"Do ut des" ("Doy para que des")
Llevamos meses en los que todos los viernes se informa de los traslados de etarras a cárceles más cercanas a sus lugares de origen. Es indudable e innegable que los mismos son fruto de las conversaciones entre los diputados de EH-Bildu y el Gobierno, "Doy para que des" ("Do ut des"). Quienes han sufrido las consecuencias del terror provocado por los hoy trasladados vuelven a revivir la infamia cometida con ellos o, principalmente, con sus seres queridos, que en su día también fueron trasladados, pero al cementerio, cerca de sus familiares y en sus lugares de origen. Afortunadamente, la memoria reprimida y el silencio ya no pesan más que la necesidad de recordar los nefandos delitos perpetrados por los pistoleros y jaleados por sus monosabios y mamporreros. Especialmente doloroso ha sido uno de los últimos traslados, el de un genuino psicópata, "el argelino", autor, entre otras, de la proeza de asesinar a cinco niñas mientras dormían en sus camas. Asistimos a un cambalache inmoral y vergonzoso aunque amparado por la ley, que a veces supone la mayor de las injusticias.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria
Llevamos meses en los que todos los viernes se informa de los traslados de etarras a cárceles más cercanas a sus lugares de origen. Es indudable e innegable que los mismos son fruto de las conversaciones entre los diputados de EH-Bildu y el Gobierno, "Doy para que des" ("Do ut des"). Quienes han sufrido las consecuencias del terror provocado por los hoy trasladados vuelven a revivir la infamia cometida con ellos o, principalmente, con sus seres queridos, que en su día también fueron trasladados, pero al cementerio, cerca de sus familiares y en sus lugares de origen. Afortunadamente, la memoria reprimida y el silencio ya no pesan más que la necesidad de recordar los nefandos delitos perpetrados por los pistoleros y jaleados por sus monosabios y mamporreros. Especialmente doloroso ha sido uno de los últimos traslados, el de un genuino psicópata, "el argelino", autor, entre otras, de la proeza de asesinar a cinco niñas mientras dormían en sus camas. Asistimos a un cambalache inmoral y vergonzoso aunque amparado por la ley, que a veces supone la mayor de las injusticias.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria