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Pedro Chacón
Domingo, 14 de Marzo de 2021 Tiempo de lectura:

Euskaltzaindia y el Athletic

El Athletic está de moda ahora, quiero decir más allá de su entorno vizcaíno y vasco habitual, por ser el único en clasificarse para las dos finales consecutivas de la Copa, su competición favorita, que las tendrá que disputar con 15 días de diferencia, una el 3 de abril y la otra el 17, contra la Real Sociedad y el Barça respectivamente, cosa insólita debida a los efectos del coronavirus que hicieron aplazar hasta aquí la final del año pasado. Por eso, pienso que es una buena ocasión para incorporar a nuestro análisis a este club centenario, que tiene mucho que decir en el tema de los apellidos.

 

Junto con Euskaltzaindia, estamos ante dos entidades señeras de la cultura y de la sociedad vasca. La Real Academia de la Lengua vasca por ser la guardiana del mayor símbolo de la identidad vasca, como es el eusquera. Y el Athletic porque, como entidad y por su historia centenaria, atesora los valores que, en la sociedad vasca y en particular la vizcaína, siempre se han tenido por más apreciados: el orgullo por lo propio, la fidelidad a las raíces, en definitiva, eso que se llama la “filosofía” del club, que consiste en no fichar a extranjeros y en formar su equipo de fútbol sobre la gente de aquí y la cantera.

 

Y lo que más me llama la atención es que, siendo estas dos entidades tan nucleares de eso que se entiende por “lo vasco”, en cambio luego, a poco que indagamos, salta a la vista que entre ambas no hay ninguna relación, ninguna coordinación. ¿Es que debería haberla? Pues yo entiendo que sí, porque, si no, lo que se está transmitiendo es una ausencia manifiesta de eso que se llama “proyecto de país”. Con lo que esa leyenda del “partido guía” controlándolo todo –y de hecho está muy presente en ambas instituciones– salta por los aires, mostrando, en cambio, signos de evidente desidia.

 

Supongo que ya se habrán empezado a familiarizar con eso del Nomenclátor de apellidos vascos, que es uno de los pilares sobre los que se sustenta esta serie de El balle del ziruelo (el otro pilar es la estadística de apellidos del Instituto Nacional de Estadística, como saben). Pues bien, cualquier interesado, aunque sea por mera curiosidad, en el tema de los apellidos vascos puede suponer, con poco esfuerzo, que la lista histórica de jugadores del Athletic, que empieza cuando se funda el club en 1898, y teniendo en cuenta su celo legendario por lo autóctono, merecería por lo menos un vistazo, ante la posibilidad bien fundada de que incluya algún apellido raro, poco oído y que, por eso, no se hubiera recogido antes por los encargados de hacerlo.

 

Pues resulta que no solo algunos apellidos eusquéricos antiguos y poco oídos de esa lista no están recogidos por Euskaltzaindia, es que tampoco lo están los de algunos de los jugadores del Athletic que nosotros mismos hemos visto jugar. Pásmense: ni Iturraspe, que colgó las botas hace nada, consta como apellido eusquérico para Euskaltzaindia. Como tampoco los de otros jugadores a quienes también hemos visto jugar como Urzaiz, Orbaiz o Sarabia. En sentido contrario, tampoco se puede decir que los jugadores del Athletic sigan de modo uniforme las recomendaciones de Euskaltzaindia en cuanto a la grafía de sus apellidos eusquéricos, ya que cada uno los pone como Dios le dio a entender. Aunque bueno, en eso no nos podemos meter porque es potestad de cada uno poner su apellido como quiera, mientras se lo acepten en el Registro Civil. En cualquier caso, ¿hace falta algo más para demostrar que la relación entre ambas instituciones es inexistente por completo, tratándose, en ambos casos, como decía, de entidades señeras del país?

 

Tan es así que, si nos ponemos a reunir jugadores cuyos apellidos eusquéricos no aparecen en el Nomenclátor de Euskaltzaindia, y fijándonos solo en su primer apellido, nos da para confeccionar un equipo completo con suplentes y todo. Aprovechando que cada jugador del Athletic en la web oficial del club viene con su demarcación en el campo, el equipo quedaría como sigue. Como porteros: Ezquieta y Marro. Como defensas: Escalza, Estenaga, Guréndez, Karanka, Lambea y Nolaskoain. Como centrocampistas: Garizurieta, Iturraspe, Izaola y Orbaiz. Y como delanteros: Mandaluniz, Sarabia y Urzaiz. Manzarraga también entra, solo que no se nos dice en qué demarcación jugaba. En total, dieciséis jugadores, incluidos dos porteros, con mayoría de defensas, eso sí, pero idóneo para un equipo como el Athletic, que, por lo menos cuando yo más lo seguía, que era cuando lo entrenaba Javier Clemente, solía jugar “amarrategui”. Pero lo que más llama la atención, como digo, es que apellidos de jugadores que todos los de nuestra generación hemos conocido no estén en ese listado de apellidos vascos de Euskaltzaindia, cuyas dos versiones son de 1998 y 2005, respectivamente.

 

Y aprovechando estos apellidos, si los cruzamos con los datos del INE tenemos una visión bastante aproximada, como una muestra en miniatura, de lo que son los apellidos eusquéricos en España. La mayoría de ellos, en general, tienen muy pocos portadores cada uno. En concreto, de los 16 de esta muestra, 9 tienen menos de 100 portadores, bien sea de primer apellido o de segundo, y son, por orden de menor a mayor número de portadores: Nolascoain (en la forma Nolaskoain no aparece siquiera, lo cual quiere decir que tiene menos de 4 portadores), Caranca (en la forma Karanka no aparece), Garizurieta, Guréndez, Manzarraga, Ezquieta (Ezkieta tampoco aparece), Orbaiz, Escalza (sin noticias de Eskaltza) e Izaola. Luego vendría un grupo de tres apellidos con más de 100 portadores cada uno: Estenaga, Mandaluniz e Iturraspe. Luego Urzaiz con 300 y Marro con 400 en números redondos. Luego viene Lambea, con más de 600 (Lanbea nada). Pero el que más, con diferencia, es Sarabia, con más de 4.500 portadores, bien sea de primero o de segundo apellido. Y como siempre pasa cuando un apellido eusquérico tiene tantos portadores respecto de los otros, la mayoría de estos, con diferencia, están fuera del País Vasco y Navarra. En estas dos comunidades juntas solo hay alrededor de 300 portadores de Sarabia, bien sea de primero o de segundo. Con Lambea y con Marro también hay más fuera que dentro. Lo cual no quiere decir que los demás apellidos con pocos portadores no estén también presentes fuera de País Vasco y Navarra. Por ejemplo, hay Ezquieta y Orbaiz en Pontevedra. Escalza en Barcelona y Sevilla. Estenaga en Alicante y La Rioja. Manzarraga también está en Madrid. Marro está en 16 provincias españolas en total. Sarabia, en cambio, está en 44 y además en Ceuta y Melilla. Y la grafía de Saravia, con “v”, tiene también unos 1.000 portadores bien sea de primer apellido o de segundo, la mayoría asímismo fuera de País Vasco y Navarra. Apellidos como Sarabia son los que explican que, a la postre, haya más portadores de apellidos eusquéricos fuera de País Vasco y Navarra que dentro.

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