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Viernes, 05 de Febrero de 2021 Tiempo de lectura:

40 años

Parece que fue ayer cuando tres audaces mujeres colocaron la primera piedra, sembraron la semilla de lo que a día de hoy supone y representa la AVT, la pionera y más importante de las asociaciones de víctimas del terrorismo tras la que han surgido otras a nivel regional que realizan también una encomiable labor. Ser socio de la AVT es una decisión que no se lleva a cabo con ánimo festivo, sino como resultado de la vesania de unos iluminados que decidieron matar.  Cuando alguien recibe el golpe terrorista necesita un asidero al que agarrarse, se asemeja a un náufrago que de forma desesperada y boqueando necesita un salvavidas y por ese motivo ese triunvirato femenino decidió dar el paso y luchando contra viento y marea, les llamaban <<las chifladas>>, para que la verdad, la memoria, la justicia y la dignidad de las víctimas del terrorismo prevaleciesen sobre la desidia e iniquidad. A día de hoy, el terrorismo, operativamente hablando, fue derrotado gracias a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado; la mayoría de sus cabecillas y miembros ingresaron en prisión. La lucha se centra actualmente en narrar lo que sucedió, sin eufemismos ni blanqueos y para ello es necesario que la AVT y demás asociaciones sigan sin dar cuartel a los enemigos de la convivencia y la pluralidad. Queda mucha tarea por hacer. 
 
Francisco Javier Sáenz Martínez 
FJS. 
Lasarte-Oria

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