De mentiras y tonterías donde deberían decirse cosas serias
El egregio Presidente de nuestra nación de naciones ha hecho una declaración de conmemoración de 90 aniversario de la II República en el Congreso de los Diputado.
Voy a desgranar las frases pronunciadas, y las voy a comentar, no sin antes advertir que no voy a desarrollar una exposición detallada de carácter historiográfico, pues eso daría para un volumen de muchas páginas, lo cual no es el formato propio de un artículo de opinión.
Ha dicho el Sr Sánchez, haciendo exhibición de una elocuente profundidad filosófico-histórica (si vale la ironía en este caso), lo siguiente:
“Un vínculo luminoso con nuestro pasado”
Y tanto. Estoy totalmente de acuerdo si lo de luminoso se refiere a “Iluminati” o luciferino. Tanto es así que se inició la República quemando iglesias y anticipando lo que luego fue una masacre de curas y monjas y todo lo que estuviera relacionado con la cruz cristiana, símbolo que rápidamente desapareció de las aulas. Sin duda fue tan luminoso como que ardieron por doquier. Se refiere, sin duda a la luminosidad del fuego y al espíritu satánico que envolvió a aquel tiempo. Es verdad que el olor a azufre era intenso.
“Fue un «ambicioso proyecto de modernización del Estado y la sociedad”
Depende de lo que se entienda como “modernización”. Lo era en el sentido de barrer todo el pasado y liquidar la tradición y el espíritu humanizador del cristianismo. Fue un paso de unas pequeñas brasas que aún se mantenían incandescentes del legado histórico de la Hispanidad destruida por la masonería. Se pasó a otro momento caustico donde la patria fue demolida progresivamente porque tenía como vértice de su ser y de su sentido la idea del respeto a la dignidad de las personas, de la verdadera libertad nacida del sentido axiológico de la convivencia y el enfoque vital organizado alrededor de la idea de que todo ser humano es templo de valores con sentido existencial no nihilista y autodestructivo. Eso cayó como un castillo de naipes y los que le antecedieron, señor presidente, ya se encargaron de hacerlo desaparecer del mapa, porque ustedes no creían en nada que no fuera la rapiña, como bien demostraron quienes desvalijaron todo lo que tenía valor en el 36 y se lo llevaron a beneficio particular de alguno como Negrín y algún otro espabilado, además de incrementar el oro donde Stalin asentaba sus posaderas. Que ya nos conocemos. Somos perros viejos. Ustedes engañen a los niños, que en eso son diestros.
“90 años después, será el valor de la democracia, la pujanza de la Constitución y el proyecto europeo lo que prevalezca de nuevo frente al odio y el enfrentamiento”
Que usted, señor hable de democracia o es un pleonasmo o es un oximorón. ¿Se ha mirado en el espejo? Pero si están arrasando lo poco que quedaba en pie de la Constitución española. ¡Ya no permanece casi artículo alguno que se cumpla en puridad! Estoy publicando una serie de artículos en los que voy diseccionando título por título cómo se incumple la mayoría del articulado de nuestra Carta Magna. Porque usted, señor Sánchez, juntamente con su secta y sus acompañantes de viaje, han liquidado la división de poderes y dentro de poco establecerán un régimen que es una caricatura de las dictaduras bananeras. ¿Cómo se le ocurre ni tan siquiera nombrar el término democracia? Sea más prudente. ¿Es posible que no se haya enterado de la queja de 2.500 jueces a las instituciones europeas, tildando su régimen como un atropello organizado al Estado de Derecho? ¡Hay que tener caradura para hablar de democracia en este contexto!
“Era un régimen democrático con el Parlamento como eje de la vida política [con] un sufragio limpio y el fin de los caciques”
¿Me lo dice en serio? ¿Me permite que le regale un libro? Se titula “Fraude y violencia en las elecciones de 1936” de Manuel Álvarez y Roberto Villa. En ese libro se desglosan todos los episodios donde se logró un asalto al poder mediante la extorsión, la violencia y el pucherazo. Pero no es el único hito de ese lustro. La misma República fue una toma al asalto del poder. El Rey se quedó solo. Le abandonaron los suyos. Las elecciones no las ganaron los republicanos. ¿Sabe usted eso, señor doctor? Si no miente es que no vive. Siga mintiendo porque si no lo hace estaré preocupado por su salud. Todo el proceso de la República fue una serie de golpes antidemocráticos, desde el 31 al 36, procesos revolucionarios descarnados manifestados en las tribunas por su destacado representante Largo Caballero. ¿Recuerda aquello de que si vienen las derechas iremos a la guerra? Pues mire, así fue. Lo lograron. Y menos mal que no consiguieron ganarla pues de lo contrario hubiéramos sido una extensión del totalitarismo liberticida y criminal de Stalin, el que programaba todas las acciones revolucionarias que acabaron con la República. Lo dice el mismo Orwell que vino con las brigadas internacionales y de poco no la cuenta.
“Y también buscaba la paz, […]” Para qué seguir. Lo antedicho es simplemente un pequeño muestrario de lo podríamos exponer “Las mujeres, con su participación en la vida política hicieron oír su voz”
Mire lo que dice Francisco Martínez Hoyos:
“La prensa aprovechó para lanzar sus más afiladas ironías. En el Congreso de los Diputados solo dos mujeres ocupaban un escaño en octubre de 1931, pero no estaban de acuerdo en el debate crucial sobre la implantación del voto femenino. Si esta discrepancia se producía con tan pocas, ¿cómo iba a ser posible que todas se pusieran de acuerdo?
Una, Victoria Kent (1898-1987), del Partido Radical-Socialista, abogaba por aplazar el cambio. Creía que no era el momento oportuno y declaró en el hemiciclo que renunciaba, por el momento, a su ideal. ¿A qué se debía esta paradoja por parte de una luchadora feminista? La misma persona que lamentaba el escaso protagonismo de las mujeres en la vida pública, la misma política que deploraba el machismo de la cultura imperante, se negaba a la concesión a sus congéneres de un derecho fundamental.”
Otro autor de un buen elenco de libros y conocedor de los personajes de republicanos que se arrepintieron profundamente de haber contribuido a la deriva a la que llevó la II República es Jesús Laínz. Esto es lo que mi buen amigo Laínz escribe:
“En el debate parlamentario de 1931 participaron otras dos mujeres: Margarita Nelken por el PSOE y Victoria Kent por el Partido Radical Socialista. Pero no fueron ellas las únicas protagonistas. Por ejemplo, Roberto Novoa, de la Federación Republicana Gallega, se opuso al voto femenino por considerar que las mujeres están prisioneras de sus emociones y poco capacitadas para la reflexión, por lo que dejarlas votar implicaría la instauración en España de un nuevo matriarcado a las órdenes de la Iglesia Católica. Victoria Kent compartía ese temor por carecer las mujeres españolas en aquel momento de ‘fervor democrático y republicano’.
El resultado final de la votación fue de 161 votos a favor del voto femenino, 121 en contra y 188 abstenciones. A favor votaron buena parte de los socialistas, algunos republicanos minoritarios y las derechas. En contra, el propio partido de Campoamor, la Acción Republicana de Azaña, los radical-socialistas y el sector prietista del PSOE, Margarita Nelken incluida. Prieto proclamó indignado que se había dado una “puñalada trapera” a la República. Dos meses después, en diciembre de 1931, la izquierda intentó evitar el voto femenino por última vez.
Sin palabras me quedo. Y la masa borreguil aplaudiendo frenéticamente las tonterías de un mentiroso compulsivo, como si se hiciera una revelación bíblica.
El egregio Presidente de nuestra nación de naciones ha hecho una declaración de conmemoración de 90 aniversario de la II República en el Congreso de los Diputado.
Voy a desgranar las frases pronunciadas, y las voy a comentar, no sin antes advertir que no voy a desarrollar una exposición detallada de carácter historiográfico, pues eso daría para un volumen de muchas páginas, lo cual no es el formato propio de un artículo de opinión.
Ha dicho el Sr Sánchez, haciendo exhibición de una elocuente profundidad filosófico-histórica (si vale la ironía en este caso), lo siguiente:
“Un vínculo luminoso con nuestro pasado”
Y tanto. Estoy totalmente de acuerdo si lo de luminoso se refiere a “Iluminati” o luciferino. Tanto es así que se inició la República quemando iglesias y anticipando lo que luego fue una masacre de curas y monjas y todo lo que estuviera relacionado con la cruz cristiana, símbolo que rápidamente desapareció de las aulas. Sin duda fue tan luminoso como que ardieron por doquier. Se refiere, sin duda a la luminosidad del fuego y al espíritu satánico que envolvió a aquel tiempo. Es verdad que el olor a azufre era intenso.
“Fue un «ambicioso proyecto de modernización del Estado y la sociedad”
Depende de lo que se entienda como “modernización”. Lo era en el sentido de barrer todo el pasado y liquidar la tradición y el espíritu humanizador del cristianismo. Fue un paso de unas pequeñas brasas que aún se mantenían incandescentes del legado histórico de la Hispanidad destruida por la masonería. Se pasó a otro momento caustico donde la patria fue demolida progresivamente porque tenía como vértice de su ser y de su sentido la idea del respeto a la dignidad de las personas, de la verdadera libertad nacida del sentido axiológico de la convivencia y el enfoque vital organizado alrededor de la idea de que todo ser humano es templo de valores con sentido existencial no nihilista y autodestructivo. Eso cayó como un castillo de naipes y los que le antecedieron, señor presidente, ya se encargaron de hacerlo desaparecer del mapa, porque ustedes no creían en nada que no fuera la rapiña, como bien demostraron quienes desvalijaron todo lo que tenía valor en el 36 y se lo llevaron a beneficio particular de alguno como Negrín y algún otro espabilado, además de incrementar el oro donde Stalin asentaba sus posaderas. Que ya nos conocemos. Somos perros viejos. Ustedes engañen a los niños, que en eso son diestros.
“90 años después, será el valor de la democracia, la pujanza de la Constitución y el proyecto europeo lo que prevalezca de nuevo frente al odio y el enfrentamiento”
Que usted, señor hable de democracia o es un pleonasmo o es un oximorón. ¿Se ha mirado en el espejo? Pero si están arrasando lo poco que quedaba en pie de la Constitución española. ¡Ya no permanece casi artículo alguno que se cumpla en puridad! Estoy publicando una serie de artículos en los que voy diseccionando título por título cómo se incumple la mayoría del articulado de nuestra Carta Magna. Porque usted, señor Sánchez, juntamente con su secta y sus acompañantes de viaje, han liquidado la división de poderes y dentro de poco establecerán un régimen que es una caricatura de las dictaduras bananeras. ¿Cómo se le ocurre ni tan siquiera nombrar el término democracia? Sea más prudente. ¿Es posible que no se haya enterado de la queja de 2.500 jueces a las instituciones europeas, tildando su régimen como un atropello organizado al Estado de Derecho? ¡Hay que tener caradura para hablar de democracia en este contexto!
“Era un régimen democrático con el Parlamento como eje de la vida política [con] un sufragio limpio y el fin de los caciques”
¿Me lo dice en serio? ¿Me permite que le regale un libro? Se titula “Fraude y violencia en las elecciones de 1936” de Manuel Álvarez y Roberto Villa. En ese libro se desglosan todos los episodios donde se logró un asalto al poder mediante la extorsión, la violencia y el pucherazo. Pero no es el único hito de ese lustro. La misma República fue una toma al asalto del poder. El Rey se quedó solo. Le abandonaron los suyos. Las elecciones no las ganaron los republicanos. ¿Sabe usted eso, señor doctor? Si no miente es que no vive. Siga mintiendo porque si no lo hace estaré preocupado por su salud. Todo el proceso de la República fue una serie de golpes antidemocráticos, desde el 31 al 36, procesos revolucionarios descarnados manifestados en las tribunas por su destacado representante Largo Caballero. ¿Recuerda aquello de que si vienen las derechas iremos a la guerra? Pues mire, así fue. Lo lograron. Y menos mal que no consiguieron ganarla pues de lo contrario hubiéramos sido una extensión del totalitarismo liberticida y criminal de Stalin, el que programaba todas las acciones revolucionarias que acabaron con la República. Lo dice el mismo Orwell que vino con las brigadas internacionales y de poco no la cuenta.
“Y también buscaba la paz, […]” Para qué seguir. Lo antedicho es simplemente un pequeño muestrario de lo podríamos exponer “Las mujeres, con su participación en la vida política hicieron oír su voz”
Mire lo que dice Francisco Martínez Hoyos:
“La prensa aprovechó para lanzar sus más afiladas ironías. En el Congreso de los Diputados solo dos mujeres ocupaban un escaño en octubre de 1931, pero no estaban de acuerdo en el debate crucial sobre la implantación del voto femenino. Si esta discrepancia se producía con tan pocas, ¿cómo iba a ser posible que todas se pusieran de acuerdo?
Una, Victoria Kent (1898-1987), del Partido Radical-Socialista, abogaba por aplazar el cambio. Creía que no era el momento oportuno y declaró en el hemiciclo que renunciaba, por el momento, a su ideal. ¿A qué se debía esta paradoja por parte de una luchadora feminista? La misma persona que lamentaba el escaso protagonismo de las mujeres en la vida pública, la misma política que deploraba el machismo de la cultura imperante, se negaba a la concesión a sus congéneres de un derecho fundamental.”
Otro autor de un buen elenco de libros y conocedor de los personajes de republicanos que se arrepintieron profundamente de haber contribuido a la deriva a la que llevó la II República es Jesús Laínz. Esto es lo que mi buen amigo Laínz escribe:
“En el debate parlamentario de 1931 participaron otras dos mujeres: Margarita Nelken por el PSOE y Victoria Kent por el Partido Radical Socialista. Pero no fueron ellas las únicas protagonistas. Por ejemplo, Roberto Novoa, de la Federación Republicana Gallega, se opuso al voto femenino por considerar que las mujeres están prisioneras de sus emociones y poco capacitadas para la reflexión, por lo que dejarlas votar implicaría la instauración en España de un nuevo matriarcado a las órdenes de la Iglesia Católica. Victoria Kent compartía ese temor por carecer las mujeres españolas en aquel momento de ‘fervor democrático y republicano’.
El resultado final de la votación fue de 161 votos a favor del voto femenino, 121 en contra y 188 abstenciones. A favor votaron buena parte de los socialistas, algunos republicanos minoritarios y las derechas. En contra, el propio partido de Campoamor, la Acción Republicana de Azaña, los radical-socialistas y el sector prietista del PSOE, Margarita Nelken incluida. Prieto proclamó indignado que se había dado una “puñalada trapera” a la República. Dos meses después, en diciembre de 1931, la izquierda intentó evitar el voto femenino por última vez.
Sin palabras me quedo. Y la masa borreguil aplaudiendo frenéticamente las tonterías de un mentiroso compulsivo, como si se hiciera una revelación bíblica.











