Retira su publicidad de la página de La Tribuna del País Vasco donde se aloja la información
Google considera que el manifiesto de más de un millar de médicos que cuestionan el discurso oficial sobre el Covid es un “contenido peligroso o despectivo”
El pasado 7 de septiembre de 2000, La Tribuna del País Vasco informaba de cómo centenares de médicos y profesionales de la salud de todo el mundo, reunidos en el colectivo United Health Professionnals, habían emitido un extenso comunicado (en francés y en inglés) en el que pedían detener de inmediato “el clima de terror, la sinrazón, la manipulación y las mentiras” ligadas a lo que ellos consideran “la mayor estafa sanitaria del siglo XXI”.
En este documento, hecho público en diferentes idiomas a través de Change.org, los firmantes explicaban también que era necesario “detener todas las medidas demenciales y desproporcionadas que se han tomado desde un principio para luchar contra el (coronavirus) SARS-CoV-2 (confinamientos, bloqueo de la economía y la educación, distanciamiento social, uso de mascarillas para todos, etc.) porque están completamente injustificadas, no se basan en ninguna evidencia científica y violan los principios básicos de la medicina basada en la evidencia. Por otro lado, por supuesto, apoyamos medidas razonables, como las recomendaciones de lavarse las manos, estornudar o toser en el codo, utilizar un pañuelo desechable, etc”.
La publicación de la noticia de la aparición de este manifiesto, que solamente en las páginas de La Tribuna del País Vasco fue leída por casi un millón y medio de lectores, no ha gustado a Google, que ha retirado su publicidad de la página que aloja la información. ¿El motivo? A la multinacional norteamericana le parece que esta información es “un contenido peligroso o despectivo” y que, por lo tanto, nuestro periódico debe retirarla (o modificarla) para acceder a los anuncios de la tecnológica.
La respuesta de La Tribuna del País Vasco a esta reiterada solicitud de Google es la siguiente: la información señalada se queda como está y a partir del próximo 1 de abril de 2021, dejaremos de utilizar los servicios publicitarios de Google en toda nuestra red.
Según explica Raúl González Zorrilla, director de La Tribuna del País Vasco, "multinacionales como Google, Twitter o Facebook, siempre sumisas al discurso liberticida y políticamente correcto dictado por la izquierda neocomunista, pretenden crear una infoesfera global, marcadamente totalitaria, en la que cualquier noticia, análisis u opinión que cuestione el pensamiento monolítico impuesto por las élites, debe ser censurado, reprimido, coartado, despreciado o enmudecido".
Como señalaba hace algunos días en una larga conversación con un periódico francés, Raúl González Zorrilla cree que “vivimos en una nueva Edad Media, bajo el mandato dictatorial de unos nuevos señores feudales, a los que hay que obedecer o, al menos, a los que no hay que molestar para que te dejen hablar o escribir. Occidente, infiltrado por los nuevos comunistas que aparecieron tras la caída del Muro de Berlín, está suicidándose y dilapidando algunos de sus valores principales, como la libertad de expresión o la libertad de cátedra (…) Nos enfrentamos a tres nuevos tipos de totalitarismo que crecen y crecen ante la mirada impávida y satisfecha de gran parte de la población: el totalitarismo neocomunista, construido sobre la imposición de lo políticamente correcto, la tiranía del género y un nuevo racismo que quiere acabar con el hombre blanco, occidental y heterosexual; el totalitarismo islamista, que se infiltra en nuestras instituciones mientras sus brazos terroristas decapitan a profesores como Samuel Paty; y el totalitarismo de las élites tecnológicas “turbocapitalistas”, que tratan de evitar que se cuestione el globalismo socialdemócrata, ese que no tiene patria, que no tiene arraigos, que no tiene valores, que no tiene historia ni tradiciones y que solamente busca consumidores sin nación, sin sexo, sin religión y sin espíritu”.
El pasado 7 de septiembre de 2000, La Tribuna del País Vasco informaba de cómo centenares de médicos y profesionales de la salud de todo el mundo, reunidos en el colectivo United Health Professionnals, habían emitido un extenso comunicado (en francés y en inglés) en el que pedían detener de inmediato “el clima de terror, la sinrazón, la manipulación y las mentiras” ligadas a lo que ellos consideran “la mayor estafa sanitaria del siglo XXI”.
En este documento, hecho público en diferentes idiomas a través de Change.org, los firmantes explicaban también que era necesario “detener todas las medidas demenciales y desproporcionadas que se han tomado desde un principio para luchar contra el (coronavirus) SARS-CoV-2 (confinamientos, bloqueo de la economía y la educación, distanciamiento social, uso de mascarillas para todos, etc.) porque están completamente injustificadas, no se basan en ninguna evidencia científica y violan los principios básicos de la medicina basada en la evidencia. Por otro lado, por supuesto, apoyamos medidas razonables, como las recomendaciones de lavarse las manos, estornudar o toser en el codo, utilizar un pañuelo desechable, etc”.
La publicación de la noticia de la aparición de este manifiesto, que solamente en las páginas de La Tribuna del País Vasco fue leída por casi un millón y medio de lectores, no ha gustado a Google, que ha retirado su publicidad de la página que aloja la información. ¿El motivo? A la multinacional norteamericana le parece que esta información es “un contenido peligroso o despectivo” y que, por lo tanto, nuestro periódico debe retirarla (o modificarla) para acceder a los anuncios de la tecnológica.
La respuesta de La Tribuna del País Vasco a esta reiterada solicitud de Google es la siguiente: la información señalada se queda como está y a partir del próximo 1 de abril de 2021, dejaremos de utilizar los servicios publicitarios de Google en toda nuestra red.
Según explica Raúl González Zorrilla, director de La Tribuna del País Vasco, "multinacionales como Google, Twitter o Facebook, siempre sumisas al discurso liberticida y políticamente correcto dictado por la izquierda neocomunista, pretenden crear una infoesfera global, marcadamente totalitaria, en la que cualquier noticia, análisis u opinión que cuestione el pensamiento monolítico impuesto por las élites, debe ser censurado, reprimido, coartado, despreciado o enmudecido".
Como señalaba hace algunos días en una larga conversación con un periódico francés, Raúl González Zorrilla cree que “vivimos en una nueva Edad Media, bajo el mandato dictatorial de unos nuevos señores feudales, a los que hay que obedecer o, al menos, a los que no hay que molestar para que te dejen hablar o escribir. Occidente, infiltrado por los nuevos comunistas que aparecieron tras la caída del Muro de Berlín, está suicidándose y dilapidando algunos de sus valores principales, como la libertad de expresión o la libertad de cátedra (…) Nos enfrentamos a tres nuevos tipos de totalitarismo que crecen y crecen ante la mirada impávida y satisfecha de gran parte de la población: el totalitarismo neocomunista, construido sobre la imposición de lo políticamente correcto, la tiranía del género y un nuevo racismo que quiere acabar con el hombre blanco, occidental y heterosexual; el totalitarismo islamista, que se infiltra en nuestras instituciones mientras sus brazos terroristas decapitan a profesores como Samuel Paty; y el totalitarismo de las élites tecnológicas “turbocapitalistas”, que tratan de evitar que se cuestione el globalismo socialdemócrata, ese que no tiene patria, que no tiene arraigos, que no tiene valores, que no tiene historia ni tradiciones y que solamente busca consumidores sin nación, sin sexo, sin religión y sin espíritu”.