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Pablo Mosquera
Sábado, 27 de Febrero de 2021 Tiempo de lectura:

Frente Popular año 2021

No hay peor ciego que el empeñado en no ver. A veces, pasarse de listo es la antesala del desastre propio y de los demás. Sánchez está convencido de que controla a Iglesias, que lo usa y que cuando quiera podrá deshacerse de tal. Pero a medida que pasan los días, semanas y meses, Iglesias se convierte en el nexo de unión para el Frente Popular que opera en el Estado. Mientras el socialismo cree que cada día se afianza más y tiene el mando a distancia, sucede al contrario. Pasará como en otros países durante el siglo XX. Lo que sucedió en Alemania. El nacionalsocialismo hizo uso de su capacidad para infiltrar la sociedad, haciendo creer a los partidos políticos tradicionales que eran débiles y en cuanto quisieran los de siempre, podrían prescindir de tales. Pero fue al revés. Los que llegaron para quedarse fueron las camisas pardas.

 

Hasta el momento, Podemos ha logrado, al margen de los resultados electorales: 1/ Desprenderse de aquellos fundadores que resultaban incómodos para el liderazgo, tipo Stalin, dentro de la formación podemita. 2/ Estár dentro del Gobierno de España con cinco carteras, que quizá no suponen tanto poder real, pero les da cuerpo e información para las siguientes fases. 3/ Le han demostrado a otras formaciones políticas, capacidad para sumar y nuclear una coalición antisistema 1978. 4/ Se han convertido en los dinamizadores de la oposición más peligrosa al régimen constitucional. 5/ Salvo que alguien comience a practicar acuerdos de Estado, el único acuerdo transversal y funcional para derrocar el sistema democrático del que nos dotamos en 1978, es el que lidera Podemos y todos los que se le han unido.

 

Sánchez deberá elegir entre un gran pacto de Estado con los partidos constitucionalistas o ser la marioneta necesaria para el proyecto de Iglesias, que está convencido tiene programa, objetivos y capacidad de ir sumando contra el sistema y hacia la dictadura del proletariado, que dicho sea de paso, las circunstancias pandémicas y económicas están haciendo crecer como caldo de cultivo para la revolución, de la que a modo de prueba estamos viviendo los sucesos de Barcelona con la disculpa del rapero.

 

Por lo de pronto, nunca hubo un partido con capacidad para sumar PODEMOS-ER-CUP-BNG-nacionalistas-anarquistas. A los socialistas, cuando se quieran dar cuenta desde sus despachos y moquetas, les habrán quitado hasta las alfombras, y les dejarán como tontos útiles en desbandada; es más, cuando les llegue tal crisis, la alternativa no será el PP y menos aun Cs, que está en descomposición, serán el Frente Popular y la extrema derecha. Que serán quienes lideren las alternativas para gobernar España, posiblemente con un ambiente de gravísima crispación y desesperación, en una Europa que en modo alguno estará en condiciones de intervenir, pues bastante tendrá con lo que suceda en cada Estado, y la alternativa de Oriente que aprovechará la debilidad de Occidente para cambiar el rumbo de la humanidad, como ha sucedido en otras etapas de la historia del Planeta.  

 

No tengo la menor duda. Iglesias y sus "indigentes culturales" han encontrado el ambiente perfecto, creado por: movimientos secesionistas-anarquismo callejero-pandemia y sus derivadas socio-económicas, para su revolución. Pero sigo insistiendo en la perplejidad que produce verles en el Gobierno de la nación y al mismo tiempo liderando al Frente Popular cuyo objetivo es derribar, derrocar, destruir, descabezar, al Estado surgido de la Constitución española de 1978.

 

Hasta las instancias de la UE deberían estar atentas, por la situación en España dadas las coordenadas geopolíticas que ocupa la Península Ibérica en el tablero de Occidente. Malo es que haya un régimen bolivariano en América. Pero no es menos malo que se pueda instaurar en el sur de Europa.     

 

Y de nuevo la gestión para la pandemia. Nos hemos acostumbrado, por obra y gracia de la publicidad dirigida, a las cifras de muertes día a día. En condiciones científicas normales deberían propiciar un estado de alarma sanitaria y social, desde las organizaciones científicas. Pero hay un silencio, o cómplice o inducido, por la intervención del Estado con la anuencia de personajes como el tal Simón.

 

Y llegamos a la "entrada" de la cuarta oleada. La que producirá la presencia de las cepas virales incontroladas procedentes de Sudáfrica y Amazonia. Más virulentas y patógenas. Insensibles a las cepas vacunales al uso. Pero aun así, han decidido estimular a la economía de contactos sociales. Tendremos contactos epidemiológicos con motivo del puente de San José y de la Semana Santa. A los quince días volverá el crujir de los dientes y las curvas interpretadas por el Consejo de Ministros, echándole las culpas a las comunidades autónomas, sin necesidad de reunir las Cortes, todo ello hasta mayo en que no habrá más remedio que prolongar el Estado de Alarma.

 

Sigo preguntando. ¿Qué piensan hacer con el 8-M?. Por lo pronto, a buen seguro que los podemitas lo impulsarán, ya que es una herramienta más para el enfrentamiento integral.

 

Vuelvo a repetir que no comprendo cómo el poder judicial no interviene. Permite multas por desobediencia y resistencia calificando los hechos de graves, con sanciones a ciudadanos indefensos, mientras permite sin actuación de oficio las concentraciones por llamada de partidos políticos o las organizaciones sindicales, como ha sucedido en A Mariña Luguesa, cada vez que Alcoa estaba en tela de juicio y el comité de empresa, convocaba y reunía manifestaciones que luego se saldaron con una elevación de la viremia y casos de enfermos por contagio del virus. Tan grave es una fiesta clandestina, a la que se dedican minutos de los informativos, como lo dicho sobre actuaciones políticas y sindicales.

 

Nadie se atrevió a establecer si aquellas ciudades de España en las que el medio de transporte más al uso es el metro, son más proclives a las infecciones por la pandemia. Hay un silencio cómplice.

 

Nadie nos asegura que las vacunas y el calendario vacunal (?) que se está aplicando es el correcto para alcanzar una inmunidad de grupo que permita avanzar en la lucha contra el virus en sus diferentes mutaciones.

 

Pero, todo esto, que se corresponde con la responsabilidad de la vicepresidencia para asuntos sociales, al podemismo, le importa un comino. Lo suyo es ese Frente Popular en sus diferentes estadios.         

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