias, la verdad. Un viento de libertad sacude Europa y más allá. En el mundo son ya muchos los líderes patriotas que se rebelan contra una casta política y mediática global que abrazada a China comunista y las oligarquías sume a las sociedades en vertederos multiculturales, abandonando a la mayoría de los individuos a su suerte. En nuestra amada España, que nadie lo dude, la vieja política agoniza y pronto terminará la hora de los enanos. Sin miedo a nada ni nadie, sin detenernos hasta conquistar, sonará el clarín de nuestra victoria. Entonces, se instaurará la hora de los patriotas y España, luciendo con honor la leyenda de Plus Ultra, prevalecerá.
Globalistas y socialistas desde hace un tiempo promocionan un relato contra todo lo digno y decente. Sueñan con un mundo sin Dios, sin patrias soberanas ni individuos libres. Aspiran a una sociedad global dirigida por un conglomerado de medios de edición de la opinión, donde todo es relativo. En ese siniestro relato, la verdad es la primera víctima y es necesario diluir todo sentimiento noble de tradición e identidad.
La horda de bárbaros que amenaza nuestros valores quiere uniformar en la estupidez y anestesiar al mayor de sus enemigos, el individuo y su libre albedrío. Estos globalistas lo reducen todo al consenso, a lo políticamente correcto, al hecho de que todo es discutible y relativo. Fracasado el marxismo, una ideología vomitada por el infierno, los socialistas interpelan a la sociedad con el socialismo mágico y el antisemitismo, así como con una secuencia de teorías pseudocientíficas repletas de mentiras al respecto del cristianismo, la ecología, el animalismo, el feminismo y la más reciente del género.
Crean un relato de héroes y villanos con objeto de atribuirse todos los comportamientos honorables y destruir a sus adversarios, a los que previamente han distorsionado. Acabamos de verlo. Durante cuatro años se inventaron un malvado de primera, Donald Trump. Llegado el momento, falsificaron las encuestas para darle por perdedor seguro. Después, la sombra más que evidente de un fraude en los Estados clave. Entonces es más sencillo, el villano creado es también un mal perdedor y como resiste, nada mejor que una falsa bandera para provocar a algunos extremistas a asaltar el Capitolio. Ahora termina la comedia y toca gobernar para seguir con la agenda globalista del odio al dictado de George Soros, cuyos sueños húmedos pasan por unos Estados Unidos bajo la presidencia de Kamela Harris. Su importancia radica en que se trata de un país con ingentes recursos para promocionar y distribuir una versión de los hechos, el relato.
Los globalistas viven su oscura hora de los enanos. Saltan y ríen con sus sonrisas de dientes amarillos, creyendo que han ganado y que la sociedad global, en modo mente-colmena, los adorará. Se equivocan, no son el primero ni será el último cordero de oro que será derribado. Muy a su pesar, como señalaba Donald Trump, el futuro pertenece a los patriotas. Individuos libres de todas partes que nunca nos resignaremos a entrar en Matrix. Hombres y mujeres, diferentes por nuestra sexualidad, pero que valemos lo mismo. Almas libres, versos sueltos pero unidos en defensa de nuestras patrias y su soberanía. No dejaremos atrás los valores y tradiciones, que fueron y son antorcha en el camino de la libertad. No podrán con nosotros, desmontaremos una a una sus sucias mentiras, levantaremos todo aquello que ellos destruyan, y ante cada una de sus falacias, la verdad. Un viento de libertad sacude Europa y más allá. En el mundo son ya muchos los líderes patriotas que se rebelan contra una casta política y mediática global que abrazada a China comunista y las oligarquías sume a las sociedades en vertederos multiculturales, abandonando a la mayoría de los individuos a su suerte. En nuestra amada España, que nadie lo dude, la vieja política agoniza y pronto terminará la hora de los enanos. Sin miedo a nada ni nadie, sin detenernos hasta conquistar, sonará el clarín de nuestra victoria. Entonces, se instaurará la hora de los patriotas y España, luciendo con honor la leyenda de Plus Ultra, prevalecerá.